Whiplash: El precio de la Excelencia

El día de hoy en nuestro análisis de película tenemos a Whiplash, una cinta que nos refleja con crudeza sobre sacrificio, disciplina y alto rendimiento; así como el punto de quiebre entre la aspiración y la realización personal. ¡Comencemos!

por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.

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Whiplash: Música & Obsesión es una película estrenada en el año 2014; cuyo argumento se centra en el joven baterista -y promesa- Andrew Neiman quien asiste a una de las mejores y más prestigiosas escuelas de música en Nueva York, Estados Unidos; en la que entra bajo la tutela de Terence Fletcher, un profesor de cuidado, pero muy admirado debido a sus grandes obras y ejecuciones pero no así por sus métodos poco ortodoxos.

Ahora, Whiplash tiene mucho por enseñarnos acerca del camino que corre hacia la obtención del éxito así como la delgada línea que rompe un delicado equilibrio entre el sacrificio para obtener tus anhelos más grandes y la autoexplotación y el abuso por parte de terceros en la consecución de sus objetivos. Dicho lo anterior, entonces ¡comencemos!

Postdata: El nombre de la película “Whiplash” hace alusión a una compleja obra de Jazz que realiza la orquesta principal de Shaffer y que el protagonista aprende de memoria durante una larga noche de práctica compulsiva y lacerante.

Todas quieren ser como nosotras…

Quiero comenzar con esta frase que, seguramente recordarás respecto de la película El diablo viste a la moda (que ya analizamos anteriormente en este Blog, puedes ver la entrada aquí), a través de la cual Miranda Presley aka “La Dama Dragón” o “La Reina de Hielo” -para los cuates, obvio- le expresa a Andy la razón de ser de tanto sufrimiento y sacrificio en un mundo de intriga, pasión y un poco de traiciones.

“Todas quieren ser como nosotras”… ¿No es eso lo que piensa prácticamente cualquier persona que se encuentre a sí misma en una posición de privilegio y poder? Comenzamos la película con una poderosa demostración de cómo Andrew tiene sus prioridades claras. Después de todo, ¿por qué otra razón estaría practicando con la batería cuando nadie más lo hace? Adicionalmente, lo podemos ver sudando del esfuerzo que realiza. De hecho, al término de esta escena, cuando Andrew sale a la calle, podemos ver que ya es de noche, superando el horario estándar de práctica para alumnos y profesores.

Poco después se encuentra con Terence, quien impone de inmediato y apenas tres intercambios podemos observar que comienza con lo que será su sello distintivo en adelante:

¿Te pedí que empezaras a tocar. Pregunté por qué habías dejado de tocar y tu respuesta fue volverte un mono de circo. Muestra lo que sabes.

Terence Fletcher a Andrew en su primer encuentro, Whiplash

Y es que, la verdad podemos observar por parte de Terence Fletcher a un personaje bastante parecido a Miranda Presley: ególatra, ensimismado, que intimida, en extremo exigente pero igualmente brillante, carente de algún sentido moral y con métodos extremos. Cerrando con este titulo, aunque la frase puede parecer demasiado centrada en sí misma (ególatra) y, hasta cierto punto, incluso boba; no por ello deja de expresar una verdad que tiene cierto grado de absoluta: Cuando estamos en la cima, todos/as quieren ser como nosotros/as.

Not quite my tempo…

Comienza aquí realmente Whiplash. Estamos en el primer día de Andrew dentro de la formación para la orquesta de Fletcher, lo que comienza con un impactante despido por parte de uno de los trompetistas que no pudo identificar que estaba desafinado; esto sentará las bases para el personaje de Fletcher así como su alto nivel de exigencia en adelante.

