Sesgos Conductuales al Invertir 1/3

Invertir no es fácil. Ni mucho menos, Piénsalo bien, ¿por qué lo sería? Estás buscando hacer dinero y resulta que el dinero “fácil” no existe. Sin embargo, invertir se convierte en algo especialmente difícil sobretodo porque, al hacerlo, te tienes a ti mismo/a como principal enemigo (gracias, sesgos conductuales). ¿Quieres saber cómo está el asunto y qué podrías hacer para ponerle un alto? ¡Lee hasta el final!

por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.

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¿Qué es un Sesgo Conductual?

Un sesgo conductual -o cognitivo- es tal cual una suerte de atajo creado por nuestra mente para efectos prácticos en el momento que requiere procesar la gran cantidad de información de que dispone en poco tiempo para ejecutar una toma de acción. Dicho término fue acuñado en el año de 1972 por los psicólogos Daniel Khaneman y Amos Tversky, a quienes actualmente se les considera como los padres de la economía conductual o economía del comportamiento.

En sus estudios, ambos personajes estudiaron la forma en la que el cerebro humano tiende a analizar y procesar la información de que dispone de manera inmediata para los procesos de toma de decisión. Así, ambos descubrieron que la increíble rapidez con que nos permite procesar información nuestra inteligencia no queda inmune a una serie de sesgos o cuestiones de tergiversación; sobretodo tratándose de decisiones tomadas en forma automática y casi instintiva.

El principal problema de estos sesgos es que, si bien nos ayudan a sobrevivir al tratarse de un impulso -ante la imposibilidad de poder analizar cabalmente toda la información disponible-, podemos afirmar que estas elecciones no se basan en un pensamiento lógico ni racional. De hecho, es bastante común que solamente den una apariencia de ello, orillándonos así a tomar -o mantener- una serie de decisiones bajo una óptica distorsionada que podrían no ser las mejores para nosotros. Sobretodo cuando estas últimas son analizadas de cara a nuestro pensamiento racional.

¿Por qué importan los Sesgos Conductuales?

Los sesgos conductuales distorsionan la realidad -o más bien, nuestra percepción sobre la realidad- de formas muy distintas. De hecho, estos sesgos suelen ser algunos de los causantes de que te cueste trabajo ahorrar y también de que seas especialmente malo/a al invertir, o de que pases por alto algunas señales muy particulares que podrían hacerte ver (bajo una mirada objetiva) que tu análisis de un activo es erróneo.

Los mismos sesgos nos hacen desechar opiniones contrarias a las nuestras (por muy buenas que puedan ser), así como nos empujan a buscar ciertas relaciones inexistentes o nos hacen darle un mayor peso a los acontecimientos recientes que a los pasados…

Ahora -he aquí un asunto importante-, esto es algo que sucede y sucederá, así sea que lo queramos o no. Es decir, se puede ser consciente de estos sesgos y esto no significa ni mucho menos que se convierta en algo más sencillo el poderlos identificar y evitar (pregúntenme a mí, para colmos). De hecho, normalmente encontraremos que varios de los errores más comunes al invertir que podemos cometer se encuentran detrás de sesgos conductuales (si quieres saber a qué errores me refiero, revisa este vídeo).

A continuación, vamos a revisar algunos de los sesgos conductuales más comunes que existen en el mundo de la inversión, en qué consisten, así como lo que podemos hacer al respecto de estos (en caso de que nos identifiquemos con alguno).

Sesgo de Anclaje

Pregunta seria: ¿Cuánto vale el Bitcoin para ti? Ok ¿y cuánto vale una acción de Apple?, ¿y la de Amazon? La respuesta es depende. Y no, no depende -en muchas ocasiones- de sus fundamentales sino más bien del precio al que hayas conocido el valor de que se trate. What?

Sí, así es. Muchas veces el sesgo de anclaje -también conocido como fenómeno de impronta– hace que tiendan a anclarse en nuestras mentes los puntos de referencia inicialmente suministrados, adaptando en consecuencia la respuesta a dicho punto de referencia.

