¿Cómo tener Suerte? – Aprende el Secreto de la Buena Fortuna

En esta ocasión te traigo el Análisis de Lectura del libro “Cómo tener suerte” del autor Max Gunther. Libro en el que el autor expone distintas técnicas que te acercarán -de forma probada- a tener una mejor fortuna en aquello que emprendas.

por Miguel A. Caloca, Fundador de Godín Financiero.

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El Azar, la Fortuna o la Suerte son, todas a la vez, una misma “persona”. Y, nos guste o no entenderlo -pues puede costar bastante trabajo-, es una cuestión que puede transformar nuestra vida. No, no estoy hablando de encontrarse un billete de $500 pesos en la calle (me ha pasado), ni tampoco de haber tenido la mala fortuna de haber sido nosotros quienes lo hemos perdido (también me ha pasado, pero con $200 para abajo).

La Fortuna tiene el potencial de transformar nuestras vidas aunque en realidad no seamos demasiado conscientes sobre este tema. Esto es algo que no escapa al autor sobre probabilidad y otros temas interesantes, Nassim Taleb. Quien expone esta cuestión -y de forma maestra, por cierto- en su Antifrágil cuando habla de la diferencia esencial que existe entre los Cisnes Negros Positivos y los Cisnes Negros Negativos, así como nuestra exposición a ambos tipos de eventos. Si no sabes qué es un Cisne Negro (no me refiero a las aves) puedes leer este artículo o leer este libro, o ambos (recomiendo ambos).

Pongamos un ejemplo más bien sencillo y es que, si fueras a abordar un avión y te dieran a escoger dos opciones respecto de la postura que tendrían los auxiliares de vuelo, tanto como del piloto de avión, ¿cuál escenario escogerías?

  • Un piloto de avión optimista y auxiliares de vuelo pesimistas; o bien,
  • Un piloto de avión pesimista y auxiliares de vuelo optimistas.

Si estás en tus cinco sentidos, muy probablemente preferirías a los auxiliares de vuelo optimistas y el piloto de avión pesimista. ¿Te puedes imaginar la cabeza del piloto de avión optimista?… “¿Contamos con el combustible suficiente? Mmm… Yo creo que sí” Y recuerda que -tal como decía uno de mis profesores en la carrera- resulta que “crees no es otra cosa que un acto de fe“. ¿Dejarías algo tan importante como tu vida a la fe de un tercero? Yo no lo haría, ¡jamás!

Esta cuestión se ejemplifica en la imagen a continuación:

Imagen proveniente de la tercera sesión de nuestro curso Estrategias de Inversión (más información, aquí)

Pero ahora sí, a lo que vamos, como te venía diciendo, la suerte puede definir nuestras vidas. Lo queramos o no, para bien o para mal. Y, en este libro del que te hablaré hoy, aprenderemos a exponernos a la Buena Fortuna dentro de nuestra cotidianeidad, una cuestión que es, sin lugar a dudas, invaluable.

Siguiendo este enlace puedes adquirir el libro en su edición digital por $189.00 pesos (al 09/08/2021), también lo puedes leer gratis a través de la membresía de Kindle Unlimited.

Por cierto, que si te suena familiar el nombre de Max Gunther es porque ya lo hemos abordado en otro de nuestros Análisis de Lectura, en el que cubrimos (dividido en dos partes) su libro El Poder de los Banqueros Suizos (también conocido como Los Axiomas de Zurich), cuyo análisis y comentarios puedes leer (fragmentado en dos artículos) en este enlace, para la Parte 1; y este otro, correspondiente a la Parte 2.

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Parte I: EL FACTOR DOMINANTE

En esta primera parte el autor nos hace ver la importancia que suele pasar desapercibida respecto de cómo fenómenos como la Suerte tiene el potencial para decidir nuestras vidas. Bajo esta ilusión de control que vivimos, es muy común que dejemos pasar por alto lo mucho que nos puede impactar una pequeña mala racha. O que creamos que la buena fortuna es, más bien, nuestra alta capacidad inequívoca (Sesgo de Dunning Kruger).

Por lo tanto, la Suerte es uno de los factores dominantes tratándose de la manera en que nuestras vidas terminan desenvolviéndose. Nos guste o no, así es. Por lo tanto, lo primero es admitirlo para después poderle sacar el máximo provecho a este recurso tan escasa e injustamente distribuido en tiempos modernos.

El Insulto Supremo

El libro comienza haciendo referencia a otro libro, este último escrito por William S. Hoffman. Un libro que hablaba sobre su vida y contaba con un título bastante curioso: El Perdedor, en cuyas páginas, el autor intentaba justificar (inútilmente, hasta cierto punto) los motivos por los que jamás fue capaz de hacerla en la vida y en las apuestas.

Ahora, te diré lo que Hoffman jamás pudo entender: El perdía -día tras día, sin excepción- debido a que intentaba negar el evidente papel que la Suerte tiene en nuestras vidas. Un papel que resulta especialmente relevante cuando uno es apostador de profesión (o inversionista por pasatiempo).

De hecho, su postura acerca de la suerte se reducía a la frase de su padre que rezaba que “si eres bueno/a, entonces no necesitas suerte“. Que me dices, ¿estás de acuerdo con esta postura?…

¡Vaya sinsentido! Pero claro que necesitamos de la Suerte. No importa que tan bueno/a seas en algo, nunca te vendrá mal aunque sea un pelín de buena fortuna. Y, de hecho, en sentido contrario, la Fortuna (caprichosa dama, por donde sea que se le procure) podría tumbar tus planes solo con una pizca de mala suerte.

Ahora, la buena fortuna puede definirse de distintas maneras, pero me agrada la sencilla definición que seguiremos a lo largo de todo el libro: “Estar el el lugar adecuado en el momento correcto” o también “conocer a alguien que conoce a otro alguien…”.

La Suerte va y viene de nuestras vidas, a veces nos sonríe y a veces nos castiga, a veces en forma merecida (karma le dicen) y a veces sin que sepamos siquiera porque nos golpea con tan singular alegría. Juega un papel extremadamente relevante en todas nuestras aventuras, normalmente puede tomar el rol cantante sin que seamos capaces de hacer algo por impedirlo.

La Suerte es, dicho en pocas palabras, el Insulto Supremo a la racionalidad humana y su necesidad de control absoluto sobre su Destino: No la puedes ignorar (o pagarás altas consecuencias), pero tampoco es que puedas prevenirla. Tus planes más meticulosos pueden arruinarse por un golpe de mala suerte, y sin embargo, las aventuras menos planeadas pueden llegar a buen puerto siempre que las impulse un viento favorable durante el tiempo necesario… No busques respuestas, la Suerte solo se reirá de tu ingenuidad.

Aunque hasta aquí pareciera un tanto fatalista el enfoque resulta que hay esperanza al final del túnel, una tenue luz que continúa haciéndose más y más brillante. Si bien no podemos hacer mucho por conocer los designios de la Fortuna (tan caprichosa en su reparto), vaya que podemos aumentar nuestras probabilidades y la calidad de nuestra Fortuna. Es decir, puedes incrementar sustancialmente tus posibilidades de convertirte en una de esas historias de uno-en-un-millón, y continuación te explicaré cómo puedes hacerlo.

El Factor del que NADIE habla

Ahora, otra cosa que sencillamente no podemos ignorar de la Suerte es que muchos la aborrecemos, la repudiamos, la celamos. ¿¡Por qué a mí!?, o más bien, ¿¡por qué a mí no!?

La Suerte se definirá en adelante como “aquellos eventos que no son de nuestro hacer, pero influencian nuestras vidas“. Y sí, existe tanto la buena suerte como la mala, ying y yang, equilibrio en la vida… Pero bueno, sobra aclarar que en este libro -y tampoco en este análisis- no se te explican técnicas o algoritmos para comprar el siguiente ticket ganador de la lotería, o poder adivinar con mayor certeza cuál de los caballos saldrá victorioso en el Hipódromo para la siguiente carrera. Si es algo así lo que estás buscando, mejor no continúes leyendo. Pero, para efectos ejemplificativos, a continuación te comparto:

  • Caer en una excelente oportunidad laboral debido a conocer a alguien en una fiesta;
  • Sorprenderte con una relación salida de la nada a través de una confusión en los asientos del cinema (o de reacciones en redes sociales…);
  • Aprovechar oportunidades de negocio tan aparentes que nadie más ha tenido a bien tomar en cuenta;
  • Capitalizar tu buena fortuna en el mercado -y otras inversiones- antes de que exista un ajuste fuerte.

Continuando, resulta que nos esforzamos en negar el papel de la suerte en nuestra vida, aunque esta siempre termina imponiéndose, lo queramos o no. La Suerte es un elemento importante dentro de nuestras vidas cotidianas, a veces en mayor o menor medida.

Nuestro esfuerzo por negar su papel en nuestras vidas es que sencillamente nos deja indefensos/as. Nos hace sentirnos a la deriva de los eventos que puedan suceder sin que seamos capaces de hacer nada por ello. La vida se ve mucho más sencilla (y segura) cuando somos capaces de decir: “Esto va a suceder tal como lo he planeado”… Pero, como dicen por ahí, resulta que “si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes“. Adjunto un meme que lo ilustra:

Otro motivo por el que no nos gusta hablar acerca de la suerte y su papel en nuestras vidas es que reduce nuestro protagonismo tanto como nuestras capacidades y habilidades. Incluso, para algunas personas, resulta que les termina robando su dignidad.

¿Lo habías pensado antes? Ok, a continuación un ejercicio: Ve a la biblioteca y toma una biografía de alguien relevante, puedo apostarte -con cierto grado de certeza- que, salvo publicaciones relativamente recientes, encontrarás las siguientes palabras: Coraje, Inteligencia, Resolución, Tenacidad, Liderazgo, etc. Pero, ¿sabes cuál palabra no encontrarás por más que busques y busques? Así es… Suerte. O quizá la encuentres en un pequeño pie de nota, relegada al Epílogo en manera silenciosa como una especie de “y sí, tuvo un poco (es más, apenas una pizca) de suerte”.

Tal asunción (acerca del papel que la Suerte ha jugado) disminuiría el papel de nuestra estrella por donde se le mire. Aunque claro, ante los errores es una práctica estándar el culpar a la mala fortuna pero, ¿qué pasa con los aciertos? Esos nunca son producto de la Suerte, ¡ja!

Heráclito (a la izquierda) dijo hace mucho tiempo (unos 25 siglos y contando…) que “carácter es destino“. A partir de este modelo de pensamiento, no pocas obras teatrales, de cine, novelas de televisión, argumentos y cuentos literarios se han ido construyendo en el imaginario colectivo. Por que, claro, la idea nos resulta tan atractiva. Yo mismo te he dicho que se ocupa tenacidad para obtener aquello que anhelamos. Sin embargo, esta afirmación es, cuando mucho, una verdad a medias en ciertas vidas afortunadas.

O, ¿qué podemos decir acerca de aquellos que tuvieron la mala suerte suficiente como para perecer en un accidente de tráfico? Lo mismo que, quienes no tuvieron la buena suerte necesaria para sobrevivir) Podrías haber sido bueno o malo, un gran filósofo o un procrastinador profesional, eso no importa. O, ¿es que acaso alguien se atrevería a decir que “te ha faltado carácter” como para sobrevivir a ese evento tan desafortunado?

¿Qué sucede pues, con aquel empleado estrella que eligió un mal momento para comenzar con su carrera en el mundo corporativo? (tal como sucede al personaje interpretado por Leonardo DiCaprio en El Lobo de Wall Street) Sabemos que él no hizo nada, solamente comenzó a trabajar al inicio de una crisis financiera que, por cierto, solamente pocos expertos financieros vieron venir.

Y sin embargo, el aforismo de Heráclito sobrevive, persevera. Continúa contra-intuitivamente vigente aún con el paso del tiempo, ¿la razón? No hay persona más fácil de engañar, que aquella que quiere ser engañada.

Finalmente, resulta evidente entender que, el primer paso que debes tomar para mejorar tu suerte es reconocer que existe, y esto nos lleva a la Segunda Parte del libro, a continuación.

Parte II: TÉCNICAS DE POSICIONAMIENTO AFORTUNADO

¿Existen diferencias cualitativas entre las personas que tienen suerte de forma consistente y aquellas que consistentemente parecen tener mala fortuna?, ¿existen razones que sostengan el motivo que separa al primer grupo (los afortunados) del segundo (los perdedores)?

A continuación, hablaremos sobre las técnicas que te pueden acercar a la caprichosa Dama Fortuna, así que, ¿te encuentras preparado/a?

Técnica I. Distingue entre Suerte y Planeación

Comenzamos con una verdad de vida bastante incómoda, que dice lo siguiente: “Cuando un perdedor pierde, es porque tuvo mala suerte; cuando gana, es porque fue inteligente”. Una vez más, intentamos negar del papel que tiene la Fortuna en nuestras vidas pero, ¿hacia dónde lleva esto?

