¿Qué estás haciendo?

Un día más al calendario, otra cruz que poner en la casilla correspondiente, ¿y luego? Fue solo un día más, y punto. Nada ha cambiado, todo sigue igual. El cielo gris, azul o negro, de cualquier color que lo dejaste ayer a esta misma hora.
Nos come la rutina y los hábitos reflejan cierto estancamiento, ¿otra vez cuatro horas frente al televisor, o viendo memes en Facebook? Venga, sabemos que son buenos y que mereces descanso pero 1/4 de hoy (¡algunos llegan al tercio!), y nos tenemos que preguntar: “¿Qué estoy haciendo con mi vida?”

Con algo de suerte, está pregunta llegará hacia las primeras etapas de tu vida, por ahí de la adolescencia. Pero suele suceder que vamos por ahí escuchando las respuestas de los demás, obedeciendo a las expectativas, al pendiente del exterior. ¿En qué basamos nuestras metas?, ¿cuántas veces hemos llegado al objetivo soñado solo para descubrir una innegable sensación de vacío?

Es cierto que nos encontramos en un mundo lleno de condiciones adversas, bastante falto de esfuerzos empáticos y que parece tender hacia su declive, pero siempre tenemos -y tendremos- dos opciones ante lo que no nos gusta:
A) Dejarlo ser y resignarnos o;
B) Tomar acción y enmendar el rumbo desde la acción individual.

Suele suceder que tomamos la primera opción, aunque a veces nos convencemos falsamente de estar tomando la segunda. Un ejemplo de esto puede ser el activismo de redes sociales, que tiende a ser muy engañoso ya que un millar de likes no se traducen necesariamente en acciones y consecuencias.

Es fácil hablar (incluye comentar y publicar), pero hacer y construir… Hacer requiere de verdadero coraje. La razón de esto es sencilla: Nos ocupa tiempo, dedicación y mucho esfuerzo.
No solo desde el ámbito físico e intelectual, sino desde el aspecto anímico, las altas y bajas de un proyecto formado paso-a-paso-desde-abajo son toda una peripecia emocional, que solo puede ser sorteada cuando cuentas con la claridad necesaria sobre el objetivo de lo que haces.

¿De cuántos proyectos (propios y ajenos) no has tenido noticia en su desaparición? Alguien comenzó una nueva página, un nuevo blog, quizá otro canal de YouTube para descubrir, apenas meses después que… ¡se han dado por vencidos! Ante la falta de estímulos positivos en el corto plazo, suele suceder que nos damos por vencido, ante la falta de un sentido superior o un leit motiv lo suficientemente resiliente.

Debiéramos pensar más orientados hacia el largo plazo, y entonces, al darle preferencia a los años por encima de los días, quizá veríamos de forma más reflexiva lo que construimos (o no) día tras día. Así como los deportistas de alto rendimiento, cuyas decisiones y ciclos deportivos tienden a una orientación de cuatro años (el Ciclo Olímpico) en la mayoría de las disciplinas.

Yo entrenaba cuatro años para correr solo nueve segundos. Hay personas que por no ver resultados en dos meses se rinden y lo dejan. A veces, el fracaso se lo busca uno mismo

Usain Bolt, (8) Medallista Olímpico 2008, 2012 y 2016.
Usain Bolt: "Las posibilidades de que vuelva son cero" - AS.com
Usail Bolt, leyenda olímpica del atletismo

Y por si no fuera lo bastante complejo ya, tenemos que, aparte de lidiar con nosotros mismos -y nuestra ausencia de conocimiento-, tenemos que enfrentarnos a distintas personas que gustan de proyectar sus frustraciones e inseguridades hacia fuera… Hoy, se les conoce por el nombre de haters.
Y es que, debes entenderlo cuanto antes que, por presuntuoso que se lea… No deberías de (pre)ocuparte por la opinión de alguien que no es un ejemplo de lo que quieres para tu vida.

Sucede que le damos mucho peso a la crítica, pero volvamos a términos cualitativos, ¿la crítica de quién? Fíjate bien en que las “opiniones constructivas” que recibes sean dadas por personas que llevan buena parte de su vida construyendo. De no ser así, ¿por qué estás escuchando?

Basta de ser víctimas de la circunstancia, basta de dejarnos llevar por el gregarismo no funcional que nos quieren imponer otros que han dejado de lado sus sueños. Fíjate bien en esto: Que quien tiene tiempo para estar volteando a tu vida, no es sino porque está poco ocupado en mejorar la suya.

Bueno bueno, pasando al aspecto más importante de esta Nota de Reflexión, quedemos en paz con la siguiente frase:

“Si no estás conforme con el mundo en el que estás, es que has venido a transformarlo” y, yo lo adaptaría a lo siguiente:
“Si no estás satisfecho con el mundo que tienes, ¡entonces eres responsable de ser el cambio que quieres ver en el!”

Y no tiene que ser algo absoluto ni mucho menos, todo proceso de transformación es gradual y necesariamente tiene altibajos al por mayor. No desesperes, simplemente continúa caminando. Pon el ejemplo, independientemente de quien esté mirando. Siempre contribuye a lo que deseas ver en un futuro distante.
Que te tenga sin cuidado lo que hoy acontece, ¡tú estás construyendo para el Mañana!

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¡Cuidando tus Finanzas!

por Miguel Ángel Caloca Heredia, Socio Fundador de Godín Financiero.

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