El nombre de “fenómeno de la impronta” lo recibe por el proceso en el Reino Animal por el cual algunas crías se identifican con los adultos de su especie y aprenden de ellos mediante observación e imitación de forma casi inmediata. Esta cuestión fue descubierta por Konrad Lorenz (en la imagen a la derecha), quien observó que las crías de los gansos seguían a su madre apenas rompían el cascarón. Así, uno de sus mayores descubrimientos fue que unos gansos huérfanos le seguían como si fuera su madre de forma instintiva al romperse su cascarón. Lo que sucedía es que, al romperse el cascarón, los pequeños gansos detectaban un ser en movimiento y de inmediato ocurría el apego materno-filial conocido hoy día como fenómeno de la impronta.

El anclaje es, de hecho, un método heurístico psicológico que describe la propensión a tomar decisiones basándose en las primeras informaciones encontradas.

Acorde a esta cuestión, tenemos que los seres humanos comenzamos dentro de un punto de referencia -implícito o explícito-, que es el ancla, y realizan algunos ajustes para llegar a su propia evaluación (aunque siempre dándole un peso exacerbado a la primer información).

Ejemplo del Sesgo de Anclaje

Un ejemplo sencillo de este sesgo puede ser que el primer precio de venta que se ofrece por un automóvil (ya sea de primer uso o de segunda mano/usado) tiende a definir el resto de la negociación. En el sentido de que un precio inferior parezca razonable aunque sea superior al valor del automóvil.

Dentro de los campos de estudio de este sesgo, destaca la investigación realizada por Scott Plous (1989) en la que se verificó la forma en que la heurística del sesgo de anclaje logra influir en los juicios sociales. En este sentido, a un primer grupo de participantes se les preguntó sobre el riesgo de una guerra nuclear mayor al 1% (este porcentaje es el ancla) y a un segundo se le preguntó si consideraban que el riesgo era inferior al 90% de probabilidades (90% de anclaje). Posteriormente, se les invitó a estimar la probabilidad de una guerra nuclear y el grupo con un anclaje en el 1% estimó -por media general- una probabilidad del 10%, mientras que aquellos que fueron anclados al 90% estimaron en torno al 25%.

¿Cómo evitar el Sesgo de Anclaje?

Este sesgo se puede omitir cuando, al formular un juicio dentro de nuestra mente, recordamos de forma consciente que somos propensos a crear este tipo de asociaciones mayores al punto de referencia estable. Sin embargo, no te confíes, pues resulta que -tal como numerosos estudios han demostrado vez con vez- resulta que este efecto de anclaje es uno de los más difíciles de evitar.

Sin embargo, dentro del mundo de la inversión una buena salida para este dilema consistiría en realizar lo siguiente:

  • Realizar un estudio/análisis a consciencia respecto de los fundamentales del activo en cuestión;
  • Mantener la consciencia de que todo cambia en el mundo de las inversiones. Especialmente tratándose de activos volátiles. Mutatis mutandi.

Otras cuestiones que también podría resultarte en extremo útiles para intentar evitar este tipo de sesgo son:

  1. Encontrar una valoración diferente a tu primer aproximación: Siempre vale la pena recurrir al extenso mundo de la internet o bien al tribunal social para efectos de verificar/confirmar si nuestras primeras impresiones están erradas o no. La validación por confrontación es un mecanismo eficaz para adecuar el valor de nuestra ancla al que le debería corresponder.
  2. Ralentizar la toma de decisiones: Recuerda que, en su mayoría, los sesgos conductuales -o heurísticas del pensamiento- se configuran cuando intentamos tomar decisiones de inmediato y con información limitada (por algo son considerados como “atajos”). Así, al ralentizar tu proceso de toma de decisiones te verás en una menor probabilidad de incurrir en algún sesgo de este tipo o cualquier otro.
  3. Reflexionar sobre el pasado: Recuerda otros momentos en lo que tu primer juicio “evidente” te falló bajo una imagen sesgada (compras apresuradas por FOMO, serían un buen ejemplo).