A ningún lugar. Apunta esto (y apunta bien), que la primera regla para controlar la suerte no es otra que si quieres ser un/a ganador/a, debes estar al pendiente del rol que tiene la suerte en tu vida. Dicho de otra manera: Nunca confundas la suerte con la planeación. De llegar a hacerlo, estarás cavando tu propia tumba, pues incluso la suerte termina para la persona más afortuna, harías bien en no olvidar nunca lo caprichosa que es y lo escasa que se torna con el tiempo.

Para este caso se nos cuenta la historia de Paula Wellman, quien asistió a Atlantic City (paraíso del juego) para jugar a la ruleta. Ella era una profesora de preparatoria, con cuarenta-y-tantos años, divorciada y en una situación económica complicada cuando menos. Sin embargo, vaya que pensó que sería una gran idea el apostar su salario como profesora en la ruleta. Después de todo, la vida es para los audaces, ¿cierto?

Y, aparte de todo, ¡¡ella tenía un sistema!! (Dato Curioso: René Descartes –pienso, luego existo– también y sobra decir que lo terminó abandonando). Es decir, no era como aquellos compulsivos apostadores que terminan perdiéndolo todo en las casas de apuestas, no señor…

Ahora, solo hay que ver un poco más allá de nuestra avaricia (recuerda que es la emoción más peligrosa tratándose de dinero), para darnos cuenta de que si existiera un sistema eficaz con una garantía del 100% de efectividad en un tema tan redituable como las ruletas en juegos de azar pasaría lo siguiente:

  1. Ese sistema no costaría $2,000 pesos ($100 USD) o una cómoda mensualidad asequible para cualquier miembro d e la clase media; y,
  2. Los encargados de los juegos ya se habrían encargado de eliminar esta variable de la ecuación de una forma similar a cómo algunas prácticas estándar dejan de funcionar en el Mercado cuando un número suficiente de personas las ha replicado.

En fin, mira que hay que ser ingenuos. Aunque Paula se sentía especialmente inteligente -recuerden siempre El Ego es el Enemigo– solo porque ella no creía en la astrología o el tarot (sistemas comúnmente usados en este tipo de giro), ¿realmente esto indica que no puedas fallar en el futuro?

Y bueno, aquí Paula utilizó una variable del sistema conocido como de estilo Mantingala (que es un estilo/estrategia de inversión que consiste en apostar por el total perdido con la intención de recuperarlo). Sin embargo, este sistema no toma en cuenta algunas cuestiones relevantes para efectos:

  • El Factor Psicológico en tanto que el apostador espera una racha ganadora (relacionado con los sesgos conductuales, en específico, el sesgo de aversión a la pérdida);
  • El hecho de que los casinos y casas de juego fijan estrictos límites en los tamaños de las apuestas permitidas.

Ahora, volvamos con la Maestra Paula, resulta que ella ganó en su primer día pero tuvo la mala fortuna de no haber entendido realmente por qué había ganado. Algo que atribuyó -erróneamente- a su sistema. Intento al día siguiente, y, ¡¡sorpresa!!, lo volvió a hacer. Una vez más, le dio el crédito a su sistema y, en esta ocasión, decidió retirar una fuerte suma de su capital para apostar y entonces… Bueno, creo que ya sabes qué sucedió a continuación.

Esta cuestión me recuerda bastante, de hecho, a lo sucedido en el libro What I learned losing a million dollars, un básico de inversiones escrito por Jim Paul quien experimentó algo bastante similar a lo que Paula. Solo que su aventura no terminó con su salario de profesor, sino con una profunda pérdida de millones de dólares, pasando en tan solo meses de ser un millonario acaudalado a haberlo perdido todo. ¿La lección? No subestimes a la Dama Fortuna.

Ahora, no te estoy diciendo que no lleves a cabo planeación, ni análisis o algún buen grado de esfuerzo intelectual previo a tomar estas decisiones. Lo más sano para ti -y tu dinero- sería que sigas haciéndolo. De hecho, la planeación no es mala per sé. Pero debes aprender a identificar en que rubros funcionará mejor y bajo qué condiciones sencillamente podría no hacerlo: Conducir un auto es un ejemplo perfecto de una situación en la que funciona la planeación (aunque con todo, aún existirán algunas excepciones de mala fortuna como un bache o algún accidente desafortunado).

Otro rubro en el que la planeación funciona (en todos los ámbitos funciona pero en mayor o menor medida) sería en los deportes. Al final del día, es mucho mejor presentarse con una estrategia o plan de acción que hacerlo con las manos vacías pero, he aquí el asunto: Nadie tiene planeado perder tratándose de estos eventos.

Así, valdría la pena que puedas acercarte a definir una ratio (nunca será un número exacto) de qué tanto influencian la planeación y la suerte en cada situación, a continuación algunos ejemplos:

  • Conducir un carro hacia un destino determinado: 99% planeación, 1% suerte;
  • Inversiones en Renta Variable: 80% planeación, 20% suerte;
  • Apuestas en juegos deportivos: 40% planeación, 60% suerte.

Etcétera, etcétera. Adicionalmente, mientras analices con cuidado cada una de las situaciones complejas en tu vida (como tus oportunidades laborales o tu relación actual o pasada), caerás en cuenta de que la suerte pudo haber jugado un papel bastante mayor al que, en principio, le hubieras atribuido. El simple hecho de darte cuenta de esto y aprender a reconocerlo puede comenzar a mejorar sustancialmente tu buena fortuna.

A veces puedes ser bueno en lo que haces y eso no será suficiente. También se trata de que la suerte te ponga en el lugar adecuado, en el momento adecuado y, como no, con la persona adecuada. Esto te permitirá capitalizar tus oportunidades al máximo aunque, esto sí, deberías ser consciente de que, así como hoy la fortuna te sonríe, el día de mañana puede -y seguramente lo hará- darte la espalda sin más.

Así que, en cuanto tengas buena fortuna, deberías planear su gestión y operar siempre bajo el supuesto de que la Caprichosa Fortuna podría dejarte colgado.

Técnica II. Encuentra el Flujo Veloz

Si queremos tener suerte, nos irá mucho mejor al acercarnos a los lugares en que la suerte puede jugar un mayor papel y dónde es más probable que esta pueda actualizarse en nuestro favor.

Credit: Getty Images/Donaldson Collection

En este caso, el autor nos expone la historia de Laurent Bacall (a la izquierda). Quien durante su juventud (una etapa especialmente fructífera tratándose de encontrar buena fortuna) conoció a muchas personas y se envolvió en una serie de eventos de rápida consecución. De la misma forma que lo hizo Kirk Douglas.

Ahora, claro que hace falta una buena dosis de talento para efecto de que esto funcione. No es que la suerte pueda contraponerse y llevarte en contracorriente hasta destinos inesperados. Como dice la Biblia que Dios dijo: “Ayúdate, que yo te ayudaré”. De esta forma, vamos a entender la manera en que la suerte cambió sus vidas.

La historia de Bacall es la de una joven actriz y modelo radicando en Nueva York. Y, como no, con no pocos problemas durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial. Nueva York siempre se ha caracterizado como un lugar lleno de esperanzas, desde que la Estatua de la Libertad representa las segundas oportunidad que miles de migrantes veían cuando emprendían su viaje en busca del sueño americano.

Y por esto mismo es que Nuevo York también suele estar lleno a más no poder de personas con esperanzas. Siempre parecen tan talentosas, siempre vienen de lugares remotos donde -para el caso de Bacall- han sido reinas de belleza locales, y siempre actuaban con destreza en sus obras escolares. Ahora, todas/os tienen dificultades por obtener en la gran manzana una pequeña rebanada de atención.

Sin embargo, para la gran mayoría de estas personas, la verdad es devastadora. Pues para cada una de las miles de personas que llegan con similar historia y mismo objetivo cada mes, solamente un puñado –literalmente– pueden ser escogidas para resaltar a nivel nacional e incluso local. ¿Qué marca la diferencia entre todas estas personas? Lo más probable es que sea la suerte.

Por cierto, esta dinámica se expresa de manera maestra en la película La La Land (2016), de la cual espero comentarte en alguno de nuestros próximos artículos para la sección de Análisis de Película.

Retomando el tema… Lauren Bacall expone en su autobiografía, titulada By Myself o Por mí misma que sus primeros años fueron de seguida y probada mala suerte. Teniendo papeles en obras que rápidamente fueron cerradas o participando en trabajos de modelaje para campañas que terminaron mal por distintas razones al azar. Practicando de forma inconsciente la Primer Técnica (“Distingue entre Suerte y Planeación”), ella supo entender que no había sido su culpa el desenlace de esos proyectos. Motivo por el cual decidió continuar donde otros se hubieran dado por servidos.

Así, antes que deprimirse y rendirse (algo que la mala suerte suele hacer), siguió trabajando todos los días en trabajos dentro de la Stage Door Canteen. Lo que incluía presentaciones en teatros, eventos sociales, citas, fiestas y picnics. Es decir, se convirtió en el centro de un huracán de personas y eventos sociales. Ahora, está claro que ella no sabía a ciencia cierta qué persona podría conducirla al mundo que añoraba, pero bien se estaba acercando a encontrarla. Esta persona resultó ser el escritor Timothy Brook.

Si bien no eran amantes, lo cierto es que disfrutaban de compartir cierto tiempo juntos. Fue así como el escritor le presentó a Nicolas du Gunzburg, un apenas conocido. Y esta fue la primera de una serie de golpes de “buena suerte” que llevarían a Bacall directo al estrellato.

Ya que De Gunzburg era editor de la revista Harper´s Bazaar, por medio de la cual Bacall logró conocer a Diana Vreeland, editora de moda de la revista. Ella le dio algunos trabajos de modelaje, con lo que una de sus tomas publicadas en la revista llamó la atención de un productor de Hollywood de nombre Howard Hawks. Y así fue como su carrera se impulsó.

Bacall era una mujer de gran talento, belleza y gracia. Estos atributos por supuesto que formaron parte de su ascenso meteórico a la fama pero, por sí solos, no eran suficiente para romperla. Ella tuvo que tomar ventaja y optar por ir más allá de lo usual/estándar para lograrlo. De no haberlo hecho, es altamente probable que al día de hoy su nombre no fuera mucho para nadie.

A pesar de que en su biografía, Lauren Bacall no parece haber pensado mucho acerca de su suerte, el productor Douglas vaya que lo hizo. Pues en una entrevista que sostuvo con el autor de este libro, confesó haber tenido en cuenta este pensamiento. He aquí que el asunto es que aún sin saber qué persona sería, Bacall sin lugar a dudas se estaba acerando y mejorando sus probabilidades mientras más personas del ámbito iba conociendo.

Si eres un ermitaño, nunca nada sucederá en tu vida. Si no eres un ermitaño, varias cosas pasarán en tu vida.

Esta cuestión también es notada y tratada por el filósofo matemático Nassim Taleb, quien afirma que la mejor parte de vivir en las ciudades es ese grado de aleatoriedad e inefabilidad que guardan en su potencialidad.

Ya sea que aspires a tener el éxito en Hollywood o simplemente estés buscando un trabajo de mejor paga o más emociones, la regla es la misma: Ve a donde los eventos fluyen más rápido.

Esta cuestión también se relaciona con lo que las investigaciones en tiempos recientes han denominado como “conexiones blandas” o “vínculos débiles”. Generalmente se refiere a la forma en que muchas personas encuentran su destino mediante los conocidos de sus conocidos. Una teoría que también se refleja en la famosa historia de los “Seis Grados de Separación. Por la cual se afirma que es posible contactar con cualquier persona del planeta, usando un máximo de cinco personas intermediarias y que se conozcan una a otra en cada grado.

Recuerda que la suerte también fluye a través de las personas enlazadas que buscan objetivos. Sin embargo, para que esta técnica funcione es necesario que tus terceros sepan lo que estás buscando. Es decir, la teoría de los grados no funcionará si solamente es una cara que conoces del supermercado.

Aunque, algo bonito de la humanidad es que, en muchas ocasiones, disfrutamos llevando a otros hacia la buena fortuna.

Nos gusta llevar buenas noticias y ser artífices de cambios positivos en las vidas de terceros, incluso si no los conocemos. Pero antes de que esto sea tomado en cuenta, la gente necesita saber que es lo que podría hacerte feliz o significar una diferencia positiva para ti. Es decir, si estoy buscando un empleo, probablemente lo primero que haría sería acercarme a aquellas personas de mi entorno que más probablemente puedan ayudarme. Después, procedería a externar mi búsqueda de empleo en términos sencillos pero definidos a mis conocidos en general. Y ahora, ¡a esperar!

Esto no sucede solo en el mundo de la moda, el cina o los trabajos. A Donna Metzger, una mujer de Atlanta le sucedió una anécdota de “increíble buena suerte” mientras buscaba vender un par de muñecas de la era colonial. Sin embargo, veremos que a un análisis más profundo, tanto menor será la sorpresa por la “suerte” que tuvo esta mujer.

