La Fragilidad del Empleo: ¡No es tan Seguro como crees!

El Empleo NO es Seguro. Este es un artículo que desde hace tiempo quiero realizar para dar el grito sobre cómo se nos miente acerca del trabajo y lo que significa. Así que, prepárate por que a continuación te voy a hablar acerca de la verdadera fragilidad del empleo. Por mientras, te dejo con una descripción gráficade lo que hablaré el día de hoy…

La Fragilidad del Empleo se representa gráficamente, junto con una copa de vidrio y una caja que tiene contenido ligero

por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.

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Antes de comenzar, empecemos con una breve introducción a lo que significa la fragilidad como cualidad. La Real Academia de la Lengua Española (RAE, pa´los cuates) define la palabra “frágil” de la manera siguiente:

Del lat. fragĭlis.

1. adj. Quebradizo, y que con facilidad se hace pedazos.

2. adj. Débil, que puede deteriorarse con facilidad. Tiene una salud frágil.

3. adj. Dicho de una persona: De escasa fuerza física o moral.

Además, podemos entender que el opuesto de frágil es robusto; aunque claro, no su opuesto exacto (sobre el tema Taleb tiene mucho que decir en uno de sus libros). Para el caso, sabemos que lo frágil es algo que no puede someterse al estrés y que además, ocupa de un mínimo -apenas un “toque”- para terminar rompiéndose en miles de pedazos.

La cualidad de “lo frágil” puede pues trasladarse a muchas pero que muchas cosas en nuestro mundo. Hay personas que tienen una condición médica de frágil -sobretodo cuando su salud está comprometida-. También hay objetos frágiles como la cristalería que no deberías dejar en manos de pequeñines cuando llegan las comidas familiares. Y, finalmente, esta cualidad puede trasladarse a cuestiones que van más allá del plano físico. Un ejemplo sencillo de esto -y de mis favoritos personales- es el ego tan frágil que tienen algunas personas…

Y bueno, como seguro anticipas (por el título de este artículo), la fragilidad es una cualidad bastante común cuando hablamos acerca del empleo. En este caso, al hablar de empleo, me referiré a la prestación de servicios de índole subordinados. Es decir, en los que existe una jerarquía de supra-subordinación respecto del empleado y el empleador (o patrón). Para mí es indistinto si este patrón es de carácter privado o público (el Estado); tanto como si es individual (tratándose de una persona física) o colectivo, como una persona moral.

Vamos pues, que me refiero al empleo en su definición genérica: Jornada de 8 horas con una o dos de comida, pagos de nómina quincenales, algunos beneficios ocasionales y demás. Ese empleo con el que muchos de nosotros nos identificamos y hemos realizado -o realizamos actualmente- y que se puede describir en la imagen a la derecha.

Claro, lo mismo aplica para otro tipo de empleos que muchos conocemos. Ya sea barista en un Starbucks, maestro/a en alguna escuela pública o privada, contador o abogado de algún despacho prestigioso, etcétera.

Ese tipo de empleo que según Kiyosaki en su libro El Cuadrante del Flujo de Dinero, el 95% de las personas a nivel global detentan en su día a día. Para mayor claridad:

Así es, esto significa que no menos del 95% de las personas están en una posición de fragilidad. Y lo que es peor todavía: Sin saberlo.

La Verdad acerca de la Fragilidad del Empleo

Por eso estamos aquí hablando sobre la fragilidad del empleo y la realidad que existe sobre este tema. Y es que este pareciera uno de los secretos mejor guardados en tiempos modernos. Amén de alguna que otra obra que habla sobre ello; como es el caso más popular, expuesto por Kiyosaki en Padre Rico, padre pobre.

Así que, vamos a poner los puntos sobre las íes acerca de este asunto y revelemos uno de los más grandes secretos a plena luz que se resisten a ser tratados aún en nuestros días.

Para muchas personas, la fragilidad del empleo es un secreto todavía...

En otro de mis artículos ya te he hablado acerca de cómo funciona La Carrera de la Rata y qué es lo que puedes hacer para evitarla y/o salir de ella. Sin embargo, conviene mencionar también que La Carrera de la Rata es solamente una manifestación específica de la fragilidad del empleo.

Es decir, aunque no lo parezca, la carera de la rata no es el principal problema, sino que se trata de una consecuencia, cuya causa es la fragilidad del empleo. En este sentido, podemos observar que la carrera de la rata es básicamente un círculo vicioso de deuda y trabajo. Algunos podrían incluso argumentar que la Carrera de la Rata compone las bases para la nueva esclavitud moderna, aunque eso será tema para otro artículo de este blog. Sigamos con la imagen:

Es probable que recuerdes que la Carrera de la Rata es un enfoque del tipo Asimetría Negativa; es decir, de los que deberías evitar en tu vida. Pues se trata de una situación en que tienes poco o nada por ganar y, por el contrario, mucho que perder.

Ya que su expresión puede reducirse a Trabajar para Gastar (sin Invertir) y seguir Trabajando para continuar pagando los gastos que, quincena tras quincena, sigues realizando. Obviamente, la Carrera de la Rata no te permite tener opciones ni para buscar un nuevo empleo, ya que estás sujeto al pago de tu deuda aparentemente infinita. Esto último puede terminar afectando seriamente tu salud y de ahí en adelante, el resto es historia…

Ahora, es momento de hablar sobre cómo la fragilidad del empleo agrava este asunto. Pues bien, como ya te vengo diciendo, resulta que La Carrera de la Rata es solo una manifestación de la fragilidad del empleo; un síntoma, si gustas. Pero no el mal en sí mismo. Y es que, ojalá eso fuera lo único malo en la Carrera de la Rata. Pero existen aspectos más graves que no han sido tratados aún sobre la fragilidad del empleo, sobretodo en México.

La suma de estos aspectos constituye lo que, desde Godín Financiero mencionamos como La Fragilidad del Empleado. Pero, no te preocupes… ¡Te explicamos cada uno!

La Mentira Más Grande: Tu Empleo (NO) Es Seguro

Comencemos hablando sobre las aparentes ventajas que implica tener un empleo y la razón principal por la cuál desde nuestra infancia se nos dice que debemos aspirar a un empleo “seguro”. ¿Vale?

Quiero comenzar esto con un (advertencia) mal chiste -reedición de otro artículo- que dice que el empleado tiene solamente tres cosas seguras, ¿sabes cuáles son?, ¿te lo imaginas?