Efecto Halo

Este sesgo conductual se basa en “dejarnos llevar por las apariencias“. ¿Quieres saber si alguien es bueno en algo? No te fijes en lo que dice -ni tampoco, necesariamente, en cómo lo dice-, fíjate en sus resultados. ¡Así de sencillo!

Ahora, ¿de dónde recibe este particular nombre el sesgo en comento? Pues bien, como quizá sepas, los halos son fenómenos ópticos que aparecen alrededor de una fuente luminosa. Gracias al halo es posible ver como si la luz iluminase un área mayor de la que, en realidad, está iluminando. Así y como se puede ver en la siguiente imagen:

El halo es esa aureola de luz que se extiende en circunferencia alrededor de la fuente de luz.

Algo similar sucede dentro de la psicología, en la que el efecto halo se trata de un sesgo por el cual nuestra percepción acerca de un rasgo suele ser influenciada por otros rasgos que no tienen relación alguna. Aplicando lo anterior al mundo de las inversiones, tenemos que el efecto halo consiste en creer que alguna persona (o un grupo de personas, para el caso) en particular es buena invirtiendo solamente por su manera de hablar, de vestir, de comunicar o por su estilo de vida. Este tipo de efecto es muy utilizado para el tema de las Estafas Piramidales, como sin duda habrás anticipado ya.

Algo que sucede de forma particularmente constante dentro del mundo de las redes sociales. Basta para ejemplo, lo que sucedió con Byron Denton. Un joven de 19 años que fingió durante una semana un estilo de vida de millonario utilizando “dos sencillas aplicaciones” (¿entendiste la referencia?); pero de edición de fotos. Solo para ver como crecía exponencialmente el número de reacciones que generaba dentro de su cuenta. Aquí un ejemplo de su trabajo:

Fingió una vida de millonario y demostró lo fácil que es engañar en  Instagram - LA NACION

El principal problema de este efecto es que lleva a la gente sin experiencia ni conocimientos (y mucha avaricia, en cambio) a perder su dinero en servicio de supuesta mentoría o bien, a través de servicios de trading que sencillamente no son lo que prometen.

En este sentido otra heurística sencilla para eliminar este tipo de cuestiones es que te alejes terminantemente de aquellos personas/proyectos/equipos/servicios que, para promocionarse, recurran a una exposición sesgada (incompleta) sobre su estilo de vida.

Adicionalmente harías bien en recordar el conocido Problema de la Agencia que es el conflicto económico que surge entre dos agentes/partes que persiguen distintos objetivos. O puesto sencillo, solo puedo decirte que estas personas sin ética quieren su comisión (a través de tu dinero) y no tu bienestar financiero…

Este es uno de los primeros sesgos conductuales en ser identificado y estudiado dentro del campo de la psicología. Pues fue Edward L. Thorndike quien en 1920 descubrió este asunto en el marco de sus estudios sobre los errores en las evaluaciones psicológicas en el ámbito militar. Cayó en cuenta de que, en el marco de estas evaluaciones, un solo elemento afectaba a la evaluación de otros elementos, lo que terminaba influyendo demasiado en el juicio final. Puesto fácil: El efecto halo consiste en hacer un juicio global con base en una primer impresión parcial.

Otra cuestión interesante es que este efecto se produce cuando diferentes características se correlacionan entre sí, sin verificación de ningún tipo. Tal como cuando atribuimos cualidades adicionales a personas siendo que estas no están presentes, ¿a poco no te suena un poco familiar?

De esta forma, es bastante común que tiendan a combinarse los conceptos de lo bello y lo bueno, entre otros. Este efecto se puede producir con mayor frecuencia cuando existe prisa o hay una falta de información (primeras impresiones) que no permite la evaluación.

Ejemplos del Efecto Halo

Algunos ejemplos sobre cómo funciona el efecto halo se dan a través de situaciones concretas que se expresan a continuación como juicio de valor que, por supuesto, están errados:

  • Las personas más atractivas se consideran como más inteligentes, aunque esa relación no exista.
  • Las personas más gordas tienden a verse a sí mismas como más delgadas.
  • Los profesores, tienden a considerar a sus alumnos más atractivos estéticamente (apuestos) como si fueran más competentes.

