¿Por qué practicar un deporte te puede cambiar la vida? (2/2)

En esta ocasión seguiremos hablando y compartiendo acerca de cómo el deporte podría cambiar tu vida y la de los tuyos.

Partido de Cuartos de Final Dobles Mixtos Sub-19 en la Olimpiada Nacional 2014, llevada a cabo en Puebla

por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.

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En la entrada anterior a este post (1/2) te compartí algunas cuestiones sobre el deporte de alto rendimiento y cómo este ha impactado en forma duradera dentro de mi vida. Hacia el término del artículo hablamos acerca de las Lecciones que cualquier deporte puede enseñarnos cuando lo practicamos de forma diligente y, mejor aún, cuando competimos en esta disciplina.

Por ello, a continuación seguiré compartiéndote las lecciones más importantes que el deporte me ha dejado en mi haber.

Lección #4: La Suerte es una excusa

Siempre me ha llamado mucho la atención la forma en que culpamos al Destino o a la Suerte de nuestro fracaso, pero nunca les hacemos responsables por nuestro éxito. Este último siempre tiene que ser una consecuencia directa de nuestras capacidades, de nuestra gallardía, de nuestra preparación, de nuestro coraje, etc.

Pero al menor revés, ¡nos tiramos a gritar! “Dios, ¿¡por qué a mí!?, ¿qué te hice para que me trates de esta forma”. O el clásico de clásicos mexicano: “es que me lastimé (sabemos que es otra palabra) la rodilla”, pues bien… En realidad no importa.

Nunca voy a olvidar un partido que perdí por la mínima diferencia y con un sabor en extremo agridulce, puesto muy sencillo hacia la conclusión del partido, tuve un punto en el cual después de levantar un tiro en el que el “gallito” pasó a ras de la red, mi tiro se quedó danzando en la red y no pasó. Es decir, el corcho del volante pegó en el cintillo (tal como se ve en la imagen) solo para regresar de mi lado, sellando mi derrota.

Ya unos minutos después, un poco más tranquilo por mi derrota, caía en aquello que hace unas líneas crítico: ¡¡Maldita suerte la mía!!, como es que ése p… gallo no fue a pasar. Y aparte el de antes si había pasado, se sacó como seis “churros” en todo el partido, etcétera, etcétera.

En esas estaba cuando de pronto apareció mi entrenador para hablar conmigo -lo cual no era una buena señal ni mucho menos-, lo primero que le dije fue que qué se podía hacer frente a ese tipo de gallos, ¡había sido mera cuestión de suerte!

Culpamos a la Suerte de nuestro fracaso, pero nunca la hacemos responsables de nuestro éxito.

Y entonces, me lo dijo: “Miguel, no fue la Suerte. Fue tu culpa, por permitir que el marcador del partido llegara al punto en el que la suerte terminó sentenciando tu resultado. Juegas más que él, hazte RESPONSABLE“.

Y entonces, de pronto, lo entendí. Tenía razón. Nunca fue la Suerte, sino mi incapacidad para concentrarme, la que definió mi derrota. Y, no me malentiendas, que la suerte es importante, y por supuesto que puede cambiar nuestras vidas (para bien o para mal) pero es muy importante, dar cuenta de cuando la caprichosa dama Fortuna nos ha tendido la mano, no sea que nos engañemos pensando que ha sido asunto nuestro y terminemos dándonos de bruces con la realidad más tarde.

Dirían por ahí, en materia de inversiones, que “no existe inversionista más peligroso para sí mismo que aquel que ignora que ha tenido suerte”. Una de las premisas básicas que la mayoría de los inversionistas (renta variable) suelen ignorar por completo, y la premisa básica para uno de los mejores libros de inversión que he leído en mi vida: What I learned losing a million dollars?

Fue tu culpa, por permitir que el marcador del partido llegara al punto en el que la suerte terminó sentenciando tu resultado

Tenemos que aprender a distinguir entre la fortuna y la capacidad, tratándose tanto del éxito como de las derrotas. En el momento que tú decides culpar al “Cruel Destino” por tus malos resultados, te conviertes automáticamente en una víctima de ti, pues nada puedes hacer frente al Destino. Pero, si reconoces tus errores de forma objetiva, podrás concentrarte en resolverlos.