Empleo Seguro En Leon - Home | Facebook

Pues bien, no hagamos el cuento largo, que se trata de las siguientes:
a) Cuánto le pagan,
b) Cuándo le pagan,
c) Su lugar de trabajo.
Aunque existen algunas versiones más pesimistas, y por lo tanto, menos graciosas, que cambian esta última opción por “ser despedidos”…

En fin, ya sabemos que la seguridad del empleo es una zona cómoda donde, sin importar (aparentemente) lo que suceda -cada semana, quincena o mes- tendrás un jugoso pago entre manos.

Adicionalmente, de forma general, podría decirse que tu nivel de responsabilidad no es directo por lo que, si fracasas o haces mal alguna cosa, siempre habrá quien pueda apoyarte o a quien recurrir. Ya sea tu jefe inmediato o algún compañero con mayor experiencia.

Y hasta aquí llegan los principales beneficios de un empleo, debemos sumarle un plan de seguro médico, cinco días de vacaciones pagadas al año (veinte si eres de gobierno) y alguna que otra bonificación. Pero, ¿sabes cuál ventaja no está ahí? Así es, la seguridad del empleo.

Y no está por que sencillamente no existe. Entiéndelo ya, cuanto antes lo admitas, tanto mejor. El empleo no es tan seguro como crees. Vamos, que ni siquiera es algo seguro como tal. Y a continuación te voy a explicar por qué es así. ¡Quédate hasta el final!

Piezas Genéricas en un Sistema de Consumo

Esta es una fotografía donde podeos ver a una gran cantidad de personas que aparentemente se han titulado. Obviamente, se debe tratar de una de las carreras más demandadas en Ciudad Universitaria; y, por lo tanto, de la UNAM. Pues bueno, esta fotografía fue acompañada por un texto lleno de preocupación de cara al futuro…

Y no es para menos. Ya que, incluso en las carreras de mayor demanda; lo cierto es que hoy día no existen garantías sobre que pueda obtenerse un empleo al término de la carrera (ayuda con eso en este vídeo). Y ya ni siquiera hablamos acerca de qué tipo de trabajos podrías encontrar.

Incluso tratándose de las carreras con alta demanda, es común observar que se encuentran saturadas en materia de oferta laboral. Lo que significa que existe mucha mayor oferta que demanda para ocupar diversos puestos de trabajo, algo que suele darse en perjuicio de la nueva mano de obra. Así, realmente no es extraño observar que muchas personas con título terminan relegándose a operar alguna unidad de Uber, Didi o algún otro empleo “mientras encuentran algo”.

De hecho, hoy día es mucho más común observar pésimas condiciones laborales por cuanto hace al ambiente. Cuestiones que, lo creas o no, dejan en ridículo a películas como El Diablo viste a la Moda. Así que también debes tener cuidado de no entrar a un lugar con mal ambiente laboral, pues está demostrado que ello podría terminar siendo contraproducente para tu salud.

El problema para los jóvenes no es, empero, que trabajen como tal. Si no que a la conclusión de todos sus esfuerzos; sencillamente caen en cuenta de la mentira sobre “la seguridad del empleo”. Y aquí están próximos a descubrir la verdad acerca de la fragilidad del empleo. Pues, ya ha pasado el tiempo en que un título bastaba como garantía para tener un buen empleo. Sueldo competitivo, prestaciones superiores a las de la ley, flexibilidad en horarios, responsabilidad y delegación en actividades, etcétera.

Otra forma de Fragilidad: Tu Tiempo NO TE PERTENECE

Otra de las formas que tiene el empleo para acentuar nuestra posición de fragilidad es que, de manera bastante regular, solemos perder el sentido de la propia valía de nuestro tiempo cuando entramos en este esquema.

Si no me crees, aquí te comparto una estadística de cuidado. Pues, como puedes observar en la imagen, resulta que México es el país donde más se explota a sus trabajadores en promedio.

Observemos como el promedio de horas trabajadas al año por trabajador es de 2,124 horas anuales. Esto equivale a un total de 88.5 días (93 días y 12 horas) de los 365 que tiene el año. Esto es igual a un total del 24.24% de tu año que se va trabajando.

Y, desafortunadamente, aquí no terminan las malas noticias (ya bájale, Diosito, nos estás lastimando). Y es que, tristemente, dentro de esta estadística -procedente de la OCDE, hacia el 2021- no se ha incluido el tiempo de transporte o aquellas clásicas ocasiones en que se te solicita “ponerte la camiseta”; en fin, todo sea por una pizza al final de una jornada con horas extras no pagadas

Fijémonos un poco más en las estadísticas y es que demuestran una realidad aplastante por cuanto hace a México. Ya que, como dicen por ahí, resulta que “los números no mienten“. Solo veamos como el promedio de la OCDE es de 1,687 horas por año y México lo supera por 437 horas o 18 días con 4 horas y 48 minutos.

He aquí comenzamos a exponer la forma en que el Sistema nos orilla hacia la fragilidad del empleo al punto que no somos capaces de percibirla. Esto ya lo he tocado en uno de mis artículos sobre lo que no nos enseñan en la escuela y versa básicamente sobre la manera en que la formación académica nos prepara (condena) para ser empleados que no tengan a bien el valorar su recurso más valioso: Su Tiempo.

Aquí una gráfica que expone los mismos datos que la imagen anterior pero de otra manera:

Y una vez más, podemos ver a México -como siempre- brillando por estar en los primeros lugares de aquellas cosas donde no debería estar. Para ejemplos de estas presencias en podios tenemos lavado de dinero (3er. lugar); diabetes (1er. lugar); obesidad infantil (1er. lugar) y horas trabajadas por año.

Piénsalo bien (más información en el artículo antes referido), pero los horarios que manejamos y las actividades que realizamos bajo el dogma académico general básicamente nos orillan a convertirnos en una pieza más del engranaje. ¿El problema de esto? Pues que al Sistema -y a los explotadores- les gustan las piezas de la forma más genérica posible. Al final del día, esto nos hará fácilmente reemplazables. ¿Por qué mejorar la calidad de tu empleo cuando puedes reemplazar fácilmente a tus empleados?

Otro ejemplo de la fragilidad del empleo es el poco tiempo del que generalmente disponen los empleados
Representación gráfica de una semana genérica para el empleado común (8 horas)

Ahora, que también nosotros podemos sacar nuestras propias conclusiones. Y terminaríamos viendo que, el empleado genérico tiene para sí mismo solo el 42.8% de su semana. Tal y como demuestra la gráfica de la derecha.