Ahora, un poco nerviosos por el despido precipitado, Fletcher da un descanso a la banda y anuncia que será turno de Andrew. Así, antes de que sea su “estreno” frente a los demás, Fletcher lo lleva a un rincón donde le pregunta dos o tres cuestiones irrelevantes (presumiblemente con el propósito de bajar sus nervios, aunque después que veremos que no era así) y bueno, comienzan las prácticas y sencillamente, Andrew no logra ajustarse al ritmo de Fletcher, quien parece estárselo tomando bastante bien -con todo y las muestras de nerviosismo de Andrew- hasta que de pronto… PUM!, ¡una silla sale volando!

A lo que Fletcher pregunta si iba más rápido o más lento, lo que continúa con una serie de violencia psicológica escalando hasta llegar al punto físico, con un Fletcher cacheteando en reiteradas ocasiones a Newman para decirle que “si tiene la intención de sabotear su banda lo hará pedazos”.

Ahora, en este punto podemos observar a un Newman cada vez más consumido por sus prácticas y un poco más distante de sus relaciones con Nicole y su padre (a quien evita contestarle las llamadas). Desde el momento en el que Newman decide regresar -después de haber sido agredido física y psicológicamente hasta ese punto- tenemos que el pobre muchacho está cavando su propia tumba. Después de esto, lo podemos ver practicando hasta el cansancio e inclusive llegando a lastimarse las manos, teniendo sangre del esfuerzo al que se está sometiendo.

INDEFENSIÓN APRENDIDA: LA INCAPACIDAD DE REACCIONAR ANTE EL DOLOR | Ciara  Molina

Y es que esto que le sucede se conoce como estado de indefensión, que se refiere a una manifestación de la psique del individuo según la cual cuando una persona ofendida se encuentra inerme o desamparada ante la ausencia de cualquier medio que le permita resistir o repeler el impacto de la agresión que recibe-, de esta forma el estado de indefensión se da cuando tenemos a una persona incapaz de oponer resistencia, lo que justamente sucede con Andrew que adopta una posición extremadamente pasiva, al justificar que los malos tratos que recibe “son por su bien” (nunca lo son, cuidado).

Una ventana llamada Oportunidad

“La basura de un hombre es el tesoro de otro” reza un dicho bastante conocido; pero, para esta ocasión podría decirse que “la falta de suerte de algunos, se convierte en la oportunidad que otros necesitan” como en “otros” igual a Andrew. Y es que la oportunidad se refleja como un golpe de mala fortuna cuando durante la Competición de Jazz Overbrook el titular de la batería decide encargarle sus partituras a Andrew (algo para lo que, sobra decirlo, no contaba con la autoridad necesaria) y este último en un descuido termina perdiendo -o más bien, resulta que le han robado de forma intencional– dichas partituras.

Este punto forma parte de los giros argumentales de Whiplash por tanto que del desperfecto de un tercero se obtiene una ventaja concreta para un primero. Un poco similar a la forma en que funcionan las inversiones -y transferencia de riesgo y riqueza- en el mundo de la renta variable.

Y entonces surge un problema (para Tanner) pero también una oportunidad (para Andrew) puesto que Tanner no se sabe de memoria sus piezas, con lo que Newman salta de inmediato aprovechando su oportunidad. En este punto, también vale la pena mencionar que Andrew ha memorizado los compases en virtud de todo el montaje de práctica (hasta sangrar) que anteriormente hemos observado, ¿quién dice que el sacrificio y el esfuerzo no pagan?…

Por cierto, otra enseñanza implícita de Whiplash que podemos observar aquí es la de aquella frase que reza que:

Es bastante común que la Suerte nos encuentre cuando estamos trabajando.

El punto de la frase -especialmente vigente en Whiplash– estriba en que debemos prepararnos aún antes de lograr lo que queremos. ¿Por qué esperar a que se presente la oportunidad? O, mejor dicho, ¿no sería ingenuo pensar que las oportunidades vienen a nosotros cuando así lo queremos? La vida es azar, mis amigos. Andrew lo sabía al punto que un golpe de azar ha terminado definiendo su destino. ¿Qué habría pasado si este último (Andrew) no conociera las partituras de memoria? Pues que Whiplash no sería la película que es…

Por cierto, algo interesante aquí es que se nos presenta un contraste entre el Fletcher profesional y el Fletcher como persona al interactuar con uno de sus conocidos y su hija, así como al terminar dándole una oportunidad a Newman y posteriormente reafirmándolo dentro del papel de primer batería. Algo que, como no debe extrañarnos, no deja pasar sin un toque de violencia psicológica para el afectado al hacérselo saber de manera indirecta y dejándole en un estado de confusión y resignación.