Las muñecas habían pertenecido a su familia por varias generaciones, pasando desde una larga procesión de abuelas a nietas. Para el tiempo en que Donna las recibió necesitaban ser arregladas y limpiadas. Al no tener ningún interés en el ámbito de coleccionar muñecas, ella no quiso realizar esa labor. Pero tampoco quería tirar las muñecas debido a que reconocía que podrían tener un gran valor para algún coleccionista, ya que se trataba de antigüedades con todas las de la ley.

Así, comenzó a comentar la situación con su entorno. Y, ¡sorpresa! compartía un nexo débil con una señora en su club de tenis, quien hablaba regularmente con su hermano (nexo fuerte) sobre distintos temas. En una de estas charlas, tocaron el tema de las antigüedades, así la mujer mayor mencionó el tema de Donna y su hermano le comentó que era gracioso ya que el conocía a una persona muy interesada en las muñecas antiguas. Lo demás es historia…

Recuerda, la lección detrás de la segunda técnica es que debes ir a dónde sea más probable encontrar una buena posición, y por lo tanto, un desarrollo más rápido. No olvides que el tiempo es tu recurso más valioso, ¡no tienes por qué perderlo!

No te quedes al margen, viendo únicamente. Sal a conocer personas que podrían ayudarte o a lugares en los que esas personas posiblemente estarán. Inclúyete en eventos por ti mismo/a. Esto incluye también dejar que todo el tiempo tus conocidos y amistades sepan cómo podrían ayudarte en lo que deseas (y obvio, también tener en claro qué deseas).

En este sentido resulta que las actividades grupales son ideales para ayudarte: Tales como clubs de lectura, deportivos, o cualquiera que se alinee a tus intereses. Recuerda que mientras más personas conozcas, tanto mayor será el crecimiento exponencial que tengas para lograr tu objetivo. Tampoco está mal ir a fiestas de cuando en cuando o inclusive, dar fiestas (tanto mejor).

La suerte consistente tiende a encontrarse mayormente en los lugares donde puedes exponerte a ella. No en aquellos donde te recluyes de su efecto/acción.

Por cierto, una manera bastante adecuada de explicar esta técnica en acción la encontramos en la película La La Land (2016). Específicamente en su soundtrack relativo a la canción Someone in the crowd. Donde la propia letra, traducida al español, nos indica:


Un poco de posibilidad al encontrarse,
Podría ser a quien has esperado

(…)

Alguien en la multitud puede ser a quien necesites conocer,
Quien finalmente te levante del suelo.
Alguien en la multitud podría llevarte a dónde quieres ir,
Si estás lista para ser encontrada.

Someone in the Crowd, La la land (2016).

Y bueno, si no conoces la canción (o la película) aquí te comparto el vídeo musical de la canción. ¡Está genial!

Técnica III. Aprende a Tentar al Riesgo

Existen dos maneras seguras de ser un/a perdedor/a en la vida: Una es tomar riesgos negligentes/tontos (riesgos fuera de proporción con la recompensa potencial) y la segunda es no tomar riesgos en absoluto. Ya lo sé, sonará bastante cliché, pero no por ello es menos cierto, ¿o sí?

Si estás buscando cómo tener suerte, entonces deberías de evitar ambos extremos del panorama. Buscar el punto medio: Esto es, tomar riesgos que valgan la pena y en situaciones donde resulte posible controlarlos.

Debo advertirte que muchas personas encuentran esta técnica como bastante difícil de aplicar. En algunos casos la comprenden teóricamente pero se ven incapaces de aplicar este conocimiento a la realidad. Las dificultades de esta tercera técnica explican por que muchas personas tienen mala suerte o mediocre, así que lee con atención lo que sigue:

Sobre las dos posturas de arruinarte, la más común en nuestra sociedad es, sin duda, la segunda. Después de todo, el sistema educativo y económico no nos ha enseñado a tomar riesgos y, si nos equivocamos, tiende a castigarnos en forma severa. Esto lo vemos desde nuestra educación primaria (más información en este artículo). Todo esto con el objetivo de mantenernos seguros. Lo cual no es necesariamente malo pero… Se trata de una cuestión de equilibrio. Ya que la sobreprotección tiende a volvernos (i) inútiles y (ii) cobardes.

Por lo que generalmente buscamos lo “más seguro” pero muchas veces sin pensar en lo que estamos sacrificando para obtener esta “seguridad” (que además es falsa, artificial). Igualmente, recordemos que la vida sencillamente no funciona así, ya que todos nos equivocamos tarde que temprano.

Dicha cuestión se puso de manifiesto, por ejemplo, cuando la pandemia por el Covid-19 arrebató los empleos de millones de personas en nuestro país y cientos de millones alrededor del mundo. Mucho fue lo que se perdió durante esa crisis, pero podría haber sido menos. Quizá, si hubiéramos aprendido que los empleos son todo menos seguros.

Para indagar más sobre este tema, probablemente deberías leerte Padre Rico, Padre Pobre de Robert Kiyosaki. Pero, a manera de resumen ejecutivo, podemos decir que la única certeza que tiene un empleado sobre su trabajo es (i) cuánto le pagan y (ii) cuándo le pagan. Hasta ahí. Punto.

Técnica IV. Ejecuta tus Salidas

Hay una máxima de tiempos antiguos que dice “No empujes tu suerte”. Se trata de una historia que solamente entienden aquellos que han tenido suerte solo suficiente para perderla después. Tal y como me gusta decir acerca de la Suerte es que se trata de una “caprichosa dama” llamada Fortuna. Y al ser tan caprichosa, puede dejarnos en cualquier momento que se le plazca. Sin avisos ni miramientos.

Así, es algo característico de aquellos que no tienen suerte el ir violentando esta máxima una y otra vez. Por ejemplo, hubo una pareja “poco afortunada” que casi hizo una fortuna en Wall Street.

Su triste historia era contada siempre por un agente de Merrill Lynch. Como tantas otras historias acerca de negligencia e ineptitud al aplicar la Cuarta Técnica, es una historia que puede hacerte llorar… ¡Bajo advertencia no hay engaño!

Esta pareja, un hombre y una mujer en sus 40´s, habían tenido ya buen rato invirtiendo en la bolsa pero con malos resultados. Ni tan malos como para irse ni tan buenos como para jactarse; es decir, mediocres. Y, si estás invirtiendo tu dinero en bolsa solo para obtener rendimientos mediocres, significa que estás perdiendo dinero, en cuyo caso lo mejor será la renta fija.

Pero bueno, seguimos aquí. Tenemos que hace algunos años, ella había heredado $100,000 dólares de su padre. Decidir “ponerlo a trabajar” en Bolsa con la esperanza de hacerlo crecer. Siguiendo la Tercera Técnica, estaban listos para tomar riesgos… Pero, para su mala suerte (ja) resulta que no conocían el resto de las técnicas. Esto los llevo a perder dinero hasta quedarse en aprox. $50,000 dólares.

Mientras, la conversación se agitaba cuando se hablaba de Chuck Barris Production. Los cambios que se estaban llevando a cabo en esta empresa eran conocidos por muy poca gente. Pronto el chisme se expandió y entonces, el precio de la acción comenzó a crecer. La mujer había escuchado esto un tiempo antes y fue con su esposo a contarle las noticias. Durante varios días lo revisaron de manera cuidadosa como secreta (lo último que quiere es que alguien más se entere). El chiste aquí es que parecía que esta pequeña empresa estaba gozando de una inusual prosperidad y tenía planes ambiciosos de expansión.

En unas cuentas semanas, decidieron poner $25,000 dólares en BCHK (el tícker de la empresa). Aunque parecía era una gran cantidad (y de hecho, lo era) fue una jugada típica de quien tiene presión por tener un gran triunfo. Este gran triunfo relacionado a los ya perdidos $50,000 dólares previamente comentados.

En fin, su compra promedio tenía un valor de dos dólares la acción. Cual fue su felicidad cuando vieron el precio subir hasta los nueve dólares en menos de un año. Cuando su Broker les dijo que presionaran la opción de “Vender”, ellos decidieron que no era momento aún. Sin embargo, el agente tenía razón. Debieron haber vendido. Pues estaban disfrutando de una racha de buena suerte. Y, como todos/as hemos aprendido y/o sabemos con base en nuestra dolorosa experiencia: La Suerte se agota más temprano que tarde…

Claro, a veces tendremos largas rachas de buena fortuna. Pero, en su mayoría son breves. Y ya que nunca puedes anticipar cuando una racha está por terminar, la única cosa sensata por hacer es preservar tus ganancias al retirarte temprano del juego. Siempre debes asumir que la racha de fortuna será corta. Recuerda, se trata de una dama en extremo caprichosa.

Un error común en este sentido es intentar dejar la buena racha en su punto más alto. No presiones tu Suerte. Pero, eso fue justamente lo que hizo nuestra desdichada y poco afortunada pareja. Les ganó la avaricia -como a tantas personas- y dijeron “si ya hizo un x4, ¡seguro puede hacerlo de nuevo!”. Pero, no fue así.

De hecho, no lo habían hecho tan mal. Pues cabe reconocer que la mayoría de las personas no habrían soportado el precio hasta los nueve dólares por acción. Una gran mayoría habría vendido por ahí de los cuatro dólares. Max Gunther confiesa que el lo hubiera hecho al precio de seis dólares por acción. Habiendo comprado en dos dólares, triplicar tu dinero en menos de un año ¡¡no está nada mal!! Incluso se diría que puede ser mucho pedir para la suerte de uno/a.

Pero nuestra pareja avariciosa decidió mantenerse ahí. Después de otro año, la acción había bajado a cuatro dólares. Y no quisieron vender. Pues, si estuvo en nueve algún tiempo, claro que se podría recuperar, ¿verdad? Al final del día, la pareja vendió… a un precio de setenta y cinco centavos. Una vez más, eran perdedores.

La Suerte es un Recurso Escaso

Como lo dejara claro Soren Kierkegaard en su libro Diario de un Seductor, resulta que la suerte es un recurso extremadamente escaso.

En tanto que asumas que tu racha de buena fortuna será corta puedo decirte que virtualmente siempre tendrás la razón. La ley de los promedios y la curva de distribución (campana de Gauss) está seriamente en tu contra. La manera más sencilla de ilustrar esto es calcular las probabilidades matemáticas de aventar una moneda al aire.

Si la avientas durante 1,024 veces; las probabilidades de que tengas una corrida con solo “águila” en dichas veces es de que haya solamente una racha de nueve águilas seguidas. Pero habrá probabilidad de que durante treinta y dos rachas cortas tengas cuatro águilas seguidas. Siempre corta rápido las rachas ganadoras.

Claro, habrá veces en que lamentes haberlo hecho. Una racha seguirá sin ti, y siempre te quedarás viendo cómo los jugadores felices siguen arriba de esta. Pero estadísticamente, dichos finales felices no suelen ocurrir. En la mayoría de las veces -9 de cada 10, digamos- estarás agradecido de haber dejado la fiesta temprano; antes que llegaran las patrullas… A las personas podría inquietarles que te vayas, te llamarán tonto/a y tratarán convencerte de abordar una vez más. “Esto no está terminando, ¡apenas comienza!”, “Mira toda la diversión que te estás perdiendo”… Y entonces, el bote se hundirá.

Una característica particular de quienes parecen tener genuina buena suerte es que todos son pesimistas. Pero no se trata de pesimismo como tal, más bien es precaución y saber retirarse temprano. Un problema adicional es que las largas rachas de buena suerte son más conocidas y dan de que hablar.

El Problema del Sesgo de Supervivencia y “la mano caliente”

El Sesgo de Supervivencia tiene que ver con la información que podemos conocer y la forma en la que tendemos a ver solo a quienes ganan, mientras ignoramos a los que pierden. Además se agrava una vez que se combina con el sesgo de confirmación; por medio del cual creemos cierto solo aquello que nos beneficia.

Puesto sencillo: Escuchamos mucho más sobre las grandes ganancias y sabemos mucho más de ellas que de las pequeñas ganancias (comunes). Los casinos siempre hacen publicidad de sus grandes ganadores y de las largas rachas de buena suerte que tienen lugar en sus pisos. Esto se debe a que:

  1. Todos/as aman los finales felices;
  2. Atrae a nuevos/as jugadores/as que quieren probar su propia suerte; y,
  3. Los alienta a probar su suerte a la larga también.

Las buenas rachas de larga duración, así como las que extremadamente largas… Suceden. Pero el punto es tener en mente qué tan frecuentemente suceden y cuáles son las probabilidades realistas de que te sucedan a ti.

En términos de la ley de probabilidad, tendrías que girar una ruleta durante 268 millones de veces para tener una sola oportunidad de ver una racha de veintiocho “rojos”. Si insistes en esperar esa racha dentro de 268 millones de giros verás mucho dinero irse en el transcurso. Claro, no deja de ser un sueño bonito el creer que podemos aspirar a ello. Pero, es solo eso, un sueño.