¿Cómo evitar el Efecto Halo?

La pregunta clave a continuación es: “¿Cómo podemos evitar el efecto halo?” Pues bueno, en la mayoría de las ocasiones que se presente este sesgo conductual, bastará con reflexionar durante un momento a profundidad, para efectos de no quedarnos con la primera impresión.

Este es un sesgo que se suele dar muy bien en mezcla con la ignorancia así que deberías ir más allá dentro de tu investigación y verificar distintas fuentes y referencias (nunca está de más googlear…) para poder evitarlo.

Ahora nuestra pregunta es: ¿cómo podemos evitar el efecto de halo? Pues bien, basta reflexionar un momento, basta no quedarnos con el primer juicio, en la primera evaluación. Tenemos que tratar de ir más allá y averiguar quién está detrás del “vestido”. No olvidemos que, muy a menudo, el traje no hace absolutamente el hombre (aunque a veces, sí).

Uživatel Patricia Lúcar na Twitteru: „Cuidado con la arrogancia, con la  discriminación. En la vida, como en el ajedrez, al final, el peón y el rey  se guardan en la misma caja. #

Es decir, en este caso para evitar caer en este juicio será suficiente con mantenernos conscientes de que al recoger la mayo información posible, ya estaremos del otro lado. Mientras mejor sea nuestra investigación (más detallada, reflexiva y exhaustiva), tanto más probable es que podamos vencer a este tipo de efecto. Pues el efecto halo solamente puede durar hasta que nos encontramos con evidencia tajante acerca de lo contrario. Lo cual, sobra decir, no suele ser muy difícil, por lo menos tratándose de Estafas Financieras y malos servicios.

Recuerda que en este caso, resulta bastante aplicable el dicho que dice que “el hábito no hace al monje“. Así que, ya lo sabes, ¡no te vayas con la finta!

Sesgo de Confirmación

El Sesgo de Confirmación es uno de los sesgos conductuales más peligrosos que nos podemos topar en el mundo de las inversiones. Pues este sesgo consiste, de hecho, en una tendencia a buscar, favorecer e interpretar de mejor manera aquella información que corrobora o valida nuestro punto de vista, eliminando aquella que no.

Un efecto sencillo de este sesgo es que la gente comience a perder dinero -aún sin saberlo- cuando se ve incapaz de reconocer que su suerte le ha conseguido una ganancia, no así su capacidad ni formación; pero cuando se trate de pérdidas sea culpa de alguien más. Es decir, la suerte no es mala en principio, pero nuestra incapacidad por reconocerla la convierte en algo peligroso para nosotros mismos. Pues confundimos nuestras capacidades con una buena racha y realizamos mayores y más grandes apuestas cada vez (envalentonados por el favor de la caprichosa Fortuna), hasta que, finalmente, lo perdemos todo.

Esta es, justamente, la tesis de uno de los mejores libros prácticos de inversión que conozco y haya leído jamás, cuyo nombre es What I learned losing a million dollars? (¿Qué aprendí perdiendo un millón de dólares?) de Jim Paul y Brendan Moynihan, en el cual Jim nos comparte su experiencia sobre cómo fue que la buena suerte lo llevo a una posición envidiable, pero -ante su incapacidad por reconocer la buena fortuna- tiempo después terminó perdiéndolo todo en unos cuantos meses debido a que su suerte se agotó.

Otro de los libros básicos que te recomiendo para efectos de poder combatir a este sesgo en particular (que tiene mucho que ver con la prepotencia y la arrogancia) es El Ego es el Enemigo de Ryan Holiday.