Whiplash: Música y Obsesión

Después tenemos -al interior de Whiplash– una serie de eventos en la que podemos observar como el mundo musical cada vez está atrapando más y más a Andrew; primero lo observamos estudiando de camino a casa de sus padres para ser interrumpido por un mensaje de su novia Nicole, y después de ello tenemos un diálogo entre él y su padre donde Andrew comenta que “parece ser que ya le cae mejor” a Fletcher, con lo que su padre se inquieta un poco para preguntarle después si de verdad es tan importante la opinión de Fletcher.

ADVERTENCIA: Y mucho cuidado aquí, de verdad, no permitan que su percepción de propia valía depende de lo que otra(s) persona(s) tenga para decir acerca de ustedes, por ahí no es el camino a la plenitud personal.

Después de esto lo podemos ver en una cena familiar donde se puede notar que existe un grado de impotencia así como de infravaloración respecto de su familia hacia sus logros. Pues, de hecho, cuando Andrew va a compartir sus buenas nuevas le interrumpen sus primos, para después exponer que estos tienen logros objetivamente sobresalientes, tales como ser considerado el mejor jugador (MVP) en una liga estudiantil de americano y participar en un Modelo de las Naciones Unidas obteniendo una prestigiosa beca de paso y tras ello Andrew procede a entablar una acalorada discusión cuando uno de sus primos le pregunta si la victoria de los certámenes de música no es algo subjetivo (como dando a entender que no vale la pena).

Este punto de Whiplash es uno de los más crudos y que nos revela como Andrew parece haberse perdido buscando su sueño. Esto se debe, en gran medida, al peso inmerecido que brinda a la opinión de Terrence Fletcher. Para Andrew, podemos observar aquí que no existe la Opcionalidad (te cuento qué es en este artículo). En sentido estricto, este también es uno de los puntos básicos de Whiplash, que apenas comienza nos remarca el “prestigio” de Fletcher y la forma en que ha “levantado” a otros grandes músicos talentosos.

Yo prefiero morir ebrio a los 34 y que la gente hable de mí a que vivir para ser rico y sobrio a los 90 y que nadie recuerde quien fui

Andrew Neiman en Whiplash

La escena corta en el punto más álgido de la discusión hacia un Andrew que, una vez más, está practicando… Pero el aporte de esta escena ha sido que ahora sabemos por qué es tan importante para Andrew el poder triunfar en la música, es algo que necesita. Lo persigue de forma obsesiva no para sí, sino para validarse frente a los demás. Algo que, como puedes anticipar, no puede terminar bien.

El dilema Whiplash: ¿Cuándo vale la pena “luchar hasta el final”?

¿Cuánto darías por lograr tus objetivos? Esta siempre es una pregunta válida, sobretodo para aquellos que aspiran a lograr lo que pocos han logrado antes que ellos. Ante nosotros otro de los argumentos centrales de Whiplash: Es dato muy bien conocido que si quieres llegar lejos, debe haber sacrificios. Pero, siempre es necesario reflexionar sobre:

  1. ¿Cuántos sacrificios?;
  2. ¿De qué magnitud?; y,
  3. ¿Hasta qué punto llegar?

Estos sacrificios suelen pasar por la carencia de relaciones personales (debido a que tu tiempo es absorbido sin escrúpulos por tus ocupaciones) así como un esfuerzo superior en el ámbito físico o intelectual, la ausencia de periodos de descanso y otras cuestiones.

