Acerca de cómo el deporte cambió mi vida, y cómo podría cambiar la tuya y la de los tuyos.
por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.
En nuestra vida siempre resulta posible identificar algunos momentos o circunstancias que terminaron transformando todo a partir de qué sucedieron. Son momentos clave, algunas veces muy definidos y en otras ocasiones mucho menos claros respecto del “cuándo” pero siempre definidos en el “qué”. ¿Qué cambió tu vida?
Pues bien, en mi caso, fue el deporte. Tengo claro que sin él, no estaría donde estoy ni mucho menos. Por ese motivo, el día de hoy te voy a compartir la forma en que practicar un deporte desde el enfoque del alto rendimiento mejoró sustancialmente mi vida, las lecciones que aprendí y la forma en que tú -y los tuyos- también pueden comenzar a hacerlo.
Bueno, pues comienzo haciendo una aclaración más que pertinente (confesión expresa), a pesar de que entrené bajo un régimen de alto rendimiento; la realidad es que no tuve la mejor de las fortunas en ese sentido pues, haciendo un recuento, mis mejores resultados (en términos de calidad) fueron los siguientes:
- Medalla de Plata en la Categoría Dobles Varonil Sub-17 en el Manhattan Junio International Championship 2010
- Medalla de Bronce en la Categoría Dobles Mixtos Sub-19 en la Olimpiada Nacional (hoy Juegos CONADE) 2014
- Medalla de Bronce en la Categoría Dobles Varonil Sub-19 en el Internacional Juvenil Mexicano 2014
Fuera de ello, aunque quizá obtuve algunas medallas que acreditaban un ascenso de categoría (Campeonatos de Tercera y Segunda Fuerza) a nivel local, y también participe en eventos a nivel nacional, dentro de lo más destacado está que mantuve una posición general como campeón distrital en mis categorías juveniles durante 4 años (sub-17 y sub-19) y, fuera de ello, no ha sido la gran cosa.
A lo que voy con esto es que, afortunadamente, no se necesita ser un competidor olímpico para desarrollar la disciplina de uno, como veremos a continuación. Pero antes, quiero responder una pregunta que seguramente te intrigue un poco (o quizás no):
¿Por qué AMAMOS los deportes?
¿Alguna vez has escuchado con atención a un fanático de cualquier deporte? Gritos, lágrimas, vaivenes emocionales, forman parte del día a día durante los eventos que miden a los más grandes en su respectiva disciplina deportiva. Verás a grandes apasionados en todas y cada una de ellas.
Desde las ya bastante conocidas, como el fútbol, el americano, el tenis, la natación, gimnasia artística y algunas más, hasta aquellos que pueden pasar desapercibidos, como es el caso del ajedrez. El fanático siempre está ahí. Apoyando, leyendo, animando, consumiendo el contenido especializado, etc.
Antes de hablar sobre los secretos del deporte, considero que bien vale la pena hablar sobre el “detrás de”, el leitmotiv que nos hace admirar tanto a los deportistas. O dicho de otra forma, ¿cuál es la magia detrás de 22 sujetos siguiendo un balón (fútbol), dos individuos golpeando una pelota en diferentes superficies (tenis), dos grupos de 6 c/u. buscando que el balón caiga en el lado rival (volley) o bien, una persona corriendo en línea recta cantidades diferentes (atletismo)?
Apenas ayer (13/06/2021) yo fui víctima de estos arrebatos pasionales, mientras veía la final de Roland Garros 2021 en la televisión esperando la victoria de Novak Djokovic en su camino hacia la gloria.
De hecho, la pasión comienza desde antes… Solamente la voluntad por levantarse un domingo a las 8 de la mañana para ver a dos completos desconocidos (apoyando a uno) mientras golpean una pelota te dice que “algo” debe haber. O el hecho de consumir las notas periodísticas relacionadas con la forma en que desbancó a Nadal, etc.