De forma más sencilla, podemos decir que el sesgo de confirmación es una tendencia a verificar nuestras creencias, aun cuando estás no sean correctas (aquí la parte peligrosa). Así, el sesgo de confirmación es nuestra predisposición a buscar información -de forma sesgada por completo- que nos ayude a confirmar nuestras propias creencias e impresiones. O dicho de otra forma, tendemos a ignorar y pasar por alto aquella información que no nos beneficia. Y si no es el caso, si sucede que le demos un peso menor…

Este sesgo precisamente nos ayuda a explicar el por qué la imagen de uno mismo (y sus creencias) suele permanecer extraordinariamente estable. Aquí podemos decir que creemos en lo que queremos creer pero, ¿tenemos la certeza de que nuestra visión de la realidad corresponde con la realidad? Al tomar una decisión interpreta el sesgo como si nuestro cerebro quisiera de facto eliminar todo aquello que tenga el potencial para desacreditar nuestras creencias.

Es tal y como lo pone la siguiente imagen:

El mismo sesgo de confirmación interviene cuando pensamos en los demás. Por ejemplo, si creemos que los demás son poco fiables, observamos y recordamos selectivamente la información que confirma que engañan, mienten y manipulan.

Ejemplos del Sesgo de Confirmación

Ya hemos hablado de algunos ejemplos cotidianos del sesgo de confirmación, pero aquí podemos revisar una serie de experimentos que se realizaron al respecto:

  • Watson (1960) demostró que las personas tienden a no buscar la información que podría refutar sus creencias. Esto lo hizo dando a algunos sujetos una secuencia de tres números – 2, 4, 6 – que se ajustaban a una regla que tenía en mente, y la regla era simplemente “cada triple ascendente”. Para permitir a los participantes descubrir la regla, Walson invitaba a cada persona a crear secuencias de tres números; cada vez, Watson le decía a la persona si la secuencia era o no conforme a su regla, y tan pronto como los participantes estaban seguros de haberla descubierto, debían detenerse y anunciarla. ¿El resultado? Raramente correcto, pero nunca dudado: 23 de los 29 participantes estaban convencidos de una regla equivocada. Se formaban creencias erróneas sobre la regla (por ejemplo, contar por dos) y luego buscaban pruebas de confirmación (por ejemplo, probando 8, 10, 12) en lugar de intentar refutar sus intuiciones.

Adicionalmente, en algunos experimentos realizados en la Universidad de Austin, Texas, William Swann y Stephen Read descubrieron en 1981 que los estudiantes también tienes una tendencia clara a buscar, deducir y recordar únicamente los comentarios que confirman sus creencias sobre sí mismos y su forma de ver el mundo.

De esta forma, no debería extrañar que suele suceder que las personas buscan como amigos y cónyuges a aquellos que apoyan su visión de sí mismos, incluso cuando tienen poca autoestima.

¿Cómo evitar el Sesgo de Confirmación?

Este sesgo es uno de los más difíciles de evitar. Puesto que, para hacerlo, tenemos que confrontar efectivamente nuestra visión acerca del mundo. Algo que, la mayoría de las veces, podría simplemente no gustarnos en lo más mínimo. Pero, para efectos pragmáticos, bastará con que te recuerdes a ti mismo/a que eres humano/a y esto significa que puedes equivocarte. O, dicho mejor aún, significa que te vas a equivocar.

Es tal y como lo decían los antiguos en su adagio/frase latina: Errare humanum est (errar/equivocarse es humano). El conocimiento de esta consideración y la aceptación de esta condición humana hará mucho más sencillo que puedas enfrentarte a este sesgo. Adicionalmente, procura entender que el mantenerte en un camino donde solo buscas reconocimiento y aplausos antes que crítica y confrontación no te generará NADA de crecimiento. De hecho, es altamente probable que sea todo lo contrario.

Post Data: Este sesgo conductual de confirmación se ve agravado especialmente debido a la forma en que operan los algoritmos dentro del mundo de la internet. Ya sean motores de búsqueda o redes sociales o plataformas de contenido, la realidad es que cada una de ellas tiene algoritmos, sistemas y mecanismos para internalizar nuestra serie de creencias y mostrarnos únicamente contenido relacionado con ello.

Si te interesaría saber más sobre este tema, te dejo con esta recomendación de lectura que es El Filtro Burbuja de Eli Pariser (¡lectura obligada!)