En este sentido podemos observar en Whiplash que Andrew -pensando que es lo mejor para su carrera- decide terminar con su novia (no olvidemos que esto se da a raíz de que Fletcher decida incorporar a un tercer baterista para terminar presionando a Andrew), lo que da lugar al siguiente diálogo:

“…y no podré estar tanto tiempo contigo… Y por todo eso tu te enfadarás y me dirás que me calme con la batería que pase más tiempo contigo por que no te sientes importante y no podré hacerlo”, cerrando su guión con un “quiero ser grande” (dando a entender que Nicole no es nada); de igual forma ý ojo acá que él ya ha tomado una postura respecto de como piensa que su pareja es un obstáculo en el cumplimiento de sus ambiciones -algo que, tristemente, tampoco resulta muy extraño en tiempos modernos donde todo en la vida es despegar la carrera profesional-; y se trata de un obstáculo que debe ser eliminado.

Obviamente esto termina en un Andrew quedándose soltero, y aquí nuevamente recordemos la importancia de contar con redes de apoyo para cuestiones de impacto emocional. Y, lo que está haciendo Andrew es despojarse de ellas de forma voluntaria, aislándose progresivamente de su padre y cortando su lazo con Nicole (antes en la película se nos ha revelado que Andrew no tiene amigos).

Y ojo aquí que decir claramente algo no es un sinónimo de ser pedante, arrogante ni tampoco falto de empatía.

Al cierre de este diálogo en Whiplash, podemos ver que entramos a una escena icónica de la película, en la que vemos una práctica de bastantes horas, por la cual al término de esta tenemos que Andrew, finalmente, se ha ganado su lugar. Con lo que puede comprobarse a sí mismo su valía y que, las decisiones que anteriormente ha tomado, le han dado un resultado positivo (al menos para efectos de la práctica.

Pero, como el argumento de Whiplash se sirve en demostrarnos después, sucede que la vida no siempre suele ser algo así de sencillo (puntos por realismo).

Una Diosa caprichosa llamada Fortuna

Tal como Andrew obtuvo su oportunidad dorada mediante una mezcla entre una cuestión de mera fortuna (la oportunidad se abre a raíz de esto) y negligencia del baterista titular. Ahora tenemos que la misma suerte que le permitió llegar a su tan ansiado puesto será la que lo ponga en aprietos.

Y esto se lo debemos como no, a una llanta ponchada del autobús, porque life it´s a b*tch, ¿a poco no? A lo que, con un horario bastante rezagado tenemos a un Andrew sumamente apresurado, que toma decisiones impulsivas y, bajo este efecto del impulso, se olvida de llevar consigo sus baquetas, dejándolas en el lugar donde ha rentado un carro –NUNCA CONDUZCAN CON PRISAS, por favor-

Esta cuestión acerca de la suerte, se la hace saber Fletcher al decirle que “solo es un músico estable por que perdió una carpeta“, tras lo que da un ultimatum de 10 minutos para recuperar sus baquetas y llegar al escenario o bien darse por perdido en su orquesta. A lo que, tras recuperar las baquetas, este último tiene un accidente automovilístico y no obstante esto último, ¡termina llegando a tocar! Tras lo cual, obviamente fracasa.

Aquí el sentimiento que me da esta imagen (acerca de los motivos de no reconocer nuestros propios límites) me recuerda bastante a una escena de un anime japonés algo famoso, llamado Naruto. En la imagen podemos ver a un muy herido y evidentemente derrotado personaje de nombre Rock Lee, cuya filosofía de vida se basa en el esfuerzo para superar la adversidad. Y quien también busca, por sobre todas las cosas, obtener el reconocimiento de su tutor, ¿te suena el guión?

Así tenemos que, en la imagen que se muestra, Rock Lee se ha levantado estando inconsciente para seguir luchando, bastante similar al empeño de Andrew por tocar en la banda a pesar de sus heridas inmediatamente después del accidente.