El problema con las rachas de buena suerte es que nunca saber cuánto va a durar. Apenas ha comenzado la racha, no puedes saber de antemano si será larga o terminará en el próximo giro. Una cosa que si sabes, por supuesto, es que las rachas cortas son mucho más frecuentes y comunes que las rachas largas. Lo que debes hacer es seguir la buena racha hasta que tengas una buena pero no tan grande ganancia, evita la avaricia y aprende a salirte en tiempo.

Y no te sientas mal si la racha continúa después de ti (igual sucedió con tu ex y mírate, ¡aquí sigues!). Algunas veces así será y cuando lo haga, pocas personas tendrán grandes ganancias. Pero, la mayoría de las veces, la buena racha se revertirá y entonces muchas personas tendrán grandes pérdidas. Estas personas claro, no son aquellas que tienen buena suerte consistente. Son consistentes perdedores de la buena fortuna.

Hasta que se rompe…

Dice un refrán bastante conocido que “tanto anda el cántaro en el agua, hasta que se rompe“. Este refrán -y su enseñanza- nos podría venir bien para explicar las conclusiones de esta cuarta técnica de atracción de buena fortuna.

Así, uno de los consejos que podría no aplicar aquí es el que dice que “cortes tus pérdidas pero dejes que tus ganancias sigan corriendo”. No hay nada malo con cortar las pérdidas. De hecho, eso forma parte de la próxima técnica “Selecciona tu Suerte”. Pero la segunda parte, sobre dejar que tus ganancias continuen es una receta para el desastre.

Las rachas de buena suerte no terminan de manera tan abrupta cuando se trata de inversiones o especulación (según estés o no preparado para ello). Sucede con las acciones, los bienes raíces, los activos virtuales o algún otro tipo que te interese. Terminará bruscamente si estás apalancado/a, eso que ni que. Pero si lo estás haciendo con tu propio dinero y de manera genérica (evitando las ventas en corto, por ejemplo). Entonces una pérdida no significa un grave desastre. No dejes que se pierda todo el recorrido. Hasta entonces, únicamente has perdido el valor más alto.

Aquí nos comparten sobre Bernard Baruch, un hombre extremadamente suertudo. Que cortaba sus buenas rachas a mitad del mercado toro de 1928. El hombre hizo muchísimo dinero y no vio una mejor razón para ir por más. Muchos especuladores deseaban más, se aferraron y lo perdieron todo en el crash de 1929. Más adelante, Baruch fue cuestionado sobre su gran fortuna al haberse salido justo antes de que la debacle iniciara. ¿Cuál era el secreto de su éxito? Baruch contestó: “No ser codicioso”.

Técnica V. Selecciona tu Suerte

En Wall Street nos enseñan a cortar nuestras pérdidas. Aunque pocos pueden hacerlo bien o de manera consistente, no por ello deja de ser un gran consejo. Y no aplica únicamente a las acciones e inversiones, aplica para todo en la vida.

Conozcamos a Florence Graham, cuyo nombre de negocios es Elizabeth Arden. Ella se encontró a sí misma en un punto sin retorno a sus treintas. Estaba empleada en un salón de belleza de Nueva York. En tanto, los años seguían pasando, la paga era mala y los prospectos de algún avance en el futuro no eran muy prometedores. Ella quería renunciar y buscar algo más. Pero, sus amigas le dijeron “Haz invertido tanto en ese trabajo. ¿Por qué dejarlo?, ¿por qué perder lo que tienes? Quédate ahí. Quizá pague si le das algo más de tiempo”. Así, enfrentó una decisión similar a la que todo/a inversionista de renta variable ha enfrentado alguna vez: “¿Debería aferrarme a la esperanza o abandonar?”

Ella decidió abandonar la inversión previa, liberarse para buscar una mejor suerte y cortar sus pérdidas. Como resultado de hacerlo, abandonó su trabajo y se convirtió en millonaria no mucho tiempo después.

Y es que, la gente “suertuda” tiene una tendencia a hacer ese tipo de cosas. Y es una de las cosas que más contribuye a su buena fortuna. Esta habilidad (cortar las pérdidas) no es algo fácil de adquirir.

Mientras comenzamos en cualquier nueva aventura: Ya sea una inversión, un trabajo, un negocio/emprendimiento o una relación amorosa, no sabemos si va a funcionar.

La reacción usual (para quienes tienen suerte) es esperar algún tiempo y ver si los problemas puedes ser resueltos o si se irán, y entonces, si la respuesta es no, nos vamos. Cortamos las pérdidas cuanto antes. Es lo que hace la gente con suerte habitualmente. Para ponerlo más sencillo, tienen la habilidad para seleccionar su propia suerte. Si tienen mala suerte, la descartan y se liberan para seguir buscando mejor suerte más adelante. Quienes no tienen suerte, contrario a ellos/as, siempre se quedan atorados/as (a veces de por vida) en empresas sin ton ni son. Ya sean malas relaciones o problemas de dinero.

Lo que suelen hacer aquí es quejarse de lo que el Destino les ha dado. Pero sin caer en cuenta del poder de decisión nunca ejercido y de cómo eso también ha sellado sus vidas. Al final del día no va esto tanto sobre recibir una mala mano, sino sobre mantenerse apegado/a o aferrado/a a ella. Por ejemplo, si tienes una pareja que te ha engañado y utilizo tu dinero sin tu permiso. Puedes elegir seguir con tu vida o mantenerte ahí. No es que la gente con mala suerte haya recibido, como tal, más malas manos o peores malas manos que los que tienen buena suerte. La diferencia es que ellos/as no seleccionan su suerte. No toman una decisión y, al ser incapaces de desechar una mala mano, solamente pueden permanecer sentados/as y en silencio mientras la mala suerte se convierte en algo peor.

Y es que, recordemos que los efectos de las cosas -tanto buenas como malas- tienden a acumularse conforme el paso del tiempo. Por eso es tan importante que las pérdidas sean cortadas rápido. Una razón por la que la selección de nuestra suerte es tan complicada para la mayoría de la gente es que casi siempre implica abandonar una parte de nuestra inversión inicial.

La inversión puede haberse realizado en alguna de las siguientes maneras:

  • En forma de tiempo;
  • A través del amor;
  • Como dinero;
  • Mediante compromiso;
  • Etcétera.

Sea como sea, haiga sido como haiga sido, tendrás que dejarte algo de ello cuando descartes la mala mano que tienes. Entonces, el problema es que descartar esta mala suerte requiere que abandones una parte de tu inversión original.

Y muchas personas, como Don Cangrejo, prefieren perderlo todo antes que renunciar a algunos centavos de su inversión original para salvaguardar el resto de su fortuna en declive. Y sí, se trata de un problema de no saber ver a largo plazo. O más bien, concentrarnos excesivamente en el corto plazo…

Perdedores desde la Concepción

Stanley Block y Samuel Correnti fueron dos psiquiatras que estudiaron el efecto del “perdedor de nacimiento” y lo reportaron en su libro titulado “Psique, Sexo y Acciones”.

Encontraron que la inhabilidad por abandonar parte de una inversión forma parte de las características sobresalientes de todo/a perdedor/a en el mundo de las inversiones. Dejarnos una parte de nosotros mismos o de nuestro dinero/tempo/energía (etc.) es algo que causa problema a cualquiera hasta cierto punto. Pero el perdedor crónico tiene un conflicto mucho más grande que cualquier otra persona. Su aflicción es exagerada. A menos que la pérdida se revierta, su jugada única será mantenerse como perdedor/a (y no hablo solo del mundo de las inversiones).

Este tipo de persona es malísima en juegos como el póker, por citar un ejemplo. Para cualquiera que lo conozca o haya jugado, sabrá que un aspecto clave de este juego es descartar las malas manos cuando te han tocado. Y esto siempre significa dejarse algún dinero de por medio. Claro que duele, pero sabes que debes hacerlo o terminarás sin nada en un santiamén. El perdedor nato no puede afrontar la idea de hacerlo. Todo lo contrario, este jugador “sin suerte” (más bien, sin estrategia) se quedará atorado/a con cualquier pésima mano que el destino y el repartidor le hayan dejado.

Esta misma persona tiene una clara tendencia a mantenerse atascado/a igualmente en malas relaciones por exactamente la misma razón. Sé que conoces a alguien que sufre de esto: “He dado tanto de mí a esta pareja. He trabajado tan duro… Todo ese tiempo, dinero, amor y compromiso, ¿cómo podría solo tirarlo a la basura?”… Igualmente no debería sorprendernos el observar que esta persona termina atrapada en un bucle horrible dentro de su trabajo. ¡Debe ser la mala suerte!

Otro motivo por el que la selección de la suerte suele complicarse tanto es por que llevarla a cabo implica confesar que nos hemos equivocado. Para regresar al ejemplo de inversiones, digamos que compraste una acción por $200 pesos, y ahora ha caído hasta $169 pesos (y estoy siendo amable). Obviamente, comprar no fue la mejor decisión de tu vida. Y, evidentemente, se trata de un error, ¿verdad que sí?

Igualmente recuerda que no necesariamente se trata de un error garrafal o una tontería. Nadie de nosotros puede ver el futuro. Aunque aquí tu error más grave está en tu gestión de riesgo y emocional. Para tales efectos, harías bien en recordar una frase célebre del buen Warren Buffett:

No haz venido a tener razón, haz venido a hacer dinero.

Warren Buffett

Si te interesa conocer un poco más sobre la sabiduría de El Oráculo de Omaha; quien es, indudablemente, uno de los mejores inversionistas de todos los tiempos… Entonces puedes leerte este artículo donde compilamos sus Mejores 50 Frases EXPLICADAS.

Dejar atrás nuestras pérdidas implica reconocer nuestras equivocaciones. Lo que usualmente tiene un duelo de por medio, tal como podemos ver en la película El Rey León (1994), cuando Simba confronta sus decisiones pasadas antes de enfrentar a su tío Scar.

Los arcos de redescubrimiento: ¿qué son y cómo construirlos?

Pero, volviendo a cuestiones más terrenales, un ejemplo claro es salir de una mala relación amorosa. El tema predilecto de los novelistas parece ser una mujer que quiere dejar un mal romance pero no puede. Casi siempre, una parte importante de esto es su falta de capacidad para admitir que se ha equivocado. Reconocer que el enamoramiento nos ha cegado o sencillamente que esa persona cambió, y por lo tanto, ya no es quien esperamos que sea… Claro que no es sencillo salir de una mala relación.

Pero tampoco es tan complicado como intentar dar la vuelta en una autopista de un solo sentido, a máxima velocidad y con otros carros detrás nuestros. Existen grados de dificultad tratándose de la selección de nuestra suerte. Ser capaces de convertir una vuelta equivocada en una llegada al destino esperado (aunque sea 30 minutos más tarde…) suele ser, por regla general, más fácil que vender una mala inversión.

Además, dado que nadie aquí puede ver el futuro… La manera de averiguar la suerte que nos espera en una determinada situación es entrar de lleno y ver lo que sucede.

Para nuestra técnica anterior (Cortar las Pérdidas) observamos que las personas con suerte usualmente se comportan de manera pesimista o previsora cuando lidian con rachas ganadoras. En vez de aspirar a más y agotar su suerte, deciden cortarla de buenas a primeras. Un “pesimismo” similar (yo le digo sentido de autoconservación) opera tratándose de seleccionar tu suerte.

Si un optimista extremo compra una acción por $1000 pesos y esta cae a $100 pesos no le importara, o al menos eso pretende. Dirá “¡No importa!, el precio ya subirá… algún día. Después de todo, estuvo en $110, ¿verdad?” En la misma situación, un pesimista habría vendido la acción mucho antes, digamos por ahí de los $950 pesos. Al aceptar el 5% de pérdida, se ha evitado un 85% extra que su compañero optimista sufrió.

Límites Claros: Cuentas Felices

Hay un refrán -que seguro ubicas- que dice “cuentas claras, amistades largas”. En este caso tenemos que hablar sobre la importancia de fijar límites pero, más importante aún, aprender a respetarlos.

De poco o nada sirve una gestión de riesgo efectiva en el papel si no vamos a ejecutarla correctamente. Por ello insisto en que la gestión emocional importa más incluso que la formación teórica tratándose de invertir y de la vida. Para definirlo de una manera distinta, podríamos decir que la Quinta Técnica es “el hábito de evitar el optimismo infundado”. Entiende: El Optimismo infundado/ingenuo es peligroso. Como tal, este optimismo se trata del hábito o tendencia a esperar que las cosas resultarán bien, aún sin que exista ninguna razón o motivo para esperar dicho resultado.

“Estoy dispuesto a ser optimista, pero debemos mostrarme aunque sea una razón para que lo sea”.

Resumen Ejecutivo de la Quinta Técnica.

Sin lugar a dudas, la quinta técnica es una de las más difíciles de dominar. Y para algunos/as será definitivamente la más dura. Es difícil por que requiere un cierto tipo de pesimismo, de realismo objetivo que no se le da naturalmente a muchas personas. Esto hace que sea aun más difícil cuando, en retrospectiva, existen momentos en los que desearías no haberla aplicado… Parte de la culpa la tienen Disney y demás películas donde todo sale bien (¡Muerte al Amor Romántico!). Pero recuerda, son eso, películas. Y si están basadas en historias reales, no te olvides -una vez más- del sesgo de Supervivencia.