Sesgo de Supervivencia

Aquí te va una pregunta más: ¿Cuántos inversionistas consideras tú que son exitosos, por no decir “rentables”? Piensa bien en la respuesta, pues estás a punto de ser víctima de un sesgo por demás interesante. ¿Listo/a?, tengo otra pregunta para ti: ¿Cuántos inversionistas consideras que se dedican a ellos de manera redituable y a tiempo completo? Anota tus porcentajes.

Ahora hablemos del sesgo conductual de supervivencia, que es una disonancia creada al estimar las probabilidades de éxito en algo solamente viendo los resultados de terceros, sin entender ni observar -ni siquiera considerar– a aquellos que fracasaron en el intento.

Dicho de forma muy ruda podemos afirmar que, en el mundo moderno, solamente importan los Ganadores. Es tal y como dicen por ahí que “son los ganadores quienes escriben la historia”. Bien, hecha la analogía competente, resulta conducente el afirmar que “son los ganadores a quienes ponemos atención”. Después de todo, ¿a quién rayos le importan los perdedores? Nadie quiere ser un perdedor, ¿o sí? Luego entonces, ¿por qué habrías de escuchar (o ver) a “uno más”?

Respondiendo a las preguntas anteriores:

  • Se calcula que poco más del 10% de los inversionistas llegan a ser rentables con el paso del tiempo (es decir, una amplia mayoría se pierden en el intento)
  • Solamente el 1% de los inversionistas se dedica a ello de tiempo completo y viven de ello.

Y sin embargo, aquí estás tú, haciendo tu lucha e intentando. ¿A qué se debe esto? Pues bien, en general resulta mucho más sencillo, ver y prestar atención solo a los éxitos antes que a los fracasos; que, incluso a nivel personal, suelen caer en el olvido o ser “dejados en el pasado”. En cierto punto ya no son “tema de discusión”. Nuevamente, ¿a quién le gusta repetir sus derrotas?

Este fenómeno del Sesgo de Supervivencia, es una derivación directa del sesgo de selección: En este caso, tenemos un error de selección (de objetos, de personas, de datos), que se basa en el hecho de confiar y tener en cuenta exclusivamente los casos de éxito, en cambio, se omiten los casos negativos.

Sucede que, por cada historia de un naufragio que sobrevive con éxito existen todo un mundo de ellos que no lo han podido contar.

En la medicina, el Sesgo de Supervivencia también se conoce como Falacia de Neyman, que consiste en utilizar casos prevalieres para los estudio de casos y controles: los casos prevalieres son también casos supervivientes y estos pueden no ser representativos del total de los casos. .

El Sesgo de Supervivencia también describe uno de los defectos más comunes en el análisis de datos, pues tiende a distorsionar los datos en una sola dirección. Con lo que es bastante común que termine haciendo que los resultados parezcan mejores de lo que son. Un fenómeno que fue ignorado por mucho tiempo por la industria, y que puede dar lugar a distorsiones significativas en la presentación de los datos relativos a los resultados. Lo que, a su vez, puede terminar conduciendo a decisiones de inversión erróneas.

De hecho, de forma particular, se acusa a este Sesgo de Supervivencia de terminar sobreestimando tanto el rendimiento potencial de los activos como las posibilidades en general de convertirse en un/a inversionista exitoso/a (y todo el trabajo que viene con ello).

El cerebro humano está programado a través de la evolución para descubrir las desviaciones, y es por eso que nos fascinan las historias de éxito de los que sobresalen, recordando mucho más la información sobre el éxito que otras noticias.

Ejemplo del Sesgo de Supervivencia

Ahora, el Sesgo de Supervivencia se encuentra entre las distorsiones cognitivas más estudiadas en la Psicología. Por lo tanto es posible encontrar una gran cantidad de ejemplos al respecto en prácticamente todos los ámbitos, ya que el éxito tiene gran visibilidad en la vida cotidiana y las personas subestiman sistemáticamente sus posibilidades de alcanzarlo.