De igual forma y antes de seguir avanzando, bastante relacionado con el tema podrías checar este vídeo que subimos al canal de YouTube, no olvides suscribirte.

Ahora, un pequeño consejo para ustedes y es que, cuando tengan una cita para cualquier asunto importante, siempre vale la pena que llegas con más tiempo; es decir, tiempo de sobra a que lo hagas rayando en la línea de la puntualidad. Aunque este tipo de situaciones realmente son imprevisible, lo cierto es que Andrew pudo haber tomado el autobús de una hora antes, lo que le habría resultado en una llegada menos apresurada y en la que, probablemente, no habría olvidado sus baquetas: Mira mamá, ¡sin accidentes!

Aprendiendo a soltar

Apenas comenzando Whiplash (en la escena que Andrew va al cine con su padre) tenemos la presentación de lo que pudo ser una película muy distinta pues su padre le comenta, ante el desánimo de Andrew, que “tiene otras oportunidades”; de inmediato Andrew toma una postura escéptica y a la defensiva, preguntándole “¿qué otras oportunidades?”

Y ahora, hacia casi el término de Whiplash podemos ver a un Andrew que sencillamente ha tenido que optar por otro camino, tras su quiebre y haber golpeado a Terence Fletcher antes de retirarse del escenario -lo cual fue producto del mismo-, Andrew ha sido expulsado del Conservatorio y ahora pasa el tiempo con su padre y en un empleo común.

Poco a poco va sanando sus heridas, y eso es algo natural. No significa necesariamente que haya fracasado ni que sus aspiraciones -mucho menos su vida- estén acabadas (aunque a veces podemos pensar que así es).

Pues bien, sobre esta cuestión me gustaría reiterarte que casi siempre es dañino pensar en términos de absolutos; aunque esto es algo que normalmente hacemos en términos económicos (un empleo es la única forma de ganar dinero, y no lo es) o emocionales (“tú eres el/la elegido/a” o bien “todos/as los/las hombres/mujeres son…); en este caso Andrew no logra entender que su camino no está definido por una persona, sin embargo para él -en su mente- esta es la única realidad y la única forma de llegar a su objetivo.

Sobre el tema, pensamos un poco, ¿de verdad es así? Digo, no en vano la película se llama Música & Obsesión y es que, en efecto, la obsesión de Andrew no pasa por ser un músico reconocido ni exitoso, sino que se centra en obtener el reconocimiento de Terence Fletcher para lograr su propia satisfacción personal (algo que, desde el comienzo, ya sabemos que no resultará bien).

Un Mundo DESPIADADO

Cierra Whiplash el telón con un acto de venganza por parte de Fletcher hacia Andrew, pues siempre supo que Andrew lo había delatado y, otra cuestión que hay que entender aquí, es el nivel de egoísmo de Fletcher. A quien, sin importarle aun que se trata de una presentación profesional se arriesga a arruinarla con tal de dejar en ridículo a Andrew, lo que eventualmente termina sucediendo.

Otra cuestión que me agrada acerca del final es cómo cierran los puntos abiertos cuando, por ejemplo, Andrew intenta entablar una vez más su relación con Nicole y resulta que ella ya tiene pareja. Con lo que, nos ilustra en una verdad esencial de la vida: Las oportunidades pasan, las tomas o las dejas.

El mundo es, y sigue su curso, punto.

Enfrenta tus Demonios

Finalmente, es interesante observar como a Andrew le sucede algo que pocas personas han tenido oportunidad de experimentar de primera mano y no es otra cuestión que enfrentarse a su peor miedo. Pues, al quedar en ridículo por parte de Fletcher, quien ha cambiado las piezas que tocarán por otras que Andrew no conoce (no sin antes advertirle que sabe que fue él quien lo delató), Andrew se retira triste y roto por completo, hundido a los brazos de su padre pero, de pronto decide que no. Que no es este el final y entonces, como dicen por ahí, resulta que el valiente vive, hasta que el cobarde lo permite.