Un camino te llevará a la autocomplacencia, el otro a la mejora constante de ti, ¿cuál eliges tomar?

Fotografía con Roberto Cruz Bazán, mi entrenador ¡Muchas gracias!
1o Lugar Individual en el Campeonato Distrital 2011, Categoría Sub-17

La palabra clave a la que me refiero es RESPONSABILIDAD.

Lección #5: Una vez tras otra…

Relacionado directamente con la lección anterior. Algo que sucede mucho dentro de los campeonatos al momento de realizarse el sorteo para los grupos es observar que a ti -aunque generalmente es a alguien más- te ha tocado una llave “más sencilla”, algo que puede suceder sobretodo cuando existe una gran concentración en calidad y cantidad de jugadores dentro de una misma categoría.

Y, aunque ocasionalmente se podría afirmar que “la suerte te ha ayudado”, Sobretodo cuando son instancias desgastantes/partidos complicados desde las primeras de cambio, lo que termina teniendo un peso substancia y marca una diferencia hacia los enfrentamientos finales del evento; la realidad es que esto solamente podrá aplicar una o dos, a lo mucho en tres ocasiones. Pero la realidad es que, los campeones se forjan su lugar donde sea a través de la repetición de sus resultados y el cumplimiento de las expectativas.

Cuando se llega a ese nivel, la realidad es que la suerte no importa. Al final del día, ¿no fue el actual número 1 de cualquier disciplina una persona sin ránking hace algunos años?

El asunto es que debes abrirte paso (volvemos con la tenacidad) y, la única forma de hacerlo, es ganando una vez tras otra. La Suerte pasa a ser irrelevante en su mayoría cuando tienes una preparación adecuada.

La palabra clave a la que me refiero es CONSTANCIA.

Lección #6: No me importan tus excusas

Otra cuestión resaltable de los atletas es la forma en que progresivamente, poco a poco (sin prisa pero sin pausa) van construyendo sus músculos, su inteligencia, sus estrategias. En fin, la forma en que forjan su camino hacia la meta, que es gradual -y a veces exponencial-.

Sin embargo, la admiración para los atletas viene de su actuar. ¿A poco no resulta increíble que una persona pueda levantarse a las 5 am., con frío y mucho más, solo para seguir preparándose de cara a un evento cuya fecha (por no decir, lugar) desconoce?

La verdad es que resulta admirable el esfuerzo que se pone cada día en lograr avanzar, en lograr entrenar, en lograr sobreponerse a las adversidades cotidianas (grandes, menores o ausentes)

En este sentido, tenemos que la filosofía detrás de esto se parece bastante a lo que se expone dentro de la imagen que está a la derecha.

Y hace las veces de ser similar a la filosofía kaizen o acerca del mejoramiento continuo, misma que ha evolucionado y puesto a Japón y sus industrias en el mapa.

Y es que, si lo piensas bien, tanto la vida como el deporte es una cuestión de constancia y repetición. Como dicen por ahí, en el Show de Bojack Horseman:

Se vuelve más fácil. Cada día más fácil. Pero tienes que hacerlo cada día, es la parte difícil. Pero se vuelve más fácil.

The Bojack Horseman Show

Aquí te dejo un pequeño vídeo motivacional, que de verdad me encanta y guardó en mi teléfono desde hace tiempo. Espero también lo disfruten:

La palabra clave a la que me refiero es DISCIPLINA.

Lección #7: Un Campeón ha perdido más veces

Recuerdo que, cuando comencé a jugar bádminton, era tan malo que me bajaban de categoría en los torneos solamente para poder competir (JAJAJAJAJA). Y es que, en realidad, nunca he sido una persona especialmente talentosa, mis primeros seis meses de entrenamiento fueron pegarle a un volante en la pared por que no podía dar más de 10 golpes seguidos. De ahí al campeonato distrital y medallas nacionales como atleta juvenil, claro que hubo un laaaaargo recorrido.