También puede pasar que al aplicar esta técnica (siguiendo con el párrafo anterior) que estés jugando póker y tengas una mano que parece perdedora. Entonces, cortas tus pérdidas y te retiras. Mientras ves las próximas cartas caer, observas que -aún en contra de las probabilidades- tu mano se habría llevado todo. ¿Es doloroso? Obviamente. Pero ese tipo de situaciones no suceden tan seguido.

Aunque por efecto de otro sesgo (aversión a la pérdida), somos mucho más proclives de recordar las pocas veces que nos equivocamos y terminamos perdiendo que cuando tenemos razón y hemos ahorrado algún dinero al retirarnos… Importante entender que lo más común es que lo que está mal se mantenga así. Entonces, siempre tendrás la razón cuando decidas cortar tus pérdidas. Incluso si después resulta que te has equivocado. Esto es parte de aceptar los riesgos… Bernard Baruch decía al respecto lo siguiente:

“Hay riesgos cuando decides entrar y hay riesgos cuando decides salir. Si tuvieras que apelar a una certeza del 100%, entonces jamás serías capaz de hacer siquiera un movimiento.”

Bernard Baruch.

Y eso nos lo dice un hombre “extremadamente suertudo”. Bien vale la pena ponerle atención…

Mejor lo dejamos aquí: El Sesgo de Costes Hundidos

Como ya te anticipaba, algo que a mí me gusta mucho de este libro es que sus enseñanzas y sabiduría son prácticas y no se reducen exclusivamente a consejos de inversión. De tal forma, podemos ver la manera en que este insistir hasta desfallecer no solo afecta rachas perdedoras de inversión, si no proyectos personales de desarrollo. Damas y caballero, ante ustedes el sesgo de costes hundidos.

Siempre que hablo sobre el sesgo de costes hundidos -incluyendo este análisis sobre el libro ¿Cómo tener suerte?- viene a mí la imagen del Titanic hundiéndose. Y es que, lo que caracteriza a este sesgo es la imposibilidad de observar objetivamente la verdadera gravedad de la situación.

Este sesgo no aplica necesariamente a aquellas situaciones que aún tienen un margen razonable de funcionamiento. Si no que más bien se trata de aquellas en las que, ha quedado claro que es una catástrofe absoluta. A lo que voy, el sesgo de costes hundidos podría definirse de la siguiente manera:

Se trata de aquel por el cual, la persona se niega a dejar de invertir en una situación o evento que claramente está perdido, en virtud especialmente de todo aquello que ha invertido previamente.

Es decir, es una suerte de: “No puedo perder”. Debido a los costos que ello implicaría. Pongamos un ejemplo en la vida real: Relaciones Tóxicas.

¿Cuántas personas no conoces que se han mantenido juntas solo porque tienen “X años de relación”? Y la dinámica o “lógica” (pero no lo es) aquí es “no puedo echar en saco roto tantos años de mi vida tan fácil, tiene que funcionar.” Se trata de una serie de reclamos constantes, que van desde un “yo lo hago todo ” hasta el clásico “te di los mejores años de mi vida”.

El asunto aquí es que no vinimos a esta vida a ser infelices. De la misma manera que tampoco entramos a una inversión para perder dinero más rápido de lo que puedes ganarlo. Así, al final, el mejor antídoto para este sesgo -y que te permitirá “Seleccionar tu Suerte” de mejor manera- no es otro que la realización del fin último por el cuál haces las cosas… Es mucho más sencillo salir de este tipo de situaciones cuando entiendes que:

  • Una relación se (man)tiene porque quieres crecer en conjunto con esa persona. Y no permanecer haciéndose daños y dependiendo de sí mismos/as.
  • Un empleo no trata solo sobre ganar dinero, si no que también procura dar sentido a la existencia tuya. Cuarenta años haciendo algo que no te satisface pueden destruirle la vida y el carácter a cualquiera…
  • Una inversión siempre surge con la expectativa de ganar dinero, no de seguir acumulando las pérdidas ad infinitum.

Así, vale bien la pena tener en cuenta este sesgo de costes hundidos a la hora de seguir decisiones hasta sus últimas consecuencias. Aunque, sobretodo, se trata más sobre entender por qué lo estamos haciendo en realidad.

Crecimiento por Vía Negativa

En este sentido, otro concepto que nos viene a toque y para efectos es el del aprendizaje por Vía Negativa .

Se trata de un postulado que incluye Nassim Taleb en su libro, Antifrágil. En este sentido, la Vía Negativa nos dice que aprendemos mejor por discriminación que por confirmación. Dicho de otra forma, los conocimientos “positivos” que hoy tenemos, posiblemente no se mantengan conforme el paso del tiempo -y la tecnología que avanza-. Pero, lo que ayer era falso, hoy lo sigue siendo en su mayoría.

Por ejemplo, las leyes de la física básicas al ser enunciadas por Isaac Newton (ley de gravedad) eran reales en 1687. Y lo fueron durante mucho tiempo, hasta que el conocimiento en el campo de la física cuántica demostró que las partículas subatómicas no obedecen a estas leyes.

Pero de la misma forma que en 1687 era falso afirmar que “los cerdos pueden volar” o que “la materia se puede generar de la nada”, hoy lo continúa siendo.

De hecho, la Vía Negativa es la forma natural por medio de la cual los errores se convierten en experiencia (y, posteriormente, en sabiduría). El asunto central está en NO REPETIR los errores que ya se han cometido.

Por cierto, una mejor forma de hacerlo -o bien, de escalar este concepto a un nuevo nivel, más alto- es aprender de los errores ajenos. Una verdad que, por cierto, un inversor tan grande como Warren Buffett conoce de sobra. No en vano una de sus frases insignia dice que “Lo mejor es aprender de los errores ajenos.”

Si quieres conocer otras de sus frases insignia y la sabiduría que existe dentro de ella, te comparto mi artículo sobre ¡Las Mejores Frases de Warren Buffett y sus Lecciones”. Lo puedes leer siguiendo este enlace.

Otra frase, más práctica y bonita, que nos condensa la sabiduría detrás del aprendizaje mediante la Vía Negativa es aquella dicha por Thomas Alva Edison, quien expresó lo siguiente:

No fracasé, solo descubrí 999 formas de cómo no hacer una bombilla.

Thomas Alva Edison, inventor de la bombilla incandescente

Y es que, si cada error se convierte en valiosa experiencia. Cada fracaso -o falta de acierto- te estará acercando de manera inequívoca al éxito o la consecución de aquello que deseas lograr. Pero es muy importante entender que la Vía Negativa funciona mediante la generación de absolutos. Algo que en la dinámica de las relaciones modernas vendría a ser conocido como los famosos “No Negociables”.

Un rápido ejemplo para clarificar: Si tuviste una relación con un patán y has decidido no volver a salir con patanes (lo cual es mucho mejor que afirmar que todo mundo lo es, por cierto…). Entonces, la próxima vez, a las primeras de cambio que descubras un comportamiento de patanería en la persona con quien sales… ¡¡TE MARCHAS!! Si decides quedarte para ver “si sí”, entonces no ha funcionado y no estás aplicando la Vía Negativa.

Sobre este particular, una última advertencia y es que los seres humanos somos de los pocos animales en la naturaleza que pueden darse el lujo de repetir sus errores constantemente. En el resto del Mundo Animal, un error marca la diferencia entre la vida y la muerte.

Técnica VI. El Camino en Zigzag

¿Sabías que la mejor forma para escapar de un cocodrilo o caimán en tierra es corriendo en zig zag? Pues resulta que se confundirán y al intentar seguir tu trayectoria, irían mucho más lento que si te siguen en una simple línea recta.

Una niña de once años arranca los ojos a un cocodrilo para salvar a su amiga

Seguro que te estarás preguntando qué tiene que ver esto con la sexta técnica para la atracción de buena fortuna, ¿eh? Lo cierto es que no tiene que ver en nada pero quería pasarte el dato. Úsalo con sabiduría.

Ahora sí, existe una asunción fundamental a la implicación de que la ética de trabajo de las personas significa que deben tener metas inamovibles. Ya sabes, debes fijarte un objetivo y correr todas las dificultades que implica hasta finalmente conseguirlo Básicamente, moviéndote en una línea recta; en un camino definido.

Se nos aconseja diario que tengamos nuestros ojos fijos en nuestras metas. No hay que mirar a la izquierda ni la derecha. No hay margen para ninguna distracción. Esta es, se supone, la ruta del éxito.

En mi clase de Orientación Educativa (en la prepa) a esto se le llamaba como “establecimiento de metas”. Y no es algo malo, siempre que se de en dosis moderadas. Pero, la vida de quien tiene suerte, parece prevenirnos sobre las consecuencias de abusar este concepto.

El Camino del Flâneur

La primera vez que tuve noticia del término flâneur fue en el libro Antifrágil, escrito por Nassim Taleb. Amé el término, literalmente, al punto de que en Facebook podías encontrarme como Le Flaneur de C. Esto antes de que varios estafadores denunciaran falsamente mi cuenta por exponer los esquemas piramidales de que participan en algunos vídeos -por ejemplo, éste-…

Cómo armar la mochila? 9 consejos para mochileros | Blog Denomades:  Información y guía de viajes, qué hacer, ver y visitar

En fin, aunque típicamente el término suele ser traducido como “vagabundo” o “paseante”, lo cierto es que Taleb le da una connotación diferente; un poco más actual…

Para Taleb, el perfecto ejemplo de un flaneur es ni más ni menos que lo que nosotros conocemos como un “mochilero/a”, tal como en la imagen a la derecha. Además, para Taleb el término se refiere a una persona con altos grados de Opcionalidad y adaptabilidad al punto de lograr una mejor calidad de vida frente a las adversidades que el mundo nos pone frente, día tras día.

El fláneur se parece mucho en este sentido a la planta del bambú, que encuentra su principal fortaleza en un atributo poco usual: Su flexibilidad. Así, la multitud de opciones a la que se puede adaptar el fláneur se erige frente al esquema rígido y frágil de a quien obsesiona por completo el control.

El bambú en jardines Zen | Miradas | 7K - zazpika astekaria

En este sentido, el enfoque contrario al del fláneur lo podemos encontrar en la película animada de El Principito (2015). En específico dónde la mamá le explica a su hija que dentro de dos años tendrá el tiempo de quince minutos para tener “amigos”, mientras sigue su “Plan de Vida.”

Finalmente, la realidad termina imponiéndose para demostrar que no tenemos el control de muchas cosas externas (aunque creemos que sí).

Algunos “Flaneurs” reconocidos

Puedes ver la historia de Mary Garden, por ejemplo. Comenzó su carrera musical estudiando el violín. Luego cambió al piano. Después tomó lecciones de canto. Atendió algunos ensayos de la Opera de París y estuvo en la noche de apertura, con el ticket #113. Cuando la cantante principal enfermó, Mary Garden fue solicitada para llenar su lugar y una nueva estrella nació. Después en su vida, cuando se le preguntó sobre su orientación en la vida, dijo lo siguiente: “Nunca perdí de vista lo que quería hacer”. Pero no conoceríamos su nombre al día de hoy si no hubiera perdido su visión (al menos dos veces). Si no hubiera zigzagueado, hubiera mantenido sus ojos en la meta inicial de ser violinista. Por su propia confesión, sabemos que no hubiera sido muy buena en ello.

También puedes ver a Harlan Sanders. El rebotó por el mundo como una pelota de ping ping antes de encontrar su gran destino:

  • Dejó la escuela en el séptimo grado,
  • Trabajó en muchos trabajos sin sentido,
  • Cobraba pasajes en un tranvía,
  • Manejó un ferry,
  • Vendió seguros,
  • Luego entró al negocio de los restaurantes…

Seguramente debido a su suerte, terminó dándose de bruces con la receta y método para generar pollo frito muy rico y de producción masiva. Ahora lo conocemos como el Coronel Sanders de Kentucky Fried Chicken (KFC).

Igualmente, podemos hablar de Ray Kroc. Que pasó de dejar la escuela, buscando una carrera en el mundo de la música. Tocaba el piano viajando con distintos grupos. Después hizo algo de dinero vendiendo bienes raíces en el estado de Florida. Luego volvió a la música, y se convirtió en director musical de una estación de radio. Una oportunidad de ventas lo distrajo después: Vender copas de papel. Otra meta que finalmente lo tomó fue la de tener su propio negocio. Así se convirtió en un representante de manufactura, vendiendo maquinas Multimixers (hacían malteadas) y así fue como se topó con McDonald´s.

Por cierto que, la historia de Kroc, se ha plasmado ya en la película Hambre de Poder o El Fundador, de la cual ya hemos hablado antes en este blog. Si quieres revisar todas las lecciones de gestión empresarial que esta película nos deja -y no son pocas, advierto- puedes hacerlo en este artículo.