Esta oportunidad es algo que no sucede ni todos los días ni a la mayoría de las personas, quienes terminan temiendo durante el resto de sus vidas, viviéndolas en adelante pero ahora rehenes de miedos y supuestos imaginarios. El Fracaso que sufre Andrew, motivado tanto como no, en momentos previos a este punto final de la película le han forjado para tener la determinación y las agallas necesarias para realizar el movimiento que sigue…

Entonces, Andrew vuelve a la batería y se roba la escena de Fletcher, dándole entrada a la banda para que toquen “Caravan” -aquella pieza que Andrew estuvo preparando vehementemente y nunca pudo llegar a tocar-, amén de la poesía en los guiones de cine. Y entonces, sucede la magia. Habiéndole robado al escena a Fletcher, tenemos un director de orquesta que se resigna y comienza a admirar la determinación de quien, quizá en adelante, podría ser su nuevo pupilo estrella. Cerramos la película con algo que no sucede ni siquiera dentro de la pantalla (son las arrugas en los ojos las que permiten la siguiente afirmación): Un Fletcher sonriente, en franco reconocimiento al esfuerzo y maestría de Andrew al tambor. C´est fini… Así queda Whiplash y corte final.

Creo que otra de las cuestiones con las que tenemos que romper en esta sociedad tan rota es la concepción maquiavélica de que “el fin justifica los medios” (para mayor referencia, Maquiavelo nunca logró su sueño estando en vida, pero les gusta tomarlo como ejemplo…) así como que debemos ser egoístas para lograr nuestros cometidos.

Algo que no me saltó de inmediato respecto de la película pero me llamó mucho la atención hacia el término de la segunda vez que la estaba viendo (todo sea por ustedes, queridos lectores del Blog) es la realización de que durante básicamente toda la película de Whiplash podemos ver que Andrew está COMPLETAMENTE SOLO. Es decir, más allá de su corta relación con Nicole (su novia) y el apoyo incondicional de su papá, podemos observar que ninguno de los otros músicos de la misma banda acuden a apoyarlo, ¡ni siquiera a prevenirlo!

Aunque en principio podríamos pensar que se trata de una artimaña del guión, les puedo compartir desde mi breve experiencia juvenil en el mundo del deporte de alto rendimiento que no es así. Si existen las malas pasadas tanto como los sabotajes intencionales, inclusive entre miembros de tu propio equipo de entrenamiento o de tu propia entidad a la que representas (aunque claro, no debería ser así). Esto queda vigente cuando, durante la escena que da lugar a que Andrew obtenga su oportunidad como primer batería, en un descuido no intencional resulta que a Andrew le han robado el cuaderno con las partituras de su compañero. Una pequeña muestra de hasta donde llegarían los músicos sin escrúpulos (y en general, cualquier persona que no los tenga) con tal de conseguir su objetivo: Ganar.

CONCLUSIÓN: Un delicado equilibrio

Una vez más, debemos cuidarnos de los absolutos. Es cierto que todo aquello que vale la pena requiere esfuerzo, trabajo y disciplina. Pero tampoco deberíamos llegar a tales extremos en los que nuestra salud, integridad, estabilidad emocional dependan de ello.

No hay dos palabras en el mundo más nocivas que “bien hecho

Terence Fletcher a Andrew Neiman sobre la decadencia del jazz

Un aspecto especialmente interesante de Whiplash es que -al igual que con la cinta Hambre de Poder cuyo análisis puedes leer aquí-, tratándose del personaje de Terence Fletcher nos encontramos ante la presencia de un anti-héroe.

Cuando este aborda a Andrew de cara a su nuevo empleo tras ser despedido queda meridianamente claro que él se ve a sí mismo como un guardián del buen jazz (aquel que “se está muriendo”), un impulsor de talentos y genios de la música hasta el punto en el que ni siquiera ellos mismos saben que pueden llegar. El único problema es que, en su camino, habrá roto a más de uno, tal como sucedió con Sean, el músico a quien Fletcher llora pero conocemos que se suicidó. Tal y como lo deja claro al decir que “lo intenté, realmente lo intenté y eso es algo que muchos no hacen. Y nunca me disculparé por intentar”.