Total que, hacia el final del partido, ya estaba yo saltando, gritando y pateando cuando mi madre me dijo que, por favor, no fuera tan escandaloso: “¿¡Cómo osas privarme de este momento!?”, pensé. A lo que voy, el deporte nos revela algo que va más allá de la actividad que realizan los profesionales. Algo que va, de hecho, mucho más allá…
La respuesta es evidente: Existe Magia de por medio en lo que cada atleta hace. ¿Por qué?, por que sabemos que quizá -y solo quizá- en una línea de tiempo distinta, quizá en un universo paralelo, nosotros podríamos ser ellos. Así es, la magia de los atletas no existe en un carácter especial, ellos son tan humanos como tú y yo, pero a la vez tan distintos, sino en que son tan humanos como tú y yo, y sin embargo, logran altas proezas con las que nosotros, los mortales, apenas logramos soñar.
En alguna serie o película me quedó marcada una frase digna de recordarse, en un diálogo entre dos personas adultas que tenemos a continuación:
– ¿Sabes por que los niños aman a los atletas?
– Por que salen con supermodelos
– No, nosotros les admiramos por ello. Pero los niños los admiran por que son capaces de hacer consigo algo con lo que ellos ni siquiera podía soñar…
(si conoces la fuente o el diálogo preciso, te agradeceré me la dejes en comentarios)
Ellos son tan humanos como tú y yo, pero a la vez tan distintos…
Lo que no deja de recordarme a su vez, una cita del siempre polémico Sócrates, quien dijo:
Qué desgracia es para el hombre envejecer sin nunca ver la belleza y la fuerza de la que su cuerpo es capaz.
Sócrates
El deporte genera pasión en tanto que nos presenta un potencial de aquello que pudimos hacer. Ya sabes, de no habernos lastimado la rodilla…
Adicionalmente, no necesitas ser un gran experto (ni mucho menos un atleta) para apreciar un buen partido de tenis, ni una excelente estrategia tratándose de ajedrez o football (americano) por igual.
Sobre el deporte y la Vida
El deporte es necesario para la vida de cualquiera de nosotros. Pues, tal y como dicen por ahí, sucede que mente sana en cuerpo sano. Ejercitarnos de manera diligente no solamente nos beneficia con una mejor estética, sino que además nos deja una serie de beneficios tangibles en nuestra salud en general. Como una mayor capacidad pulmonar, aumento en nuestra resistencia en general, así como unas defensas más fuertes.
De hecho, esta fue una de las cuestiones con mayor incidencia en el alto porcentaje de mortalidad que México y Estados Unidos enfrentaron respecto del Covid-19, países ambos en que la vida presenta un alto margen de sedentarismo y de alimentación alta en carbohidratos, así como líderes en obesidad y otras enfermedades que agravan las cuestiones sanitarias, como la diabetes e hipertensión.
En fin, lo queramos admitir o no, sabemos que hacer ejercicio es necesario. Solamente en términos de una salud “estándar” se recomienda caminar al día por mínimo 10,000 pasos, así como hacer 30 minutos de ejercicio y alimentarse sanamente (para mayores efectos sobre lo que una mala alimentación sin ejercicio puede lograr, les recomiendo ver Super Size Me, disponible aquí)
Adicionalmente a la salud, existen muchos más beneficios que el deporte te presentará eventualmente, sobretodo cuando comiences a realizarlo de una forma más regular y mejor enfocada. Tratándose, claro, de aquellas disciplinas que te llaman la atención para abordarles de manera más precisa: Aunque no todos queremos correr durante 30 minutos en la cinta fija, quizá podemos pasar horas y horas en una cancha de fútbol, volleyball, racquetball, bádminton o una alberca, entre otros.
Lo queramos admitir o no, el ejercicio es NECESARIO
Y es que, bien o mal, existen una serie de cuestiones que el deporte nos termina enseñando acerca de la vida (sobretodo si estás en el alto rendimiento). Mismas que te presentaré ahora.
Lección #1: NADA es GRATIS
El deporte comienza siempre con una enseñanza clave que toda persona que guste competir debe aprender a respetar -sobretodo si tiene intenciones de hacerlo de forma constante- y es la siguiente: Absolutamente NADA es gratis en esta vida.