La Opcionalidad potencia la Suerte

Si tuviera que poner la sexta técnica en un solo enunciado sería el del subtítulo que aquí comenzamos: La Opcionalidad potencia la Suerte.

Sobre este concepto (Opcionalidad) también ya he hablado antes y te dejo mejor el artículo antes que extenderme aún más. Sin embargo, para efectos prácticos, la Opcionalidad se define como

Nuevamente, para mayor información lo puedes leer directamente en el enlace del párrafo anterior.

Así, las personas con suerte están conscientes de que la vida siempre va por un turbulento mar de oportunidades, yendo azarosamente en todas las direcciones.

Si te pones en ese mismo enfoque en el que solamente puedas ver hacia el frente, te perderás casi todo lo que sucede. Esto es lo que sucede con las personas sin suerte. Se apegan a rutas de vida pre-planeadas aunque puedan ver con claridad que no van a ningún lugar o que se encuentran yendo directo al desastre.

Los planes a largo plazo realmente no son muy dañinos, pero es importante no tomarlos tan en serio. Lo mismo que la vida o a nosotros mismos. Un plan puede ser utilizado como una especie de guía para el futuro, pero nunca debería permitírsele convertirse en una ley absoluta. Esto es lo que la gente con suerte puede hacer.

Típicamente, son capaces de hacerlo sin pensarlo mucho. Como una raza per sé, instintivamente son capaces de evitar ser atrapados/as en sus propios planes de largo plazo.

Asimetrías Positivas y el Coste -Oculto- de Oportunidad

Mantenerse abiertos al azar tiene un poco de buscar suerte a la deriva. No se debe insistir demasiado en una línea recta. Especialmente si podemos ver que no nos resulta funcional. Si algo atractivo aparece en el horizonte, debemos cambiar el camino y comenzar una nueva dirección.

Esto no significa que debas hacer cambios todos los días o con mucha frecuencia solamente por cambiar. Significa que solo lo harás si existe una pieza de potencial buena suerte (una gran oportunidad) asoma hacia tu camino. No deberías rechazarla solamente porque no encaja en tus planes previos.

Si insistes en seguir un plan, lo más probable es que termines en una de las posiciones más tristes del mundo. La posición de “si tan sólo hubiera”. Es un juego jugado mayormente por personas que no han encontrado cómo salir adelante. Pero, viendo hacia atrás, incluso ellos/as pueden identificar los momentos pivote en sus vidas que pudieron haberlos hechos ganadores/as.

Nunca te tomes en serio los planes a largo plazo. Utilízalos solo para guiarte en tanto que parezcan llevarte a donde quieres ir; pero, cualquier cosa que hagas, no te apegues a ellos. Tíralos a la basura en cuanto algo mejor aparezca en el camino.

Muchas veces seguimos estos planes porque “parece lo correcto”. Pero existen otras personas que los siguen de una manera más deliberada e inteligente, como una especia de filosofía y no como un absoluto.

Una historia de vida puede leerse como un cuento de hadas. Parece algo de asombrosamente buena suerte. Pero Cenicienta jamás hubiera sido feliz sino hubiera estado dispuesta a cambiar sus metas antiguas (servir a su madrastra y hermanastras) por una nueva (su amor por el príncipe). Así que sí, la vida requiere de coraje. Nunca tengas miedo de ir en zigzag. No te metas en una categoría donde te puedas definir a ti de manera específica. No sabes cuál será la dirección que tu suerte tome más adelante. Cuando vayan hacia ti, toma las oportunidades.

Técnica VII. Sobrenaturalismo Constructivo

El Sobrenaturalismo se define como cualquier creencia de que algo que no podemos ver o cuya existencia no ha sido probada, existe. Y eso no está mal. Pero definitivamente haríamos bien en no permitir que dichas creencias se inmiscuyan en el rumbo y decisiones de vida que tomamos.

Existe cuando, por ejemplo, nos rehusamos a pasar por debajo de una escalera o somos especialmente con los espejos y la sal en la mesa. Puede ser algo medio trivial o medio gracioso. Todo ello son meras manifestaciones de supernaturalismo. Sea de manera seria o no, todo encaja en la descripción.

Recuerda la definición de Suerte previamente dada: Eventos que influencian tu vida pero no son de tu hacer.

En la teoría de la suerte -que es la base del libro que analizamos aquí- tenemos una esencia natural y especialmente pragmática. Reconoce la existencia de entidades que van más allá de nuestro control. Sin embargo, debemos tomar una actitud agnóstica respecto de estas creencias. Las demás técnicas (12) apenas pondrán atención en ello. La base de la teoría de la suerte, implica que puedes aplicar estas técnicas sin necesidad de cábalas, tréboles de cuatro hojas o algún gato negro nacido a la luz de la luna llena un día 22 de octubre (me lo acabo de inventar).

Pero bueno, las técnicas funcionan con o sin el aspecto sobrenatural. Si tienes una fuerte creencia en alguna cosa, entonces no existe razón alguna para que no te mantengas fiel a dicha creencia mientras aplicas esta técnica.

Todas las 13 Técnicas de la Teoría de la Suerte son compatibles con cualquier creencia sobrenatural que pudieras tener. Es decir, no importa mucho -en la teoría de la suerte- si crees en uno o más dioses, si tienes un número de la suerte o no. Aunque, cosa curiosa, quienes tienen suerte tienden a creer en alguna superstición particular.

La vida está llena de situaciones en que debes escoger de entre distintas opciones pero careces de una base racional sólida para hacerlo. Muchas personas solo se quedan ahí, paralizadas (adivinaste, son quienes no tienen suerte). Otras personas -con suerte- suelen tomar la decisión sin ninguna información. Y si para ello recurren a alguna superstición, ¡tanto mejor!

La Mujer y el Tigre: Problemas con el Azar

Una ilustración clásica de este dilema humano es la irritante historia de Franck Stockton sobre la mujer y el tigre. Quizá ya lo hayas escuchado antes…

Se cuenta la historia de un héroe que, tras haber hecho enojar a su rey, es dirigido a un estadio que tiene dos salidas. Una tiene a una mejor, en la otra está un tigre hambriento. El rey le dice al héroe que debe ir a través de una puerta o la otra. Si no toma una elección, será ejecutado ahí mismo. Mientras el héroe pondera este dilema. Su problema se complica con su amante, la hija del rey. La princesa le señala una de las dos puestas. Desafortunadamente, nuestro héroe no puede saber cuál es la motivación de su amada.

Si está siendo motivada por su amor y empatía, entonces le mostrará la puerta con la mujer (que tendrá relaciones con él posteriormente). Pero si la motivan los celos, entonces le señalará la puerta que va directo hacia los tigres. Así que, como dijo Peña Nieto hace algún tiempo…

Este es un caso clásico de información inadecuada. Ninguna cantidad de reflexión guiará a nuestro héroe a alguna solución. No existe una solución racional. Sin embargo, la peor decisión es permanecer parado/a y no hacer nada; pues esto le traerá una muerte segura. La ventaja mayor está en elegir alguna puerta, de menos eso le tiene una esperanza de 50/50. Y aunque Stockton nunca nos cuenta el resultado, siempre podemos aspirar a creer genuinamente que a nuestro héroe le espera lo mejor.

Por cierto, ¿te imaginas que eligiera la puerta contraria a la que señale su amada y termine yaciendo con la mujer? Hablar de problemas futuros…

En fin, en este caso, lo mejor que podemos esperar es que nuestro héroe tomara alguna decisión con base en algo sobrenatural medianamente. Ya fuera su instinto o una premonición o la confianza en el amor. La importancia es justo esa: Observar como nuestras creencias nos orillan y ayudan a actuar. Cualquier cosa es mejor que quedarse sin hacer nada.

La vida real está llena de este tipo de dilemas y situaciones. Cuestiones frustrantes donde debemos tomar decisiones -con los riesgos que implican- sin tener nada o casi nada de información.

Solamente dame algo en que creer…

La creencia en lo divino nos puede ayudar a tomar decisiones. A movernos sin complicaciones y, más importante aún, sin resquemores. Tenemos el caso de un hombre joven, con carrera prometedora que tiene dos ofertas de empleo, estas parecen -objetivamente- tan buena una como la otra. Entonces, es incapaz de elegir y, para cuando quiere hacer algo, le han retirado ambas ofertas en tanto que no tomó ningún camino.

En este sentido, el dilema es idéntico a otro que se conoce, en materia de filosofía, como “el asno de Buridán”, que te explico con una imagen a continuación:

La paradoja es sencilla y se la debemos a Jean Buridan (1300-1358), un teólogo escolástico. Pues bien, la paradoja del asno de Buridán consiste en que un burro que tenía mucha hambre no llegaba a decidirse entre dos sacos llenos de heno que tenía a su alcance. Los sacos dispuestos exactamente a la misma distancia, a su derecha y a su izquierda, ambos eran idénticos e igualmente apetecibles. Llegando hasta tal punto su vacilación que acabó muriendo de hambre, incapaz de tomar una decisión.

Este ejemplo lo utiliza Nassim Taleb en su libro ¿Existe la Suerte? para explicarnos como un pequeño impulso de azar puede salvar -o más bien, definir– nuestras vidas, para bien o para mal. Si el burro recibiera un golpe al azar o de un susto diera un paso hacia cualquier dirección entonces termina su dilema y acaba su sufrimiento. Para el caso mexicano, en este tipo de dilema, contamos con el cuento del “perro de las dos tortas”. Que es lo mismo, pero no es igual.

En fin, el caso de nuestra joven promesa es una situación donde claramente cualquier creencia le habría traído buena fortuna. Por ejemplo, si hubiera acudido por consejo, o utilizado una señal o algo más. No importa. Pudo igualmente decidirse mediante una simple moneda. Todo lo que se necesitaba era un impulso que lo guiara a tomar una decisión.

Así, la recomendación de esta Séptima Técnica es que encuentres un sistema de creencias sobrenaturales que te guíe y sea funcional para ti. Puede ser algo serio o un simple destello de humor. Una creencia profunda o un juego de azar. Eso no importa. Y, si lo estás entendiendo bien, te darás cuenta que tampoco importa si el sistema es “real” o no. En tanto que no sea algo satánico o malévolo, estaremos bien en tanto lo uses solo para ayudarte a tomar decisiones y tomar riesgos (especialmente tratándose de aquellas que carecen de información objetiva).

Sin embargo, te pido por favor, que tengas en consideración la siguiente frase:

“Una superstición no te hará daño alguno en tanto no la utilices como un substituto del pensamiento.”

Charles Goren, maestro de bridge.

Él hablaba a un grupo de reporteros al tiempo que respondía una pregunta sobre las creencias en el bridge. Especialmente una relacionada con las bañeras. “De hecho, una superstición puede ayudarte. SI te hace sentir bien sentarte viendo hacia cierta dirección, probablemente hará que juegues mejor. Te levantas de la mesa pensando en que tu suerte ha mejorado”.

Sin embargo, cuando se le preguntó sobre si tenía alguna creencia en particular. Solamente negó. No diría cuál era, pero tampoco importaba mucho. Lo importante es que tenía algo sobrenatural en que apoyarse cuando lo necesitaba. Sobra decirlo pero Charles Goren fue siempre considerado como un hombre con una buena suerte suprema.

Técnica VIII. Analiza el Peor Escenario

Las personas con suerte toman riesgos. Medidos y decididos, pero riesgos al fin y al cabo. Y, dentro de esto tenemos una cualidad de admirar para toda esta gente: Valentía.

Estamos hablando de personas que no se quedan paralizados por el miedo. Y es que, cuando observamos oportunidades con el potencial de cambiar nuestras vidas… El Miedo puede gobernarnos y detenernos mientras que vemos el tren pasar… Llámale como quieras, pero este fenómeno de parálisis tiene múltiples aplicaciones en tu vida cotidiana:

  • Dejé ir al amor de mi vida;
  • Ese empleo soñado al que nunca apliqué;
  • Hacer un cambio de carrera a una que sí quiera yo;
  • Asociarme con mi amigo para dejar el empleo que no quería;
  • Aprender algo que quería para después aplicarlo en mi vida.

Y es que una realidad ineludible de la vida es que la gran mayoría teme al fracaso. Pero también es cierto que todos/as vamos a fracasar(en algún punto concreto). Así, esta Técnica consiste en hacer un análisis objetivo sobre lo que podría suceder o podríamos enfrentar en el peor de los escenarios posibles que se plantean una vez hemos tomado una decisión “arriesgada”.

La Magia del Peor Escenario

Ya hemos notado anteriormente que las personas con suerte -como la clase que componen- tienden a ser pesimistas. Eso puede no coincidir con la percepción en la imagen que dice “los felices tienen suerte.” Esta frase nos da a entender una figura optimista de personas que nunca se preocupan por los malos resultados pero, ¿realmente es así?