En el largo plazo, sabemos que perdería aproximadamente 5.70 años de su vida hasta que logra ganarse su derecho para pensión. Pensión con una tasa de reemplazo de menos del 30%

Y atención aquí, que la esperanza de vida del mexicano es de 75 años según el INEGI. Y la edad mínima para jubilación es de 60-65 años. ¡Enhorabuena! (es sarcasmo)

Esperanza de vida en México. Aunado al sistema de pensiones nos refleja con mayor claridad la fragilidad del empleo

Este es un aspecto que comenzaba a verse superado debido a las nuevas herramientas de la tecnología (TIC´s) que permiten el trabajo a distancia. Algo que parecía haber salvado a demasiados en estos tiempos de crisis por el Coronavirus. Pero, tristemente, la tendencia apunta a que volveremos al modelo previo.

Sin embargo, en México estas alternativas disruptivas, desde la semana laboral de cuatro días -que se ha comprobado, mejora radicalmente el rendimiento- hasta el trabajo a distancia (home office) son mal vistas a nivel local.

Ya que muchos jefes tienen la óptica de que “deben desquitar al máximo” (rozando la explotación laboral ante un excedente de demanda por otros interesados) la paga de sus empleados. Con lo que les parece incómodo no ver a sus empleados los cinco días laborales. O más bien, no verlos en su lugar de trabajo aunque no estén haciendo nada. Que esto es a lo que se le conoce en el argot laboral como hacer “pura hora nalga“.

Así, en este caso el enfoque de la fragilidad del empleo que se busca evidenciar es la ausencia de tiempo para llevar a cabo nuestra vida personal. Lo que puede afectar -y seguramente lo hará, eventualmente- tu salud de manera incluso irreparable. ¡Ten cuidado!

La Fragilidad del Empleo en Materia Jurídica

Algo innegable para cualquier persona que estudia derecho es que nuestra Constitución es una de las más bellas que existen en todo el mundo. De hecho, la legislación mexicana es bastante robusta -y burocrática- tratándose de diversos asuntos. Además, no sé si lo sabías pero la Constitución de 1917 es considerada como la primer Constitución de índole social en todo el mundo. Me refiero aquí a los artículos 3 (educación), 27 (tierras) y 123 (derechos laborales), entre otros. De hecho, lo fue al punto que Rusia la utilizó como base para sentar algunas de sus cuestiones más relevantes.

Pero, tristemente, esto se quedó solo en letra muerta. Desafortunadamente, en el ámbito jurídico mucho se puede hablar sobre el “deber ser” frente a “lo que en realidad es”. Así, en un esquema laboral que pareciera otorgar protección al trabajador la realidad es que se encuentra bastante desprotegido por distintos aspectos. Principalmente tres:

  • Ignorancia: La mayor parte de los empleados en México viven una situación precaria, de ignorancia de sus propios derechos laborales, como son:
    1. Una indemnización (en caso de despido injustificado),
    2. El pago proporcional del aguinaldo,
    3. La prima vacacional,
    4. Las bonificaciones por antigüedad.
    5. Entre otras
  • Rebaso del sistema judicial: Idealmente, un proceso judicial del ámbito laboral exitoso, no debería tardar más de tres meses (y exagerando), algo que queda muy lejos de la realidad pues estos procesos judiciales suelen ser famosos por el largo tiempo que toman para alcanzar su resolución, lo cual se debe, primordialmente, a la saturación existente por parte de una increíble carga de trabajo para el reducido personal que opera en las Juntas de Conciliación y Arbitraje (ya sean locales o federales).
  • Un año de salarios “caídos”: Aquí una de las principales desventajas del trabajador, mientras que los juicios suelen ser engorrosos y durar hasta cinco años; por disposición legal, el máximo de pagos que se podrán cubrir por el patrón será de hasta un año de salarios caídos. Con lo que, de extenderse el juicio laboral, algo que sucede, salvo en muy contadas excepciones, estará en una clara desventaja.

Y es que, aun cuando el artículo 123 y su ley reglamentaria (Ley Federal del Trabajo) enuncian una cantidad amplia de derechos laborales en favor de los trabajadores; lo cierto es que lograr su aplicación es una tarea titánica en tiempos modernos. Las Juntas de Conciliación y Arbitraje se encuentran rebasadas en trabajo. Los juzgadores pueden tardar en deliberar y resolver asuntos, así como terminar resolviendo algo muy distinto.

Ahora que, una garantía que sí se respeta en materia laboral es que, al tratarse de un derecho social, existe en favor del trabajador lo que se conoce como “Suplencia de la Deficiencia de la Queja”. Dicho de otra forma, menos técnica, esto significa que el juzgador está obligado a revisar los elementos de la demanda laboral y operar y advertir al trabajador sobre aquellas cuestiones que haya dejado tras de sí.

Pero hasta ahí llegan las facilidades del empleado frente al patrón en las Juntas de Conciliación y Arbitraje. Por que más de ello no hay, no existe.

Persona dándose cuenta acerca de la fragilidad del empleo al ser despedida de forma injustificada
Empleado preocupado ante el despido

Igualmente, sobrará decirlo pero la contratación de un abogado suele generar costes inmediatos por cubrir; y algunos de ellos son de tipo periódico (depende del profesional), lo cual es engorroso considerando que los resultados podrían terminar tardando mucho más. Además, y por si fuera poco, debemos reconocer que un empleado sin empleo no está en la mejor posición -lo veremos más adelante-; mientras que el patrón puede continuar produciendo y cubriendo sus costos operativos de una manera más sencilla. ¿No lo crees?

Al final, es tal y como lo vimos en una de nuestras charlas con Linette Estrada, abogada especializada en el ramo laboral y, aunque es triste decirlo… El único derecho de los empleados es la renuncia.

“Ponerse la Camiseta” o cómo perpetuar la Explotación Laboral

De la misma forma en que te comentaba que La Carrera de la Rata es solo una manifestación expresa de la fragilidad del empleo; tenemos que el “ponerse la camiseta” también lo es.

Estoy seguro de que conoces el término “ponerse la camiseta” o “tener la camiseta bien puesta” para efectos del ámbito laboral. Esta es la frase con la que se justifican excesos y explotación laboral al por mayor. Y es tan triste este asunto que incluso hay artículos y material que habla sobre “cómo lograr que los empleados se pongan la camiseta”.