Sin embargo, uno de mis preferidos viene justamente del cine (no es un artículo de Godín Financiero si no tiene humor o una referencia cultural) y estoy hablando de una película harto conocida. De hecho, puede que seguramente la conozcas y también a su soundtrack. De hecho, si eres como yo, también la recordarás por que te ha roto el corazón. Ya no digo más pero, a continuación te dejo esta imagen como recordatorio:

Así es, la película es La La Land (2016), cuyo argumento trata sobre la historia de amor entre Sebastián (Ryan Gosling) y Mía (Emma Stone). Sebastián quiere dedicarse a la música -lo suyo es el jazz– mientras que Mía es la clásica barista hollywoodense que espera pacientemente, audición tras audición que pueda impresionar a una persona en la dirección y entonces, tener su oportunidad. Tal y como se plasma en la letra de la canción Someone in the Crowd, a continuación:

Para el caso y puesto sencillo, sin muchos spoilers (lo siento), tenemos que Mía es un ejemplo en carne viva de lo que es el Sesgo de Supervivencia. Pues, ¿recuerdan como se queda a casi nada de perder su oportunidad dorada? En el caso de haberse perdido tal audición, ¿quién la recordaría? La respuesta -aunque cruel, no por ello es menos real– es: Absolutamente nadie.

Ahora, que ya vimos un poco de cine pero vamos con algo más técnico e interesante (así es, ¡es posible!). Y es que para encontrar el ejemplo más famoso de este tipo de sesgo, debemos remontarnos a los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, no exagero al decir que el descubrimiento, consciencia y aplicación de este sesgo conductual salvó muchísimas vidas.

Esta exposición se la debemos al matemático Abraham Wald, a quien se le encargó que estudiara la mejor manera de proteger a los aviones del derribo. Los militares sabían que la protección adicional ayudaría, pero no podían proteger todo el avión o serían demasiado pesados para volar bien. Es decir, debían escoger cómo aplicar sus recursos de defensa.

Inicialmente, su plan era examinar los aviones de regreso de la lucha, ver donde habían sido golpeados más (las alas, alrededor del cañón de cola y el centro del cuerpo) y luego reforzar esas áreas. Pero Wald se dio cuenta de que habían caído en el sesgo de supervivencia, porque a su análisis le faltaba una parte valiosa del cuadro: los aviones que habían sido golpeados pero que no habían regresado. En consecuencia, los militares planeaban armar precisamente las partes equivocadas de los aviones.

Es decir, los agujeros de bala que estaban viendo en los aviones que habían regresado indicaba justamente las áreas en las que un avión podía ser golpeado y seguir volando (prueba de ello es que había regresado a la base). Mientras que, a contrario censu, bien podría decirse que los aviones que no habían regresado sencillamente habían sido golpeados en un lugar donde no debían ser golpeados los demás. ¡Una genialidad!

La representación gráfica de esta cuestión quedó como el siguiente ejemplo, que es una imagen bastante conocida en el mundo de la economía conductual:

¿Cómo evitar el Sesgo de Supervivencia?

Debemos ser conscientes de la realidad para evitar este sesgo conductual. Que es especialmente peligroso puesto que el sesgo de supervivencia puede llevar a creencias excesivamente optimistas porque se ignoran los fracasos, pero también puede provocar la falsa creencia de que los éxitos en un grupo tienen alguna propiedad especial, en lugar de ser una mera coincidencia.

En qué consiste el sesgo de supervivencia? | Estrategia de apuestas

Nuevamente, y como cualquier otro sesgo, tenemos que este se combate particularmente bien con información. En este caso sería la realización de un estudio objetivo sobre las posibilidades. Asimismo hay que tomar en cuenta que las redes sociales constituyen una agravante particularmente radical de este tipo de sesgo, pues cualquiera puede ser lo que quiera sin dar cuenta alguna.

Otra cuestión interesante aquí es que debemos entender que el azar juega un papel muy importante al momento de invertir y tal como lo pone Nassim Taleb en su libro ¿Existe la Suerte? (uno de los libros básicos sobre inversión y en español, para quien ocupe la recomendación) resulta que, si el universo de individuos es suficientemente grande entonces siempre encontraremos algún caso de éxito particularmente especial.