El hecho -y la paradoja- recae en que dichas personas (animadas), a pesar de sus grandes sonrisas y disposiciones a pensar lo mejor suelen tener vidas llenas de mala fortuna. El Optimismo significa esperar lo mejor, pero la buena suerte implica saber cómo vas a lidiar con lo peor, Al entrar a una nueva situación -un trabajo, una relación, un emprendimiento-, la persona con suerte aplica la Primer Técnica. Puede tener una clara distinción entre planeación y la suerte. Sabe que la situación está solo parcialmente bajo su control.

La buena y la mala suerte -eventos que no depende de sí- pueden o no suceder cuando se aplican a un análisis del peor tipo. Estas personas se preguntan “¿cuál es el peor desenlace posible?” Y, si eso sucede, “¿cómo puedo salvarme de ello?” Esto es lo opuesto a ser feliz por suerte.

Siempre hay que prepararse para lo peor. Esperando que suceda lo mejor…

En esta ocasión podemos hablar sobre Margaret Farrar. Quien se conoce como una de las personas con mayor suerte. Podemos decir de ella que tuvo una gran cantidad de éxito debido a que ella se dedicaba a hacer análisis del peor escenario.

Max Gunther nos confiesa que Margaret Farrar se encontraba entre las personas con más suerte de todas las que jamás entrevistó. También nos dice que ella debía una gran parte de su éxito al hecho de que siempre se dedicaba a hacer un análisis del peor escenario posible.

Hagamos un Repaso: Vivía en el mundo de los crucigramas y por muchos años fue su reina indiscutida. Los inventó como ahora los conocemos . Trabajó durante 27 años como editora de crucigramas del New York Times y dirigió una serie de libros de acertijos y crucigramas muy exitosa para Simon & Schuster.

Pero, muy probablemente no la conoceríamos a ella -y menos aún, a sus creaciones- si no hubiese aplicado la Octava Técnica del Manual al menos dos veces en su carrera con “suerte”.

Técnica IX. Mantén la Boca Cerrada

Me gusta mucho esta técnica porque puede reducirse a uno de mis memes favoritos. Y, como no, te lo dejo a continuación:

Además, esta es una Técnica que tiene mucho que ver con otro aspecto nocivo de la moderna sociedad líquida: El Ego y sus efectos contraproducentes en nuestras vidas. La idea central detrás de “mantener la boca cerrada” incluye también la capacidad de guardar nuestra energía y darle mayor significado a nuestras palabras (y acciones) mediante el principio de escasez.

Así, guardar silencio nos evita el ser charlatanes/as y no caer en aquel refrán que nos dice que “el pez por su propia boca muere” o que “antes cae un hablador que un cojo”…

Para el caso del libro ¿Cómo tener Suerte? de Max Gunther, nos da el ejemplo de Calvin Coolidge. Quien fuera el presidente número 29 de los Estados Unidos de América. Siempre fue notorio por su hábito de quedarse con sus pensamientos para sí. La gente le decía “Cal el Silencioso”. Algunos -especialmente quienes no querían su timidez- sugerían que la razón de ello era que no pensaba mucho. Pero es probable que esto sea falso.

La evidencia sugiere que Calvin Coolidge fue un hombre que gozó de una inusual racha de buena suerte durante su vida, entendía o intuía que la plática innecesaria puede convertirse en una barrera contra los desplantes de buena fortuna.

No podemos controlar el flujo de estos eventos ni tampoco predecir cuáles serán. Pero sabemos que ocurrirán. En un tiempo o en otro, lidiaremos con lo inesperado. Dicho eso, la mejor estrategia parece ser la que nos permita ser el máximo flexibles: Mantenernos libres para lidiar con esos eventos de cualquier forma y en cualquier tiempo.

El problema con hablar de mas es que te quitará valiosa libertad y flexibilidad. Puede atarte, encasillarte a posiciones que parecen correctas hoy pero podrían ser malas mañana. Como dice la frase:

Constantemente he lamentado lo que digo, pero nunca lo que callo.

Publio Sirio

Pongamos un ejemplo sencillo. Tú le dices a todo tu grupo un día que nunca te ha caído muy bien “ése tal Nacho”. Después, resulta que -en uno de esos cambios impredecibles de la vida- Nacho se convierte en líder de la compañía… ¿Por qué no te callaste la boca?

Otras personas declaran “No trabajaría para X o Y, sin importar cuanto me pagaran”. Son palabras que un día -y en determinadas circunstancias, sobretodo- parecen muy buenas. Pero, la vida da muchas vueltas y quizás podrías lamentarte de haberlas dicho más pronto que tarde.

El punto aquí es que las palabras que decimos nos persiguen y siempre pueden volver. Especialmente en tiempos de redes sociales. Donde olvidamos fácilmente que nada de lo que subes puede borrarse en realidad. Esto no significa que debas ser una piedra en adelante, solamente que aprendas a ser precavido/a.

Pues hay momentos en que nuestras palabras nos obligan a tomar fuertes posiciones respecto de puntos de vista polémicos. La lección de esta Novena Técnica es que las personas con más suerte se evitan la cháchara innecesaria. Son particularmente cuidadosos/as al hablar de temas que tienen gran importancia personal para sí. No revelan más de su pensamiento de lo que deberían. No se encierran en posiciones cuando no existe razón para ello.

Las demás personas suelen definirles como “personas misteriosas”. Siempre preguntándose porque realmente nunca se sabe lo que pasa por su cabeza. Y ¡así es como debería ser!

En alguna ocasión, se dio este diálogo con el Presidente Coolidge: “En verdad quisiera que hablara más, Sr. Coolidge. Un amigo me apostó que no le podría sacar más de dos palabras de su boca.” A lo que Coolidge respondí: “Ya perdiste”.

De acuerdo con Ishbel Ross, la filosofía de Coolidge se expresaba en una fábula: Una sabia lechuza sentada en un roble. Mientras más veía, menos hablaba. Mientras menos hablaba, más escuchaba. ¿Por qué no podemos ser todos/as como esa lechuza?

No tienes que tener la boca abierta toda la vida para tener un círculo de buenos amigos y hacer contactos de valor. De hecho, en un tiempo lleno de tanta cháchara como el presente, la gente usualmente encuentra el silencio como una placentera sorpresa. Puedes hacer amigos fácilmente solo con escucharlos -pero escuchando de verdad-, como también lo puedes hacer con palabras. Además, la plática sin control suele irritar a la gente. Especialmente a quienes también hablan sin reparo.

A muchos no les gustaba Coolidge pero les intrigaba su misterio. Por su frugalidad en el discurso, pudo preservar la libertad suficiente para reaccionar y actuar de forma flexible cuando eventos inesperados sucedían y se convertían en golpes de buena suerte a su favor.

Siguiendo con la vida de Coolidge, tenemos que la suerte parecía sonreírle a cada momento. Pero esto se debe a que siempre se mantuvo libre de su propia charla. No se afirmó nunca a determinados grupos o posiciones -sin que fuera necesario o tuviera que ver con sus valores-. Y esto le permitía continuar sin mayores demora ni represión, así como ninguna expectativa (algo muy valioso en la política).

Ejemplo de ello fue cuando en el año 1920, al ser su primera nominación a la presidencia de los Estados Unidos. Su camino se vio interrumpido por el senador Henry Cabot Lodge, así Coolidge terminó como vicepresidente durante el mandato de Warren Harding. Cualquier otra persona hubiera hecho del senador su enemigo jurado de por vida y tenido una buena discusión de por medio. Pero Coolidge no lo hizo.

A pesar de lo que el ex-presidente Taft dijera sobre que “los pensamientos secretos de Coolidge sobre el senador Loft no pueden ser impresos”, la clave está en que dichos pensamientos permanecieron así: Secretos. Ya que no había una verdaderamente buena razón para revelarlos.

Así fue como, en una serie de esos giros inesperados que da la vida -pero para los que solo las personas con suerte están preparadas-, Lodge terminó apoyando la candidatura presidencial de Coolidge en 1924. Algo que no podría haber sucedido bajo ninguna circunstancia si fuesen enemigos declarados. Pero, dado que Coolidge nunca declaró nada, el ánimo se mantuvo.

La última prueba de suerte para Coolidge fue que al término de un gran periodo, eligió no repetir su presidencia. Muchas personas habrían dicho “cuatro años más”; pero no era el caso de Calvin Coolidge. Que sabía bastante sobre la Técnica consistente en “Cortar las ganancias”. Así, se pudo retirar siendo uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos de América, y fue a su sucesor (Herbert Hoover) que le explotó el asunto de La Gran Depresión de 1929.

El Valor del Silencio

Es una asunción central de la psicología moderna que la plática es la cura de todos los males y la ruta a todos los cielos públicos y privados. El día de hoy muchas personas hablan sobre como la comunicación y hablar es clave para el éxtasis que se procure. Sin embargo, estudios de la Universidad de Cornell han demostrado todo lo contrario. L agente que controla su ira no suele convertirse en un gran daño. Las personas que lo expresan sin control alguno, solamente se vuelven más agresivas por lo general.

El silencio no solo te protege de mantenerte bloqueado o encasillado en una postura que no deseas. Si no que también te previene de revelar hechos y sentimientos que no quieres que nadie más conozcan. Además, tiene -por si fuera poco- otra gran virtud: Al evitar la comunicación excesiva, la gente suertuda se libera de la necesidad de explicar y justificar sus acciones a nadie más.

Las opiniones ajenas no pedidas pueden detenerte y arruinarte. La típica historia triste de inversionistas: Se compra un bloque de acciones y s lo revelas a tu pareja para alardear y diga “¡wow!, es tan inteligente”. Luego viene la mala suerte, el precio disminuye y entonces antes de irte te quedarás porque la posición compromete la manera en que tu pareja te mira.

Dado que la vida se rige por suerte y al azar, nunca podemos predecir que acciones deberemos tomar más adelante. Entonces, lo mejor es decir lo menos posible sobre lo que haremos y lo que pensamos. Así, cuando debamos actuar, la única persona a la que debemos rendir cuentas es a nosotros/as mismos/as. Eso suele ser bastante duro por sí solo…

Nos guste o no, la Suerte tiene un papel dominante sobre nuestra vida. Entonces, cualquier cosa que hagas o digas puede y será -literalmente- ser usado en tu contra. Algo que aumenta al tenor de las redes sociales cuando tenemos en cuenta que, una vez publicado, nada desaparece del mundo de la internet.

Una declaración que parece segura hoy, podría convertirse en peligrosa dentro de las circunstancias errantes del mañana. El amigo a quien le contaste un secreto en confidencia podría ser tu enemigo mañana. Si hablas de más sobre tu emprendimiento hoy, dejas ir mucha libertad para cuando quieras dejarlo de lado el próximo año.

Nuevamente, no implica que tomes un voto de silencio absoluto y eterno. Debes tener relaciones, después de todo; debes tomar riesgos; debes hablar con la gente. El mensaje de la Novena Técnica es que solo tú puedes evitarte problemas innecesarios al no hablar -si no se requiere- sobre tus problemas, planes y sentimientos. Donde no haya una buena razón para decir algo, no digas nada.

Otra manera de resumir la Novena Técnica en una sola frase es la siguiente:

Somos esclavos de lo que decimos, y dueños de lo que callamos.

Anónimo

Finalmente, debemos entender que la idea central -que va más allá de la Novena Técnica- recae en aportar valor cuando actuamos. Ya sea mediante una acción o un dicho, si no vamos a aportar valor o mejorar una situación determinada, mejor será guardar silencio y honrar el espacio de esta forma.

Técnica X. Reconoce la Ausencia de Aprendizaje

Existen experiencias en la vida que parecen lecciones pero no lo son. Una cosa interesante de quien tiene suerte es que saben distinguir cuando pueden aprender algo y cuando no.

Sinsentidos. todos ellos. Nos regresa esto a la Primera Técnica, aprender cómo hacer distinciones claras entre la suerte y la planeación. Cuando los resultados vienen por efectos del azar que no están bajo el control de nadie -eventos que definiríamos colectivamente como “suerte”- entonces debes tener cuidado al intentar obtener alguna lección de ellos. El hábito de derivar falsas lecciones del azar es una característica de quien no tiene suerte.

Las lecciones ausentes crecen comúnmente en generalizaciones sin garantía. Un cierto tipo de evento sucede en algunas ocasiones para cierto tipo de persona, y concluyes que a todo el mundo le sucederá exactamente lo mismo. Pero no es así.

Puede ser que la mala suerte haya encontrado a dicho individuo durante este tiempo de su vida. O puede ser que tu peor suerte haya afectado su vida más de una vez. Pero si eso sucede, es importante no derivar a creer que hay una lección aquí, fruto de dicha experiencia. Reconoce que recibiste una lección inexistente. Has aprendido nada excepto que la mala suerte sucede.

Otro tipo de lección inexistente, tan común pero menos obvia, viene de la creencia de que la historia tiende a repetirse a sí. Desafortunadamente, la historia no ofrece ése tipo de lecciones con ése tipo d certeza. Toda guerra, por ejemplo, comienza por una serie única de errores, maña suerte, reacciones malas y otros factores. En términos generales, una combinación que no se repetirá nunca más.