Por cierto, breviario cultural, esta expresión viene del deporte. En el que, con frecuencia, se utiliza para describir el compromiso de un jugador (que es otro tipo de empleado, por cierto) para con su equipo. En este caso, hablamos del compromiso que tiene un empleado hacia su empresa. Además, se nos ha vendido la falsa idea de que “ponerse la camiseta” se refiere a tener orgullo y satisfacción por formar parte del equipo; hasta aquí todo bien… El asunto se transforma cuando se busca que este “orgullo y satisfacción” sea demostrado con “esfuerzo y compromiso”.

Pero, por favor, no perdamos de vista que el “ponerse la camiseta” constituye cuando menos una forma expresa de explotación laboral. No en vano se dice que es “el sueño de toda compañía” (el tener empleados con la camiseta bien puesta). Así es como se romantiza y normaliza la explotación laboral por parte de terceros, justo como puede apreciarse en la siguiente imagen:

"Ponerse la camiseta" es una forma expresa que demuestra la fragilidad del empleo

Ahora, vayamos claros, ¿vale? En ningún momento, considero yo, tienes por qué ponerte la camiseta de ninguna empresa. Ya que, al final del día, “las cuentas son claras y las amistades largas”. Se ha firmado un contrato de por medio y existe legislación que busca amparar el ejercicio de tus derechos laborales; así como proteger tus recursos preciados: Tiempo, salud, desarrollo personal, etc.

Por mucho que se hable sobre “llevar la camiseta con orgullo” recordemos que la explotación laboral viene desde el momento en que se recibe un pago inferior al valor del trabajo que se realiza. Así, cuando te piden quedarte a cubrir horas extra sin recibir el pago de estas ni mucho menos tus bonificaciones. Y que decir de cuando eres citado durante los fines de semana para llevar a cabo un trabajo fuera del horario que corresponde. Pero, eso sí, estará muy rica la pizza que te van a comprar por haberlo hecho.

Ahora, que no me lo tomes a mal pero, tal como se ha visto -por ejemplo- en El Cuadrante del Flujo de Dinero, debemos ser conscientes que cada cuadrante (o sector) ampara distintos niveles de responsabilidad. Lo cual está directamente relacionado con los estándares de riesgo/recompensa. Se busca entonces un desajuste de la balanza que naturalmente corresponde a cada tipo de sector. Puesto que se elevan las responsabilidad del empleado a un nivel intermedio de camino hacia el autoempleo/emprendimiento; mientras que los beneficios serán concentrados por el explotador de manera desproporcionada.

Retomando el asunto del tiempo apenas visto, tenemos también que -en términos generales- está mal visto salir a tu hora del trabajo. Como si fuera un insulto o un indicativo de que no quieres trabajar. Pero, ¿cuándo se ha visto la misma crítica hacia el lado contrario? Te reitero: Para eso es que tienes un contrato firmado (espero) con términos y condiciones claras.

Entiendo que a veces puede ser complicado hacer valer nuestros derechos laborales, lo que posiblemente signifique que tengamos que ceder eventualmente. Sin embargo, aquí lo importante sería confrontar en primer lugar. Y, en caso de reincidencias periódicas (por que “tener la camiseta bien puesta” implica tenerla puesta cada uno o dos fines de semana…), comenzar a buscar otro mejor destino laboral.

Acentuando la Fragilidad del Empleo

La Fragilidad del Empleo existe, es algo real y está aquí. Lo importante es poderla identificar como el fenómeno negativo que es y tomar decisiones y precauciones para efecto de poder aspirar a reducir su impacto en nuestra vida para el caso de que llegara a actualizarse.

Por este motivo, a continuación te voy a exponer una serie de cuestiones que pueden agravar mucho la fragilidad del empleo que es inherente. Es decir, se trata de condiciones que te dejarán parado/a en una peor posición de la que ya te encuentras como un empleado regular.

La Informalidad del Empleo en México

Tristemente, la informalidad es un tema recurrente en nuestro país. Donde más de la mitad de sus trabajadores (55.8%) se desempeña en esta situación.

Todos conocemos de la informalidad. Y, además -debo decir- mucho hemos disfrutado en algún momento de sus “ventajas”. Pero, analicemos este tema desde la óptica de los principales afectados. Muchas veces, incluso sin saberlo debido a la ignorancia financiera que adolecemos en nuestro México.

La informalidad es una forma acentuada de la fragilidad del empleo

Puestos en la calle, vendedores ambulantes, trabajadores agrícolas y trabajadores domésticos; así como empleados de empresas que no tienen acceso a su seguro social ni a otras prestaciones laborales… Esto no es algo nuevo para nadie, ¿verdad?

El por qué es irrelevante para efectos de este artículo; quizá más adelante haga otro con el tema. Pero aquí debemos analizar la situación de los informales bajo la óptica de la fragilidad del empleo. Es decir, si existe la fragilidad del empleo, es mi obligación comentarte que esta fragilidad del empleo se ve agravada en gran medida para el caso de los trabajadores informales.

La primera demostración de esta agravada fragilidad del empleo es que los trabajadores informales carecen de una fuente de ingresos estable, y generalmente, suficiente. Ya decíamos sobre la ausencia de sus derechos laboral, con lo que no se puede demandar la liquidación de un contrato y existe una gran facilidad discrecional para hacerlo. Por lo que, la falsa seguridad que vimos al comienzo, en estos casos ni siquiera existe.

Además, y desde una óptica del Libre Mercado, la informalidad afecta a los empleados por cuanto que es casi seguro que los empleados en esta situación no podrán acceder a cursos para lograr el mejoramiento de sus habilidades. Ni mucho menos a otras herramientas que les ayuden a volverse personas más productivas y tener un mayor desarrollo personal y, por lo tanto, económico.

Otra cuestión aquí -y de bastante polémica, advierto- es que los informales se encuentran en una situación de Asimetría Negativa. Es decir, que tienen mucho por perder y extremadamente poco (si es que hay algo) por ganar.

Por cuanto hace a la cuestión del ejercicio de sus derechos laborales, pues no tienen derechos laborales de facto así como al ejercicio de su Seguridad Social. Ya que una persona que opera en la informalidad jamás tendrá acceso a una pensión (ya no digamos sobre la parte de “digna”) en tanto que no cotiza sus semanas. Y, como ya vimos, el tiempo que hemos dejado pasar, sencillamente no puede volver. Pero el trabajo y el esfuerzo ya fueron realizados. Tristemente, sin mayor recompensa.