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De hecho, y sobre el tema, debo confesar que me ha encantado y que encuentro bastante cercano al argumento de Whiplash con este póster promocional que realizaron para darle difusión, donde podemos ver a un Andrew cabizbajo, al borde de uno de los platillos de la batería ilustrando perfectamente que tan cerca está de cometer una autolesión de la que podría no recuperarse o bien, mantener una afectación permanente para él y sus seres queridos.

Recordemos que esto fue lo que le sucedió a aquel otro chico y gran promesa que fue tutelado por Fletcher, algo que Andrew intenta hacerle notar al decirle que si no va “un poco demasiado lejos”.

Nuevamente, si bien es cierto que para muchos este es el único camino (el del esfuerzo, las lágrimas y la sangre), la verdad es que yo discrepo un poco al respecto. Después de todo, la vida se trata de equilibrio. Y no me malentiendan, creo firmemente en el valor del esfuerzo -prueba de ello es que todos los días me esfuerzo por acercarte contenido accesible y de alta calidad- pero, siempre debemos guardar claridad sobre cuánta vida nos está costando nuestro sueño o, dicho de otra forma, ¿qué tan lejos llegaríamos por lograr aquello a que aspiramos? Y tampoco nos haría daño pensar a profundidad si realmente queremos aquello que decimos querer.

Puede suceder que intentando llegar a donde creemos que queremos estar, terminemos gastando cantidades ridículamente grandes de nuestros recursos más valiosos (tiempo, atención, energía, relaciones, etc.), y solo para terminar quebrándonos o quemándonos después de algún tiempo. Tanto como una cuerda que ha sido expuesta a una tensión mayor de aquella para la que fue creada.

Pin en Salud

Aunque para muchos esta es una cinta que habla acerca de todo lo que requiere ganar en la vida aka “ser alguien“, lo que sea que ello signifique. La verdad es que a mí me ha parecido una película idónea para hablarnos sobre cómo NO perseguir el éxito. No olvidemos que se trata de un guión de Hollywood y lo cierto es que, este tipo de afecciones (depresión, ansiedad, etc.) no terminan como en la película, ni tampoco tan oportuno.

Recuerden cuidar su salud mental, que también es una parte súper importante del cuidado a nosotros mismos; aunque comúnmente sea subestimada o bien, se relegue al estatus de ser un tema tabú: Acudir con un psicólogo no significa estar roto. En realidad todos estamos rotos y acudimos al psicólogo para que nuestras grietas no se conviertan en algo más profundo y grave (puedes verlo inclusive como un acto de valor: te valoras a ti al asistir y adquieres valor para enfrentar el “qué dirán” de aquellos con prejuicios.

En mi opinión la lección más importante que tiene esta película para nosotros es: Aprende a poner límites (antes de que sea demasiado tarde).

¡ATENCIÓN! Ten CUIDADO con los deprededadores

Desde la primera vez que la vi, Whiplash me llamó mucho la atención en virtud de que me recuerda mucho a las personas que se valen de la violencia psicológica (depredadores). Mismo tipo de violencia que ha demostrado ser -sobretodo en tiempos recientes- mucho más peligrosa que la violencia física.