Nunca voy a olvidar el momento en el que mi entrenador me llevó en uno de los descansos del set a lo que ha sido uno de los regaños que más me han marcado: Iba ganando el set de forma holgada, la diferencia con el rival era palpable (fruto de un exhaustivo entrenamiento previo) entonces, ¿por qué estaba tan enojado mi entrenador? y de pronto me lo dijo:
“Miguel. si tú no valoras tu esfuerzo, te pido que valores mi trabajo al levantarme todos los días a las 5 de la mañana para que podamos entrenar de 7 am. a 12 pm., estos sujetos no entrenan lo mismo que tú ni les importa esto tanto como a ti, ¿por qué les permites hacer tantos puntos? ¡Mételes una paliza! por que la realidad es que se la merecen.”
A partir de ese momento, comencé a comprenderlo un poco mejor. La forma en que, muchas veces, somos incapaces de afrontar realidades tan crudas y evidentes como que si no hemos trabajado por aquello a lo que aspiramos, en realidad, no nos merecemos NADA. Y es que hoy día, vivimos en una cultura que ensalza al Ego y nos impide ver que sin trabajo, no hay resultados. Creemos ser merecedores de todo solo por existir (ese es el cuento que nos dijeron) pero la vida no funciona así.
En este sentido, me encanta la imagen que inserto a continuación, por que es bastante cierta. Tratándose de los deportes -tanto como de la vida en general- tenemos que todos quieren estar en el primer lugar (ya no basta siquiera con asegurar una presencia en el podio) pero son pocos los que están dispuestos a hacer lo necesario para llegar a ese objetivo.
Cuando vemos la imagen del campeón mordiendo su medalla olímpica o besando el trofeo que carga ahora en sus manos (con una gran sonrisa de por medio, obvio); no podemos ver las horas de práctica, los momentos de frustración, el cansancio, la planeación, el coraje detrás de cada decisión, el dolor de la fatiga muscular, la determinación, las discusiones con tu entorno cercano, tanto entrenadores, equipo como familia, todas las veces que te quisiste rendir, la soledad que sentías, la falta de motivación que padeciste, la eterna paciencia por insistir en este objetivo…
Mételes una paliza, por que la realidad es que se la merecen
Esto, en el mundo deportivo puede implicar regímenes de alimentación estrictos, la prohibición de ingerir alcohol, un horario mucho más reducido que lo habitual tratándose de fiestas y eventos sociales (el alto rendimiento es como un segundo empleo para efectos pragmáticos), etcétera. Sin ellos, no tendrás resultados. Aunque podrías tenerlos, quizá en un momento y lugar en donde se tratase solamente de ti, pero no podrás hacerlo y mucho menos en un entorno altamente competitivo.
La palabra clave a la que me refiero es ESFUERZO.
Lección #2: Si lo quieres, lucha por ello
Se dice que cuando caía el Imperio Romano de Occidente, en manos de su último emperador Flavio Rómulo Augústulo, que éste último entró en pánico y comenzó a llorar, a lo cual su madre le espabiló con una fuerte sacudida (que podría o no haber incluido una cachetada bien marcada) al tiempo que le dijo: “No llores como un niño, aquello que no pudiste defender como un hombre”.
Nunca es sencillo ganar un torneo. Nunca. ¿Por qué crees?, pues fácil, por que todos quieren ganarlo. La vida funciona de la misma manera. Las oportunidades se presentan, claro. Pero aquellos que las aprovechan pueden dejar a los subsecuentes sin el uso de esta oportunidad. De forma que se actualiza una de mis frases favoritas:
Las cosas buenas suceden a quien espera, puede ser cierto. Pero, las mejores, son de quienes tienen el coraje para ir por ellas
¿Quieres ganar el título? No dudes ni por un segundo que:
- No eres la única persona con ese objetivo en mente;
- Nadie te va a regalar su lugar/posición;
- Tendrás que luchar por ello hasta el cansancio.