Foto del 2010, cuando comenzaba en esto

A esto hay que agregar que, comencé bastante tarde dentro de esta disciplina. Pues no fue sino hasta mis 14 años que tuve mi primer entrenamiento de bádminton. Cuando la mayoría de quienes comienzan en un deporte, lo hacen desde los 10 años, algunos incluso desde los 6 años…

De hecho, durante mis primeros doce meses entrenando ni siquiera ganaba en las categorías inferiores (jugando con chicos dos o tres años menores que yo). Pero, he aquí el asunto, sencillamente nunca me rendí.

El Fracaso es nuestro mayor Maestro, aunque pocos lo quieren reconocer

Sabía que era temporal. Después de todo, seguía viendo una serie de pequeñas mejoras y sabía que, de seguir entrenando de forma diligente, constante y aplicada, mi nivel seguiría aumentando eventualmente (así funciona la vida, en general).

Hay una frase que me gusta mucho en este sentido, y dice algo más o menos así: “Un Maestro es un alumno que ha fracasado muchas más veces que cualquier otro antes de rendirte”.

Y es que, el Fracaso es nuestro mayor maestro (aunque pocos lo quieren reconocer, y mucho menos conocer). Y en este sentido, se trata siempre de perspectiva.

¿Por qué motivo continúan Federer, Nadal y Djokovic -el infame Big Three del tennis- prestando una batalla que varios han dado por perdida antes de ellos? Al punto de repartirse entre ellos, 55 de los últimos 64 Grand Slams, es decir el 85.93% de estos grandes títulos durante los últimos 16 años. Pues bien, esto se debe a que, conforme pasa el tiempo, cada uno de ellos se ha sabido reinventar -de lesiones, fracasos, temporadas de sequía, etc.-. Como también tendremos que aprender a hacerlo nosotros.

El Big Three en el tennis: Djokovic, Federer y Rafa Nadal.

La palabra clave a la que me refiero es ANTIFRAGILIDAD.

Lección #8: Con la porra en contra

Si nunca has estado en una situación donde todo el mundo parece alegrarse por cada uno de tus errores, entonces no sabes lo desafiante que puede ser esto y la forma en que, aprender a controlarlo, te hará un beneficio gigantesco en tu día a día (hoy día le dicen inteligencia emocional).

Uno de los aspectos básicos que distinguen a un atleta profesional de uno que está en sus primeros pasos (amateur) es la forma en que se gestionan los nervios y el juego del aspecto psicológico al momento de salir a grandes compromisos.

En este sentido, el aprender a manejar una situación adversa donde, no solo no estás jugando bien sino que encima el público se alegra de ello, puede ser la verdadera hazaña por lograr. Antes que derrotar a tu rival, debes derrotarte a ti mismo.

Llevar una porra en contra no es tan sencillo como parece (sobretodo cuando vas comenzando) por que el aspecto clave, y el motivo del público no es otro que afectar tu capacidad de concentración. Y, en este tipo de eventos, si no puedes mantenerte concentrado en los momentos clave, no podrás ganar. Eso es seguro.

Antes que derrotar a tu rival, debes derrotarte a ti mismo.

Y es que, por si fuera poco, encima de tener a un/a digno/a contrincante enfrente tuyo, detrás tienes a x cantidad de personas que te presionan al error, ¡increíble!

Sin embargo, esta cuestión te dará dos cosas sobretodo, ambas muy importantes para el día:

  1. Capacidad de Concentración;
  2. Coraje.
Rocky IV

Imponerse a un público adverso no es tarea sencilla, y aunque debemos admitir que “nadie es monedita de oro” (como suele decirse) también existen públicos que llegan a rozar la hostilidad. Vamos que esta cuestión no pasa por nadie desapercibida, al punto que constituye lo que muchas veces en el futbol se le conoce como “la ventaja del local”. Y forma parte del argumento central de la película Rocky IV, en la que este se enfrenta a un público ruso en extremo hostil.

Aprender que la vida no juega siempre en tu favor es una de las grandes lecciones que el deporte tiene para enseñarte sobre la vida.

La palabra clave a la que me refiero es CARÁCTER.

Lección #9: Los Resultados son Absolutos

Bien o mal, tenemos que admitir que las acciones hablan más fuerte que las palabras (otra cosa que el deporte nos enseña cuando hacemos más de lo que decimos). De esta forma, también haríamos bien en entender que, al final del día, los resultados son absolutos.