Otra cuestión es que, generalmente, no tienen acceso a servicios médicos, ni días de vacaciones garantizados así como otros derechos que -aunque sean pocos- sí tienen los trabajadores formales por virtud de la Ley Federal del Trabajo.

Un asunto más es el resquemor que genera la informalidad a nivel social. Pues, al final del día, se trata de beneficiarios directos e indirectos -todos los somos, eventualmente- de la infraestructura pública. Aunque sin aportar por el desempeño de sus actividades al fisco. Y digo al fisco porque finalmente, para el caso que nos ocupa, debe entenderse que esta es una cuestión de eminentes tintes políticos.

Antes de continuar con esa vertiente del tema. Me veo igualmente obligado a mencionar que otro peligro de los trabajadores informales lo constituye el fisco o bien, la Hacienda Pública; esto mediante el Servicio de Administración Tributaria-SAT. Dicho problema se ha visto reflejado en múltiples ocasiones mediante las preocupaciones -muy sanas, por cierto- de emprendedores informales. Como es el caso de “las nenis”.

Y es que, puesto sencillo, el SAT cuenta con muchos mecanismos para terminar dando contigo en el caso de que seas informal. Recuerda que, según la Ley del Impuesto Sobre la Renta-LISR; el objeto gravable es cualquier aumento patrimonial. Y sí, la cantidad va desde un centavo ($0,01). Como se puede apreciar en las Tablas del ISR. Te dejo una para mayor referencia:

Esto es solo el comienzo pues al operar desde la informalidad realmente estarás condicionado de una forma que no te permitirá disfrutar libremente de tu dinero. Me refiero al hecho de que, el uso del efectivo ya se encuentra topado para diversas actividades en nuestro país. Conocidas como Actividades Vulnerables. Aunque dichas actividades las puedes encontrar en la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos Ilícitos-LFPIORPI o Ley Anti-lavado de Dinero, aquí te las dejo:

Esto significa que, para llevar a cabo cualquiera de estas actividades, más allá de cierto monto específico de dinero (dato en la ley); no puedes utilizar únicamente efectivo. O bien, al hacerlo te registrarán frente al Sistema. En este caso, el asunto puede ser más grave pues te vendrías a poner al tú por tú con la UIF (que revisa cuestiones penales). Así que ya lo sabes, no podrás disponer libremente de tus billetes en efectivo, por muchos que sean…

Una afectación más en este sentido, para los informales, es que no tienen acceso a diversas herramientas financieras a lo largo de su vida. Tal es el caso de cualquier tarjeta de crédito o un instrumento de inversión formal (cuidado con las estafas) como renta fija, inversión en bolsa y, en algunos casos, activos virtuales. Pues todos ellos te pedirán el dato de tu Registro Federal de Contribuyentes y verificarán la legal procedencia del dinero depositado. Y, por cuanto hace a la frase “legal procedencia” también incluye el hecho de verificar que dicho dinero haya pagado impuestos previo a su depósito.

Pues bueno, hasta aquí ya conoces algunas cuestiones que, en su conjunto, forman parte del agravamiento de la fragilidad del empleo para quienes son informales.

Por cierto, y respecto el tema del SAT, sé que muchos suelen tenerle miedo pero estoy aquí para decirte que no tiene por qué ser así.

En el caso de que te interese aprender más sobre el tema de una forma accesible -desde el lenguaje hasta el precio ($149.99 MXN)-, aprovecho para dejarte la recomendación de El Libro que el SAT no quiere que leas; que puedes encontrar siguiendo el enlace. El libro está en Amazon en formato digital mediante la app de Kindle. Fin del Brevísimo Comercial.

A pesar de que muchos teóricos dicen que el motivo principal de la informalidad es la falta de incentivos y oportunidades; lo cierto es que no es así. Al menos, en mi opinión, considero que se trata de una notoria ausencia de voluntad política.

Ya que, uno de los graves problemas de la democracia moderna, es la relación que tienen los efectos adversos en el corto plazo frente a las ganancias potenciales en el largo plazo. Es decir, que pocas personas -y generalmente ninguna– tienen el coraje para tomar decisiones que afecten su capital político, aunque esto fuera en beneficio de la nación, estado o municipio que gobierna. Pues, finalmente, se corre el riesgo de perderlo ante otro partido el descontento en el corto plazo. Y, ¿entonces para qué tanto problema?

Seamos sinceros. Que todo proyecto de nación o estado; en fin, todo proyecto que busque algo que valga la pena ocupa de un pensamiento, estructura y planeación orientado en el largo plazo. Algo que, en materia de democracia, no tenemos al día de hoy.

Vuelvo con el tema de la decisión política… Y es que muchas de las personas que operan en la informalidad lo hacen al amparo de alguna autoridad administrativa (la que esté en turno, a saber). Y por ello puede decirse que aunque no contribuyen al fisco, por supuesto que contribuyen. Una vez más, el problema no está en el dinero si no en su destino. O dicho de otra forma: Nos enfrentamos a la corrupción.

Por cuanto hace a la ausencia de reformas tenemos que en tiempos recientes se ha dado, por citar ejemplos, la formación de las Sociedades por Acciones Simplificadas-SAS. Que son una estructura mercantil para una empresa de tipo unipersonal (la única permitida en México). Y, más recientemente, tenemos incluso la implementación del nuevo Régimen Simplificado de Confianza que busca beneficiar a los ciudadanos al reducir su carga fiscal por el Impuesto Sobre la Renta a un rango que va del 1 al 2.5% en tasa de impuesto.

Como podemos ver, los métodos y mecanismos ya existen o bien, pueden crearse. Sin embargo, el problema es la ausencia de voluntad política.

Tu Sueldo como Única Fuente de Ingresos

Concepto básico que debemos aplicar en nuestras vidas es el de Opcionalidad (más información siguiendo el enlace). La Opcionalidad es el motivo por el que los seres humanos nos desarrollamos genéticamente para tener dos ojos, dos orejas, dos brazos, dos piernas, etc. La naturaleza es muy sabia. Y nosotros, somos un producto de la naturaleza.