Vale la pena mencionar algunas de las “Banderas Rojas” que existen sobre este particular en la actitud de Terence Fletcher, tales como:

  • Insultos perspicaces: En su primer encuentro, de inmediato impone un tono lleno de violencia y sumisión (llamándole “mono” dentro de las primeras líneas que intercambian ambos personajes).
  • Vaguedad, una poderosa aliada: Comúnmente, tratándose de personas que buscan alentar la inseguridad en sus víctimas es común que recurran al uso de un lenguaje ambiguo y vago; de tal forma que no existe una respuesta correcta para el problema que plantea. Como cuando Fletcher cachetea a Neuman para preguntarle si ha sido rápido o lento, posteriormente le pide que cuente y al hacerlo este como lo viene haciendo (utilizando su voz) le responde que se refería a que utilizara la batería, y así sucesivamente…
  • Uso de información privilegiada: Cuando, ante la incapacidad de Andrew por llevar los tambores a su ritmo utiliza la información personal que este le había dado en confianza apenas unos minutos antes respecto de cómo su mamá los abandonó a él y a su padre cuando Andrew era apenas un niño.
  • Presión social mediante evidencia: Otra cuestión importante de la violencia psicológica que Terence Fletcher ejerce a lo largo de la película es que siempre se realiza en público, aprovechándose de la presencia de terceros, el abusador recurre a evidenciar a sus víctimas como incompetentes o inútiles frente a otras personas. Esto con la intención de menoscabar su confianza y autoestima respecto de como otras personas (con las que además convive diariamente) le verán.
  • Disminución del Valor: O, como me gusta decirle eres completamente reemplazable“. Esta estrategia se manifiesta cuando Terence le añade un poco de picante a la mezcla al intervenir a Connolly dentro de los ensayos, haciendo una referencia directa a cómo también se ha encontrado a Connolly practicando en las horas tardías tal como sucedió con Andrew antes que él. De esta forma, le resta activamente valor a la posición de Andrew a la vez que le amenaza de forma directa sobre la posibilidad de perder su posición frente a la orquesta, utilizando para ello a la persona detrás de la cual Andrew había comenzado al inicio.
    Esta cuestión recibe una agravante en el sentido de Fletcher sabe que Connolly no es ni de lejos tan bueno como Andrew, pero su inclusión en la banda obedece únicamente a orillar a Andrew a una posición similar a encontrarse entre la espada y la pared, o bien como sucede en el mito de la espada de Democles, en que un hilo pende por encima de su cabeza solamente atado por el pelo de la cola de un caballo, impidiéndole disfrutar del banquete que tiene frente a sí.
  • Baja la Guardia: De alguna forma inherente, este tipo de personas saben hacer que bajes la guardia frente a ellos. Tal como sucede con Andrew que pasa de estar muy tenso frente a Fletcher cuando lo encuentra después de todo el desbarajuste a aceptar que este último lo dirija en una actuación profesional donde Fletcher pretende humillarlo.

Un último comentario respecto de la cuestión psicológica propia de los depredadores y abusadores es que son incapaces de darse cuenta del daño que generan. Esto lo podemos ver indirectamente cuando Terence le anuncia a la orquesta -al borde de las lágrimas- que ha fallecido Sean Casey, uno de sus antiguos estudiantes, a quien reconoce como “un músico maravilloso” y no sin antes aprovechar su historia para brindar inspiración y un toque de emotividad a la orquesta antes de pasar a una de las escenas más icónicas de la película, en la que los tres aspirantes a bateristas se baten en un duelo durante horas con tal de ganarse su lugar en la banda.

Si esta película nos deja claro algo es que debemos pensar en cuanta vida nos cuesta conseguir aquello que queremos y, si realmente vale la pena emprender dicho camino. Esta es una temática que también se aborda en el Análisis de Lectura más reciente (29/06/2021) que hice sobre el libro “Your money or your life” en el que los autores abordan una temática similar para analizar de forma clara y profunda -un ejemplo de ello lo puedes apreciar en la imagen- qué tan satisfechos estamos con la vida que llevamos a cabo y las decisiones que tomamos; puedes leer el análisis (1/2) siguiendo este enlace.

También puedes acceder a esa tabla y otra más con datos relacionados del libro desde nuestro Grupo de Facebook en la sección de “Archivos”, lo encontrarás como: TU DINERO O TU VIDA_GF-1-2.exe

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También podrás leer algunas otras películas y/o series que previamente he resumido en la sección Análisis de Películas, entre las que se encuentran los siguientes:

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