Para el caso, Taleb nos expone a un dilema virtual conocido como el Teorema de los Monos Infinitos. Según el cual, una serie de monos (infinitos) que estén ante una imprenta apretando letras al azar, lograrán escribir después de una serie de oportunidades algunas de las más grandes obras del género humano, como la Ilíada, la Odisea o bien Romeo y Julieta de Shakespeare.

Tal y como Taleb lo ilustra, él nos comenta que “si el número de monos es suficientemente grande (hablamos de miles de billones) entonces el acontecimiento no sería algo que amerite mayor sorpresa. Sin embargo, si pongamos que uno de diez monos logra reproducir Finanzas en Crisis a la perfección ya estando en la imprenta. Entonces deberías apostar a que ese mono es mi próxima reencarnación (teóricamente hablando, por supuesto).

Si, yo sé que probablemente te estás acordando de algo y te lo dejo a continuación para que te rías un poco…

Finalmente, el propósito de la metáfora de los monos no es otro que el de ilustrar la magnitud de un acontecimiento extraordinariamente improbable.

ADVERTENCIA

Este artículo se inspiró parcialmente en el #hilo de Twitter que fue realizado por El Psicólogo del Trading el día 19 de julio de este año, en el que expone una síntesis de los sesgos psicológicos que más ha visto en inversionistas a lo largo de 2 años de trabajo.

El hilo me cautivó (lo pueden revisar aquí, de hecho) y me he servido en adicionar algunas cuestiones técnicas y de contexto a los sesgos ya contenidos en ese hilo, tanto como añadir algunos otros sesgos conductuales que considero como básicos de conocer en el mundo de la inversión.

Igualmente, te comento que esta es solo la primera entrega de tres, pues en virtud de la calidad que amerita cada sesgo así como la extensión del artículo es que me he decidido por dividirlo en tres entregas. Próximamente podrás leer la segunda y la tercera también desde este blog, ¡aquí te espero!

Recomendaciones de Lectura

Ahora, el mundo de la Economía Conductual en verdad que es una disciplina en extremo fascinante, pues nos ayuda a conocer nuestro cerebro y la forma en que funciona. Lo que es de verdad impresionante, como mínimo. Si este artíuclo ha resultado de tu interés y quisieras conocer algo más acerca del tema, aquí te dejo algunas de mis recomendaciones de lectura tratándose de libros para ahondar en el mundo de la Economía Conductual.

Si te interesa conocer más opciones de libros sobre el tema, también puedes revisar este artículo de aquí.

Si te ha gustado este artículo y tienes interés por invertir mejor, te comparto a continuación un poco de información sobre mi libro Finanzas en Crisis en el que encontrarás todo lo necesario para comenzar en el mundo de las inversiones desde un enfoque práctico así como conceptos muy interesantes y de gran utilidad; sin importar si ya cuentas con experiencia previa o no.

En este libro se abordan temas básicos de finanzas personales como inversiones, por ejemplo: Presupuesto, Fondo de Emergencias, Gestión Emocional, Gestión del Riesgo y otros aspectos operativos al invertir que comúnmente suelen pasar desapercibidos para inversionistas primerizos.

El libro lo puedes adquirir por solamente $100 pesos a través de este enlace de aquí. ¡Espero que te animes!

Recuerda que cualquier duda o comentario que tengas acerca de este tema, nos lo puedes dejar en los comentarios.

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CUIDANDO TUS FINANZAS

TE PODRÍA INTERESAR…

Siguiendo con el tema de los sesgos conductuales, uno de los errores más comunes que podemos cometer como inversionistas es el de sobreestimar nuestras posibilidades de éxito o pensar que todo irá bien por siempre, lo cual es sencillamente imposible. Sin embargo esta falsa creencia (ingenuidad, dicho bien) de que siempre ganaremos suele traducirse en que no contemos con una Estrategia de Salida definida antes (sí, dije antes) de entrar a la posición.

Así que, para efectos de que puedas subsanar este error (si es tu caso) o bien, conozcas algunas opciones de Estrategias de Salida, te dejo el siguiente vídeo:

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