En este sentido, la opcionalidad se manifiesta en su punto más absoluto a través de la neuroplasticidad. La capacidad que tienen nuestro cerebro y sus neuronas para re-aprender y adaptarse a distintas funciones. Es el caso de aquello que, habiendo perdido una mano, pueden aprender a escribir con la otra; incluso si no la han usado de esta forma en toda su vida.

Así que, vale la pena pensar cómo es que si la naturaleza -tan sabia como es-, nos ha dejado en claro la importancia de la Opcionalidad a nosotros se nos sigue pasando por alto. En específico tratándose de nuestras fuentes de ingresos. Sí, dije fuentes; así está bien, en plural. Y es que tener solo una fuente de ingresos es una mala idea lo mires por donde lo mires; más aún con la agravante de que esa fuente sea tu único empleo. Pues, como hemos visto, no depende directamente de ti.

He aquí otro concepto interesante que está parcialmente relacionado con la Opcionalidad. Ese concepto es la diversificación. Suele definirse como “no dejar todos los huevos en la misma canasta”. Y aunque la diversificación al invertir es solo una forma de justificar nuestra falta de inteligencia o buen juicio al tomar decisiones (para más información revisa mi Análisis de Lectura de Los Axiomas de Zurich).

En este sentido, no saben cómo me llama la atención la manera en que buscamos diversificar en todo menos en aquello que realmente vale la pena (en este vídeo puedes ver mi opinión sobre la diversificación al invertir).

El Cuadrante del Flujo de Dinero nos habla acerca de la fragilidad del empleo como única forma de generar ingresos
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Retomemos el ejemplo del inicio del artículo acerca de la Carrera de la Rata. Y es que en la imagen a tu derecha. Bien podemos ver una diferencia drástica y acumulativa al paso del tiempo entre el enfoque de la Carrera de la Rata (imagen, parte superior) y el enfoque de un inversionista (imagen, parte inferior). Ambas personas pueden ser empleadas, pero una estará sujeta a repercusiones menos graves por cuanto hace a la fragilidad del empleo que otra, ¿adivinas de quién estoy hablando?

Además, vale la pena notar como es que el Sistema Educativo nos ha fallado al punto de que sin empleo entramos a una suerte de estado de indefensión aprehendida. En el que somos incapaces de levantarnos y comenzar a buscar otras fuentes de ingreso.

Que las hay, ¡y de sobra! Si no te lo crees, puedo asegurarte que a mis 26 años (al momento de escribir esto) cuento con 12 Fuentes de Ingreso. Aquí puedes ver cuáles son, si es que te interesa (y debería)…

He aquí que el asunto con diversificar nuestras fuentes de ingresos no significa que podamos obtener de ellas más que de nuestro empleo (ni siquiera que pretendamos hacerlo). Pero claro que implica tener un capital extra que nos ayudará a evitar que la súbita caída de nuestros ingresos sea algo tan brusco.

La idea queda más o menos clara a través de esta imagen (abajo). Y, por cierto que, si estás buscando construir distintas fuentes de ingresos, mi recomendación sería que te enfoques también en comenzar a generar Ingresos Pasivos. Si no sabes lo que son, en el enlace puedes revisar mi Guía sobre cómo generar Ingresos Pasivos desde CERO.

Gregarismo para Temas Financieros en la Oficina

El gregarismo es una de las cuestiones potencialmente más peligrosas para cualquiera de nosotros, especialmente dentro de la Sociedad del Consumo. Su definición estándar es como “la tendencia de que las personas piensen y actúen de forma grupal”. Sin embargo, debemos añadir un componente más a la fórmula mágica: Que se trate de cuestiones lesivas a tus intereses.

Es decir, el gregarismo es actuar en contra de nuestros intereses. Como tal, se trata de replicar actitudes o conductas no funcionales solamente porque nos vemos arrastrados por el poder del contexto. Igual que con otros temas, ya he escrito acerca de los impactos negativos del gregarismo. He aquí el tema es que comúnmente en los entornos de oficina tenemos malas prácticas financieras…

TENGO DEUDAS Y NO PUEDO PAGAR ¿QUÉ HAGO?

Ya sea la tanda o el endeudarse para salir a comer con los compañeros o gastar para disimular por que “qué dirán”. Lo cierto es que debemos cuidarnos mucho del poder que un contexto determinado puede tener en nuestras vidas. Ya que, al ser seres sociales, tendemos a replicar aquello que vemos, incluso a nivel inconsciente.

Algunos ejemplos de esto tienen que ver por ejemplo con ese pésimo hábito de gastar más en cuanto ganas más. Es decir, el clásico “no me alcanza” para ahorrar; ni hace diez años que ganabas $4,500 como pasante ni ahora que ganas $25,000 como titular. Spoiler Alert: Ni siquiera la inflación sube de manera tan agresiva como para impedirte ahorrar el 10% de tus ingresos en una escalada de sueldo como la mencionada.

De hecho, y acerca de como administrar tus recursos te dejo esta imagen que es de otro de mis artículos sobre cómo ganar un millón de pesos. Si te interesa llegar a ganarlos, ya sabes que hacer…

Otros ejemplos más de esto pueden ser la compra de artículos en la oficina mediante la adquisición de deudas. O el uso de los tan famosos “tarjetazos” para pagar las comidas en la oficina cuando te toca a ti hacerlo.

En fin, que el asunto es cuidar de tus finanzas. Y no exponerte a situaciones en que puedas terminarlas comprometiendo de manera grave.

Por cuanto hace a la tanda, únicamente aclarar que ese dinero no está invertido y por lo tanto estará perdiendo su valor frente a la inversión. Aunque puede parecer una solución adecuada en el corto plazo, lo cierto es que en el largo plazo es una mala forma de ahorrar dinero.

Si quieres aprender cómo puedes hacerlo bien, te dejo este vídeo:

Conclusiones sobre la Fragilidad del Empleo

Lo primero que quiero aclararte dentro de las conclusiones de este artículo es que no es malo ser empleado per sé (por sí mismo). De hecho, existen empleos muy buenos y recordemos, nuestra situación laboral es siempre una decisión personal. Debes ir por aquello que mejor te acomoda o lo que más te gusta.

Me gustaría poderte decir aquí mismo que todos deberíamos emprender o convertirnos en inversores profesionales o dueños de un negocio. Pero, tal como lo vimos en mi Análisis de El Cuadrante del Flujo de Dinero, pasar de un cuadrante a otro requiere de una increíble cantidad de preparación y capacitación constante.