Puedes quejarte, maldecir y decir todo lo que quieras, quizá te enfermaste o tuviste un golpe de mala suerte (será para la próxima) pero, recuerda, los resultados están ahí. Y sí, en caso de que te lo preguntes, son inapelables.

Es cierto que podríamos afirmar que no necesariamente gana el mejor (sobretodo cuando hay lesiones de por medio o mala suerte en la gráfica) pero, la realidad es que inclusive tratándose de la gráfica, podría decirse que es tu asunto pues al no tener un ránking, te arriesgas a cruzarte de buenas a primeras con los mejores y el desgaste que ello genera. Pero en este caso, producir resultados de forma constante eventualmente te pondrá en el mapa. En teoría, facilitando tu trabajo, y dejando para el final a los adversarios más conflictivos.

1o. Lugar en el torneo “El Pavo”, Guanajuato 2013

Cualquiera puede decir lo que sea, pero lo resultados hablan mucho más fuerte que las palabras

Finalmente, y algo que también sucede mucho en la vida es que, una vez que has perdido puedes pasar los siguientes meses quejándote de la mala suerte en el sorteo o de tu lesión espontánea o envidiando la fortuna de los ganadores o bien, ponerte a trabajar. ¿Cuál de las dos opciones crees que tendrá mejores resultados para ti? Una vez más, escoge con sabiduría, por favor.

En este sentido, no son pocas las personas que eligen ser víctimas de sí mismas y su circunstancia para nunca hacer nada más al respecto de su situación que quejarse. Esto es de pragmatismo (aplicarán excepciones, claro está*), pues al final del día es como dicen por ahí:

Es cierto que la vida no es la fiesta que habíamos imaginado… Pero, ya que estamos aquí, ¡entonces bailemos!

La palabra clave a la que me refiero es ACEPTACIÓN.

* Si estás leyendo esto (y aun más si lo haces desde tu teléfono) las probabilidades de que tú no seas una excepción son bastante altas.

Lección #10: Siempre hay alguien mejor allá afuera

Dicho todo lo anterior, el mejorar en un deporte puede ser peligroso para nosotros mismos. Por que, eventualmente, te da una sensación de importancia que sencillamente no te corresponde. A veces, ganar medallas, campeonatos, torneos, puede terminar cegándonos y para esos efectos, la que considero como la lección más importante que el deporte puede darnos sobre la vida es la siguiente: ¿Cómo gestionar nuestro Ego?

El ego es el enemigo de [Ryan Holiday, Patricia Torres Londoño]

Para estos efectos, te recomiendo ampliamente que leas el libro que aparece en la imagen a la derecha (puedes adquirirlo aquí), misma lectura que he encontrado como la mejor disponible para efectos de lidiar con nuestros problemas del Ego, una más que te recomiendo es el libro En Defensa de la Felicidad, escrito por Mathieu Ricard, que adopta un enfoque pragmático sobre la vida bastante aterrizado a lo que la filosofía budista comenta sobre los temas que aborda.

Ahora, ¿por qué el Ego es tan importante? Pues bien, se debe al hecho de que nuestra propia incapacidad por reconocerlo -y peor aún- limitarlo, termina convirtiéndonos a nosotros mismos en nuestro propio peor enemigo.

Cuando piensas que eres mejor de lo que realmente eres, tu margen de mejora disminuye drásticamente.

Otra cosa que adoro del deporte es que, literalmente, nos enseña como el mundo es más grande, sobretodo mucho más grande de lo que nosotros podemos imaginar. En este sentido, podemos observar un ascenso de niveles en los torneos (como si de una escalera se tratase), mismo que iría más o menos como sigue a continuación:

  • Amateurs o Pasatiempo
  • Competencias Locales
  • Competencias Regionales
  • Competencias Nacionales
  • Competencias Internacionales (Continentales)
  • Categoría Libre
  • Competencias Globales (Mundiales y Olimpiada)

Yo recuerdo cuando comencé jugando una reta en mi deportivo a cuando conocí otros deportivos por primera vez en los distritales, después fue viajar a otros estados de la República en torneos y finalmente, tener el orgullo de representar a tu país en instancias internacionales.

Y resulta que, si quieres ascender en estos escalones, tienes que mejorar -y seguir mejorando- todos los días de todas las semanas, de todos los meses de todos los años… Y así sucesivamente.