Dicho esto de otra forma, tanto más amena, podemos afirmar que “no basta con haber entrenado”.
Dentro de mi grupo de entrenamiento teníamos una expresión conocida como “el síndrome YMCA” (la YMCA es el deportivo donde nos entrenábamos y al que pertenecíamos y representábamos en conjunto) y consistía en la incapacidad de llevar el nivel de rendimiento durante los entrenamientos a un torneo. Por raro que parezca, muchas personas sucumben ante los nervios de un torneo y se demuestran incapaces de jugar en su mejor versión cuando se trata de eventos relevantes, pero en la “cascarita” rinden al 120%.
En este sentido, tenemos que entrenar (aun cuando lo has hecho de forma excelente y a consciencia) no es suficiente, ¡necesitas salir a triunfar y demostrar los resultados en cancha!
Esto es algo que podemos identificar con claridad como parte del argumento central en la película Rocky III, en la que Apolo Creed se refiere constantemente a como Rocky ha perdido el “Ojo del Tigre” y la forma en que el retador Clubber Lang (interpretado por Mr. T) resulta peligroso para las aspiraciones de nuestro protagonista en virtud de que él sí tiene este elemento. Mismo que Rocky termina recuperando para efectos de recuperar su título hacia el término de la entrega.
La palabra clave a la que me refiero es TENACIDAD.
Lección #3: Los esfuerzos de hoy, son el resultado de mañana
¿Sabías que la mayoría de las personas toma sus decisiones económicas orientándose en un plazo que va de la quincena al mes? Esto es, evidentemente, un modelo de pensamiento y toma de decisiones basado en el corto plazo. Sin embargo, tratándose de los atletas, tenemos que las decisiones y el horizonte a considerar difiere de manera considerable.
Por cuanto que, como mínimo, tu planeación de resultados estará orientada a un año vista. Durante el cual deberás participar y calificar de forma progresiva a los campeonatos distritales, regionales, nacionales e internacionales. Siendo que, en mi caso, la sucesión de torneos iba como se indica a continuación:
- Torneo Clasificatorio de la Ciudad de México (Campeonato Distrital por Categorías) – Noviembre a Febrero
- Torneo Clasificatorio Nacional – Marzo/Abril
- Olimpiada Nacional, hoy Juegos CONADE – Mayo
- Torneo Panamericano (Internacional) – Junio/Julio
Y sí, todo esto sucedía dentro de un año. Lo que ayudaba a entender que entrenabas para algo que iba más allá de dos semanas o un mes solamente. Y por cierto, tratándose de los atletas profesionales (les recuerdo que yo solo fui atleta juvenil), tendríamos que su planeación y rendimientos se orientan en un ciclo de 4 años, así es, me refiero al famoso Ciclo Olímpico.
En una época donde impera el corto plazo en las decisiones y la obtención del placer inmediato por encima del esfuerzo constante y las recompensas duraderas, tenemos que comprender cómo funcionan los objetivos a largo plazo es casi una bendición.
Algo que Usain Bolt (multimedallista olímpico de atletismo por Jamaica) dejó plasmado de forma exquisita en una frase que te dejo a continuación:
Otra forma tanto curiosa -y algo extrema, lo concedo- de concebir esta idea es la que tenían los espartanos al decir que “son preferibles 100 gotas de sudor en el campo de entrenamiento que una gota de sangre en el campo de batalla”. Aquí el pensamiento orientado a largo plazo viene en la realización de que el entrenamiento los prepara para una eventual batalla, cuando entrenas las apuestas/los intereses son pequeñas/os. Cuando estás en la batalla (o en la vida real), las apuestas/los intereses lo son todo.
La palabra clave a la que me refiero es CONSCIENCIA.
Es tan amplio este tema que me veo en la obligación de dividirlo en dos entregas, dejándote por el momento, a la espera de la siguiente… ¡No desesperes!
¡Muchas gracias por leernos!, y nos vemos próximamente.
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