No es malo ser Empleado, siempre que seas consciente de los riesgos que este cuadrante tiene aparejados. Finalmente, recuerda que debes destinar un poco de tu sueldo a tus ahorros, la primera regla de El Hombre más Rico de Babilonia es: “Págate primero a ti mismo”.

De esa forma, aún siendo Empleado estarás mucho más cerca de aspirar y alcanzar tu Libertad Financiera. Otra cuestión importante en este sentido puede serlo la creación de un fondo de emergencias robusto, así como procurar obtener otras fuentes de ingresos.

Una buena conclusión gráfica respecto de la fragilidad del empleo la podemos ver en la imagen a continuación. Y es que aún tratándose de un meme, lo cierto es que ante la situación frágil que un empleo representa -sumado al interés sistémico por impedir la movilidad social- nunca se está a más de tres o dos pasos de un tropiezo muy desafortunado…

No cuidarte de la fragilidad del empleo significa tener una posición extremadamente comprometida y cercana a la escasez económica

¿Qué hacer con la Fragilidad del Empleo?

Y ten mucho cuidado, que la conclusión de este artículo no es que evites ser Empleado y te lances a Emprender, a poner un Sistema o a Invertir; sino más bien que, siendo Empleado, no estés en la Carrera de la Rata. Es decir: Se trata de dejar la voz de alarma para que los empleados no estén desprevenidos sobre aquello a lo que están entrando.

A continuación te voy a compartir mis recomendaciones acerca de lo que podemos hacer para reducir el impacto negativo que la fragilidad del empleo pueda tener en nosotros.

Ir a la Guerra y sin fusil…

Esta es una expresión bastante común en las escuelas cuando un niño suele olvidar su pluma o alguna que otra libreta. Como lo indica, se refiere a la falta de una preparación explícita -dicho de otra forma, falta de sentido común– para algo que es lógico que puede suceder.

Sería lo mismo que ir de vacaciones a algún lugar paradisiaco con playas y un buen clima, solo para descubrir que te has dejado atrás el traje de baño. Probablemente el “chiste” te termine saliendo carísimo; y más por la forma en que opera la ley de oferta y demanda en lugares turísticos tratándose de trajes de baño.

Pues bien, cuando hemos crecido y tengamos un empleo -un buen empleo, espero- también tenemos que estar preparados para todo. La ausencia de esta preparación nos puede salir mucho más caro que el traje del ejemplo anterior. Y es que, nos demos cuenta o no, el Sistema en que vivimos está diseñado para mantenernos o rebajarnos del escalafón económico en que hemos nacido. A la vez que quienes han tenido la fortuna -y la explotación de por medio, claro- de nacer en los estratos altos del espectro socioeconómico se mantendrán ahí probablemente durante toda su vida y la del resto de su familia.

Así es, el Sistema nos juega chueco. No existe ninguna suerte de “piso parejo” o “Libre Mercado” cuando se trata de los más poderosos/as en el mundo. Entender esto te hará bien por cuanto que serás consciente de que el Sistema no solo se beneficia de que tropecemos para dejarnos en una mala posición económica; ¡si no que activamente procura que lo hagamos!

Hasta aquí, puedo prometerte que en alguno de mis próximos artículos estaré abordando el tema con la profundidad que amerita. Por mientras, que esto valga para entender que sí o sí debemos procurar tener un Fondo de Emergencias. Sobre esta cuestión de cómo y por qué tener un Fondo de Emergencias ya he escrito antes en este Blog (sigue el enlace).

Solamente cabe mencionar que la idea aquí es poder salir mejor parado de los imprevistos que la vida tenga para darnos una sorpresa; y, créeme, no serán pocos.

El Fondo de Emergencias como herramienta para reducir el impacto negativo que la fragilidad del empleo puede tener en nuestra vida

Suele ser el caso que el empleado esté demasiado confiado ante su supuesta seguridad (recuerda el chiste) y por esa razón, no solo no ahorra -mucho menos va a andar invirtiendo…- sino que ya tiene deudas adquiridas. El clásico caso del empleado que aún no recibe su sueldo pero ¡ya lo ha gastado!
Esto es una agravante bastante problemática cuando un empleado se enfrenta a un súbito desempleo, pues de su deuda adquirida seguirá creciendo mientras que el empleado no encuentre otro empleo.

Con ello, tenemos que -ante la presión por resolver lo más rápido posible– su situación, seguramente termine aceptando un trabajo en condiciones que no le son del todo favorables. Esto se debe a que, normalmente, no contamos con un Fondo de Emergencias para este tipo de situaciones, lo que nos permitiría tener un “colchón de tiempo” (de tres a seis meses) para negociar sus condiciones laborales y seguir un proceso de contratación adecuadamente.

Además, entender que el Fondo de Emergencias no es solamente dinero; si no que también nos da tiempo y, sobretodo, tranquilidad. Esto es muy importante ya que está demostrado que tomamos peores decisiones financieras cuando nos enfrentamos a escenarios complicados económicamente.

La NECESARIA Re-Dignificación del Empleo

Al comienzo de este artículo te confesé que hace tiempo que me moría por escribir un análisis sobre este tema en particular. Y el motivo de esto es que, aún puedo recordar la tristeza que sentí cuando a mis no más de 16 años leí una línea que terminó transformando mi vida. La cita te la dejo a continuación:

“El trabajo estable con sentido tiene un papel crucial en toda vida vivida con plenitud. Por eso mismo, el tiempo libre forzado- ser despedido- es desastroso. Los psicólogos han demostrado que una larga temporada en el paro (despido) tiene un mayor impacto en nuestro bienestar que el divorcio o la pérdida de un ser querido. El tiempo cura todas las heridas, menos la del desempleo. Por que cuanto más tiempo estamos marginados, más nos hundimos.”

Rutger Bregman

La cita pertenece a un libro llamado Utopía para Realistas. Y, amén de su realismo, a mí dichas líneas me causaron una profunda decepción, desesperación y tristeza. ¿Qué tipo de mundo es en el que vivimos para que una vida “plena” deba forzosamente incluir un empleo?

Por cuanto hace a que una larga temporada en el paro nos afecta, ¡pues claro que sí! Ya que conforme el tiempo pasa y pasa, se hace más y más evidente que no estamos ganando dinero; así como que -muy probablemente- nuestro nivel de vida disminuye progresivamente y a pasos agigantados.