Esta realización de que siempre habrá alguien mejor; o bien, de que para seguir siendo los mejores tenemos que esforzarnos todos los días más que los demás (no solo en esfuerzo bruto, sino también en forma estratégica tanto como una administración de recursos eficiente). nos ayuda a “mantener los pies sobre la tierra”. Pues, de hecho, en el momento que pierdas el piso se garantiza tu caída posterior, ¿cómo sucede esto? Te lo diré a continuación:

El Ego es nuestro enemigo. Cuando piensas que eres mejor de lo que realmente eres, tu margen de mejora disminuye drásticamente. Y, de hecho, desde el momento que te sientes más de lo que eres (en forma objetiva), estás ante un problema grave. Tanto como si piensas que ya no puedes mejorar.

En este sentido, el Ego nos invita a pensar que podemos alcanzar la perfección. Nos empuja por un acantilado de mentiras y falsos deseos de superioridad cuando la realidad es que: No somos perfectos, pero sí perfectibles.

Piénsalo mejor aún, la perfección es aburrida, es gris, es estática, está muerta. Pero en la perfectibilidad encontrarás la belleza de levantarte cada día con la posibilidad de ser y comenzar mejor que ayer, de seguir avanzando un paso cada día, sin importar cuanto tiempo lleves en ello.

La realización de que ni siquiera el número 1 lo es de forma absoluta: Puedes ser el #1 en tu estado pero no en tu país o bien, serlo a nivel global pero sabiendo que esto no será para siempre; nos invita a mantener los pies sobre la tierra y concentrarnos en siempre hacer y dar lo mejor, a cada momento de nuestro recorrido.

La palabra clave a la que me refiero es HUMILDAD.

CONCLUSIONES

Finalmente, las experiencias que obtuve durante mis años como atleta de alto rendimiento me ayudaron a distintas cuestiones, tales como conocer el país, teniendo diversos torneos en lugares como Jalisco, Nuevo León, Puebla, Aguascalientes, Guanajuato, Mérida, Puerto Vallarta, San Luis Potosí y Manhattan, USA.

Algo que, por cierto, si eres mejor jugador de tu disciplina de lo que yo fui en la mía pronto se convierte en un ir y venir en instancias internacionales.

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Mi papá y mi hermana

De igual forma, el deporte me dió una de las mejores oportunidades en mi vida para generar y fortalecer los lazos de calidad con mi familia, quienes siempre me han apoyado -en la victoria como en los fracasos- pero comenzaron mucho antes de que este proyecto viera siquiera la luz: Conmigo en la cancha.

De hecho, es especialmente por este motivo, entre tantos otros, que te recomendaría sin dudarlo dos veces que consideres seriamente comenzar en un deporte de forma más disciplinada y, si tienes un/a(s) hijo/a(s), sobrino/a(s) o lo tienen tus conocidos, no hará mal el comentarles un poco más sobre el tema (siempre puedes compartir este artículo para ello).

Foto con mi mamá

El apoyo (económico, moral anímica, etc.) que recibí de mi familia durante tanto tiempo no puede compararse a nada que antes hubiera conocido. Su compañía en los viajes, en las gradas, en el llevarme a los entrenamientos, en el esperar mientras entrenábamos para volver a casa, en el preparar comidas para mí y mi hermana gemela, en el pago del deportivo, etcétera.

Si tuviera que quedarme con algunos conceptos clave sobre ésta y la entrada anterior, sin lugar a dudas serían las siguientes:

Coraje, Esfuerzo, Consciencia, Humildad y, por supuesto, ¡Disciplina!

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Mi última medalla en la Olimpiada Nacional 2014 – Categoría Dobles Mixtos Sub 19,
obtenida en conjunto con mi hermana gemela Nicole Caloca como pareja

¡Muchas gracias por leernos!, y nos vemos próximamente.

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CUIDANDO TUS FINANZAS

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Relacionado con el post, he encontrado especialmente útil la disciplina sobretodo cuando se trata de comenzar en el mundo de las finanzas personales a través del ahorro (algo que no siempre es tan sencillo como debería). Si quieres comenzar a hacerlo tú también, te comparto este vídeo con tips que te resultarán útiles en extremo:

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