Sin embargo, el autor toca un punto muy cierto (aún hoy en día); que el despido es una forma de estigmatizar el fracaso que aún no hemos superado. Nada dice tan claro “FRACASO” en la Sociedad del Consumo como haber sido despedido. Empero, que en la Sociedad del Consumo valemos por aquello que podemos adquirir

En mi caso, no he sido despedido -ni lo seré en mi vida, pues seguiré como emprendedor digital e inversor hasta el final de mis días-; pero siempre recordaré la ocasión en que lloré profundamente ante la posibilidad de que fuera a serlo. Pasó lo que siempre pasa cuando comenzamos: Una ligera metida de pata. Cuando me di cuenta, ya mi mundo se estaba derrumbando en pedazos… Con más calma, posteriormente, me dediqué a reflexionar y pensar el por qué de mi reacción tan agresiva.

Se nos ha enseñado que la posición del empleado es una posición de debilidad. Pero en realidad no es así. Necesitas entender que la posición del empleo es un equilibrio respecto del patrón. Por ejemplo, al negociar un aumento de sueldo o una contratación debes tener en cuenta que no te están haciendo un favor. Se trata de una relación en que ellos necesitan a alguien capaz y tú ocupas una fuente de ingresos.

Claro, la relación es de supra-subordinación según la propia definición jurídica contenida en la Ley Federal del Trabajo. Pero esto es únicamente aplicable al entorno jurídico; no así al ámbito personal ni algún otro que trasciende al ambiente laboral. Y, eres mucho más que tu empleo.

El Pilón: Uno de los grandes problemas que tiene el empleado que, de pronto, ha perdido su empleo es la presión inmediata que tiene por comenzar a generar ingresos. Por ello, no es raro que (ante las presiones económicas) varios de los empleados despedidos tomen una mala decisión y caigan en estafas financieras.

La fragilidad del empleo tiene que ver también con el dejar atrás nuestras vidas personales para terminar sin empleo y sin vida más adelante...

En mi caso, estoy férreamente convencido de que los seres humanos hemos venido al mundo para más que pasar aproximadamente 1/4 de nuestros días en etapa productiva dentro de un esquema de explotación y derechos desiguales. Es por ello que acudo ante ti hoy, para denunciar la mentira más grande que el Sistema nos ha contado.

La Fragilidad del Empleo es una Situación Perder-Perder

Mi principal objetivo al escribir esta entrada no era otro que darte consciencia y herramientas para que puedas enfrentar la adversidad del mundo de una mejor manera; más preparada, más inteligente, mejor. Y si lo he logrado, entonces me tengo por bien servido.

Pero, antes de despedirme de ti, me gustaría realizar un último esfuerzo empático en dos sentidos:

  1. Que tengas a bien compartir este artículo con tus amistades del trabajo, para que caigan en cuenta de la posición de fragilidad en que se encuentran y decidan si tomar -o no- acción al respecto; y,
  2. Si en algún momento te conviertes en patrón de otras personas, procures romper con el ciclo.
Ahora que ya lo sabes, ¿por qué no romper con el ciclo de la fragilidad del empleo si en algún momento eres patrón de otros trabajadores?
“Sé mejor Morty, rompe con el ciclo”

Una de las cuestiones más tristes de la Sociedad del Consumo es que ha bloqueado (me niego a creer que la eliminó) nuestra capacidad empática. Así, es mucho más común de lo que creerías, ver que una persona que en su momento se quejaba por la explotación laboral, cuando ascendida al puesto superior procura replicar el infierno que ella misma vivió.

Para algunos casos -notoriamente más tristes, por cierto- inclusive es una cuestión de retribución. Por la cual deben pagar los que vienen en virtud de que él o ella ya sufrió… “Ni modo, ahora se aguantan”.

Claro, se trata de una problemática compleja y por ello es que no amerita una respuesta sencilla ni un camino fácil. Nada que valga realmente la pena lo hace, después de todo. Sin embargo, permite que este sea un llamado para que -si ya estás a cargo de terceros o alguna vez en el futuro lo llegas a estar-, seas consciente de lo que ello implica. Al final del día, te invito a mantenerte humilde y no olvidar tus orígenes.

Ya que no se trata de algo que deba darte pena o deba ser escondido; si no justo al revés. No eres el lugar en que estás ahora o diez años en el futuro. Eres -y serás- el resultado de los procesos que te han dejado ahí.

Dicho lo anterior, te pido recordar que la fragilidad del empleo es una situación del tipo perder-perder. Un perfecto ejemplo de como todo puede terminar mal para las personas involucradas en ello. Por parte del empleado ya lo hemos visto en el desarrollo de todo este artículo. Por parte del patrón/empresario o dueño de un negocio, la salida constante del capital humano significa estancamiento en su modelo de negocio. Piénsalo bien, ¿cómo pueden mejorar tus empleados si se ven forzados a salir debido a las situaciones precarias en que les puedes estar poniendo?

Y, si tus empleados no mejoran en la prestación y desempeño de sus servicios, tampoco lo harán tus servicios ni productos. Es una cuestión de mera lógica matemática. Al final, el empleado y el patrón ocupan una suerte de simbiosis (por decirlo de una manera) en la que ambos elementos se necesitan entre sí. Finalmente, como emprendedor/a, lo que muchas veces se pretende, es tener libre más tiempo para destinarlo al uso personal. Para ello vas a requerir de confianza en tus empleados y entonces, ¿cómo puedes confiar en empleados a quienes estás tratando mal?

Sobre el particular, y a manera de conclusión, recuerdo la siguiente frase que es tan cierta hoy como cuando fue dicha por primera vez hace décadas:

Los clientes no son lo primero, lo primero son los empleados. Si cuidas a tus empleados, ellos cuidarán de tus clientes.”

Richad Branson

Más Artículos Relacionados con la Fragilidad del Empleo

Espero que te haya gustado este resumen acerca de la Fragilidad del Empleo y qué es lo que podemos hacer respecto de ella.

Si quieres seguir aprendiendo sobre finanzas e inversión, te recomiendo los siguientes artículos de mi página web:

Si te interesa conocer más opciones de lectura tratándose del tema de la inversión, también puedes revisar este artículo de aquí.

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CUIDANDO TUS FINANZAS

por Miguel A. Caloca, CEO Godín Financiero

3 Replies to “La Fragilidad del Empleo: ¡No es tan Seguro como crees!”

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