Estudiar guerras del pasado difícilmente podría darte una gran ayuda para prevenir las que vienen en el futuro, incluyendo la más grande todas las guerras a que todos tememos. Es lo mismo en nuestra vida personal y financiera. Ciertamente, existen algunas lecciones y experiencia que se deriva del pasado (muy útiles, en su mayoría); podemos -por ejemplo- juzgar el comportamiento futuro de alguien con base en su historial.

La acumulación de conocimiento sobre dicho individuo compone la base de nuestra confianza, sin la que la vida humana no podría coexistir en absoluto. Mientras más “historia” conoces sobre hombres y mujeres que han jugado roles importantes en tu vida, más confías en ellos (o al revés, según sea el caso). Estas lecciones históricas sobre individuos no son infalibles, pero suelen ser correctas lo suficientemente seguido para que sigamos teniéndolas. Sin embargo, ten cuidado con las lecciones inexistentes.

Podemos predecir lo que hará un individuo, pero solo en circunstancias muy raras podremos predecir lo que muchas personas harán. Mientras más personas se integran, mayores son las posibilidades y más complejo se convierte el asunto.

El precio de los activos como el oro, los bienes raíces y las acciones son el producto final de lo que millones de personas sienten, piensan y realizan. Además, todos pelean unos contra otros, reaccionando y accionando respectivamente. Los factores que determinan el producto final (el precio en cierto día) son tantos y tan complejos que están más alá de la habilidad de cualquiera para predecir, controlar o adivinar. La situación, en otras palabras, es una en la que la influencia dominante es la suerte. Y cuando una parte de la historia se influencia por la suerte hasta ese punto, no puedes esperar que se repita de manera confiable.

A veces, puede suceder lo mismo con cuestiones que condicionan u orillan a pensar que algo puede volver a suceder. Pero obtenemos No-Lecciones. Claro, que los indicadores podrían indicar que una vez más sucederá pero la vida no es como una serie de Netflix (Dark).

Lo que se obtiene es una ausencia de lección. Claro, los indicadores pueden parecer decirnos otra cosa que ha sucedido en el pasado pero si el factor es la suerte, la historia no se repetirá.

Técnica XI. Acepta que la Vida es Injusta

El rabino Harold Kushner había llevado siempre una vida sin culpas ni reclamos. Al ser humano, habría roto sin duda algunas de las leyes de Dios y los seres humanos, pero no muchas y nada graves. El pensaba que era, en general, un buen hombre. Era demostrablemente más santo que los demás. A pesar de sus fallas humanas y pocas transgresiones, realmente no merecía ningún castigo terrible. Pero eso fue justo lo que obtuvo. Peor aún, su castigo no le fue infringido directamente, si no a través de su hijo Aaron, un chiquillo inocente.

Cuando Aaron tenía tres años, los doctores determinaron que padecía de progeria. Una enfermedad que hace que envejezcas más rápido. Lleno de pena y rencor, el rabino Kushner se preguntaba ¿por qué?

Buscando por una respuesta real y aceptable, se embarcó en un camino complicado e intelectual. Describió su camino en un libro publicado en 1981, titulado Cuando las cosas malas le pasan a la gente buena. Al final de su viaje, se dio cuenta de que la respuesta era la más simple de todas las que había: La enfermedad de su hijo no tenía una razón de ser en particular.

Solo fue un poco de maña suerte. No es la respuesta más religiosa ni profunda que muchos buscan, ni tampoco la que señala la Biblia. Y es que, la Biblia nos dice muchas veces que Dios maneja un mundo justo.

Sin embargo, esto no es cierto. Existe mucho pensamiento “mágico” dentro de la Biblia, y este es un ejemplo particularmente útil de ello. Las enfermedades llegan a personas correctas y las personas malvadas pueden vivir sus vidas con calma y “felicidad” (o bien, impunidad).

Es esencial que entiendas lo siguiente: La falta de éxito puede darse solo por mala suerte. El punto central es que la justicia o equilibrio es un concepto humano, impropio de la naturaleza o las leyes del universo per sé.

Muchas palabras de sofistería religiosa han sido leídas por los púlpitos del mundo en respuesta de tales preguntas. Rabbi Kushner, como hemos visto, llegó a una conclusión más simple y bastante más cierto como explicación (más cierta porque se comprueba mediante la realidad fáctica observable).

En su teología personal, Dios puede ser justo pero no es tan poderoso como usualmente se piensa. No puede o no va a controlar todos los detalles de aquello que nos sucede. Nuestras vidas están llenas de azar, para bien o para mal.

Así que, si contraes una enfermedad fatal o ganas un millón de dólares en la lotería, no debes buscar forzosamente la mano de Dios en ello. Dios no lo ha causado, ni existe alguna razón en particular. Solamente sucedió. Tal como lo pone la siguiente imagen:

No tienes que comprar/consumir/suscribir necesariamente toda la ideología del rabino si no lo quieres. Realmente es poco relevante ello para el análisis de este libro. Los actos observables de la vida humana pueden ser explicados solo por que sí. Incluso puedes crear tu propia teología (con juegos de azar y… otras cosas).

No importa lo que sea en tanto tú te sientas cómodo/a con ello y en tanto no intenté ir en contra de la realidad de los hechos. Pues no importa que tanto hablemos, los hecho sencillamente NO CAMBIAN.

El Universo no es un lugar justo y jamás lo ha sido en todo el tiempo que llevamos aquí. Al aceptar esta verdad antes de pelearte con ella, tomaras un paso más en el camino a tener una suerte consistente.

Al revés, si intentas argumentar o pelear con esta realidad, tendrás un camino garantizado a la mala fortuna. Una manera en que las personas sin suerte se castigan a sí es caer en una peor suerte mediante su necedad.

Al final del día, tenemos que la realidad se impone. La mala suerte es bastante mala como para que resulte difícil que lo reconozcan como tal. Cuando te culpes a ti mismo/a por la mala suerte, te puedes destruir.

El rabino Kushner cuenta una historia similar de una pareja de judíos qué, al ser golpeados por la mala suerte, concluyeron que estaban siendo castigados. Una mala aproximación para su forma religiosa de ver el mundo. “La religión los hizo sentir peor”, dice el rabino con tristeza.

Lo único que importa para el rabino es decir que deberíamos ser capaces de reconocer el caos cuando lo vemos a los ojos. El caos no es peligroso hasta que empieza a parecer ordenado. Esa es la Lección detrás de la Onceava Técnica. Mira alrededor en la vida y acepta que viene de esta forma: Es desordenada e injusta. No rehúyas de la religión si es algo que te llama la atención. Rehúye solamente de la creencia inmemorial sobre que Dios tiene planes milimétricos y que son estos -y no tú- que dirigen tu vida.

You don’t always get what you want (y está bien)

Así de malo como es culparte a ti por la mala suerte en tu vida, también lo es creer que “mereces” tener buena suerte. Bien podrías merecerla, eso es cierto. Pero si llega o no a tu vida es una cuestión de… Bueno, suerte.

En su forma de verlo, la mala suerte no es suficientemente trágica. Prefieren historias donde héroes y heroínas traigan su propia perdición a través de la negligencia o la estupidez. Como sea, una cuestión de ese tipo realmente es escaso en la vida real. En la vida real, la gente no “tiene lo que se merece.” Tiene lo que tiene, y punto. Algo que William Shakespeare evidentemente comprendía bastante bien.

Nunca te atrevas a comenzar una aventura, negocio o asunto solo por que crees que irá bien debido a que “te lo mereces”/”ya te toca”. Esta es una expectativa común en la gente sin suerte: Creen que merecen. Pero lo cierto es que al Universo no le importa realmente si “es tu turno” o no. Esto también, viene de una falsa percepción sobre que el Universo es inherentemente justo. Y sabemos que no lo es.

“Todos mis amigos del colegio tuvieron suerte y encontraron grandes empleos. Soy el único de nuestro grupo que se quedó fuera. Mi turno debe venir próximamente.”
“Mis dos primeros matrimonios fueron pesadillas. Seguramente debió haber sido mala suerte. El tercero tiene que ser el bueno.”

Esa expectativa puede parecer razonable si creemos que la buena y mala suerte están bajo el control humano. Los humanos harían una burocracia total sobre la Administración de Suerte pero podrían intentar -por instinto- correr la compañía de manera “justa”. Así es como somos. Nuestro sentido de la Justicia es fuerte.

Sin embargo, el universo, no está bajo el control de la Humanidad (¡gracias a Dios!). Y por lo tanto, es indiferente al concepto de justicia y otros más que valoramos como altos conceptos. Lo cual suele resultarnos confuso, frustrante y nos llena de enojo.

Puedes ir a un casino cualquier día (o noche, para el caso) y verás como se vacían los bolsillos de todo/a jugador/a sin suerte que creen en “lo justo de la vida.”

Cuando una ruleta da vueltas y no deja ningún número para nadie… Al menos 3 o 4 personas suelen creer que una suerte de “deuda” comienza a acumularse en su favor. Piensan que la ruleta supuestamente “les debe” solo por justicia o balance o equilibro que debe producir un evento justo la próxima vez.

Para su mala suerte -literalmente- tenemos que la ruleta no conoce esta información. No tiene memoria y tampoco tendría interés en la justicia o el equilibrio, aun cuando guardará registro del score.

La probabilidad real de que exista balance en el próximo giro es tan buena o mala como la que le precedió.

Esta paradoja sobre lo injusto de la vida confunde a muchas personas (la mayoría). En cualquier situación tal como el giro de una ruleta un volado… El sentido de lo justo parece surgir conforme el paso del tiempo.

Crees que si lo tiras 1000 veces, debería salir 500 y 500. Lo mismo con otros eventos relacionados al azar. Pero, si intentas llevar a cabo esto de forma temeraria, seguro terminas decepcionándote y camino directo a una pérdida.

Las probabilidades no tienen relación una con otro. Cada una es un evento diferente. No está influenciado en nada por el pasado y éste no tendrá nada que ver en lo que sigue.

La idea es completamente falaz. Como la ruleta, el dado o la moneda, ninguno tiene memoria ni algún sentido de moral. Como lo vimos en nuestro estudio de la Séptima Técnica, supernaturalismo constructivo, este tipo de pensamiento semi-supersticioso puede ser útil algunas veces.

En situaciones donde no hay una base racional para tomar una decisión, puede salvarnos de la parálisis. Cuando tienes que hacer algo, puede ayudar a tomar una decisión pero debes estar cierto de qué sabes lo que haces y por qué.

Mantén una tranquila certeza de que estás recurriendo a una cuestión o creencia supernatural porque es la única forma de salir del embrollo. Nunca creas que el supernaturalismo es Ciencia o que esté te dará una ventaja palpable, real. Y nunca lo uses como si fuera un análisis racional o sirviera como uno.

Nunca creas en lo supernatural como si fuera un sustituto del análisis. Solo debes usarlo cuando no hay pistas o estas son del mismo peso/valor.

Como dijo el jugador más suertudo de 49’s, Alvaro Cruz: “Nunca esperes nada. Cualquier cosa puede suceder sin importar que tan improbable parezca. Y cualquier cosa no puede suceder sin importar ” cuando pienses que debería suceder.“

Cruz también hablaba sobre Bob Baumer. Él había servido en la Fuerza Aérea de Europa durante la Segunda Guerra Mundial y fue disparado dos veces, apenas escapando con vida cada vez. El decía que había sujetos que volaron en más misiones que yo y nunca fueron siquiera rozados. Si vuelvo a servir en alguna otra guerra, el destino no se atrevería a hacérmelo una tercera vez…

El día 10 de Junio de 1952, mientras servía en la Guerra de Korea, el injusto universo lo volvió a hacer de nuevo… Su avión B-29 fue derribado durante una misión de bombardeo y nuestro amigo Bob, finalmente, falleció… La Lección es: No creas en el sentido de Justicia del Universo. Pues solo existe en tu cabeza. Al respecto, aquí una frase para reflexionar:

Técnica XII. El Acto de Hacer Malabares

Piensa en algunas de las personas que conoces, y después piensa en algunas de las consideras desafortunadas. Una diferencia altamente visible que seguro puedes observar: Mientras más suerte tienen, más trabajan.

Las personas con suerte parecen estar siempre teniendo múltiples negocios o cuestiones al mismo tiempo. Incluso cuando están en la cima de su éxito, la persona con suerte normalmente tendrá otras fuentes o empresas secundarias en preparación, ejecución o bajo estudio. Incluso con muchísima variedad.

Esto significa protección en caso de que el mayor negocio tenga una mala racha -lo que puede suceder en cualquier momento- como ninguna persona sin suerte podrá llegar a olvidar.

Si la Cuestión A resulta mala o simplemente se convierte en algo sin sabor, entonces la Cuestión B o C If Venture A pueden convertirse en algo prospero de una forma inesperada.
Pero si la persona con suerte parece estar trabajando, entonces las cosas van bien. Le encontrarás trabajando aún en la adversidad, le encontrarás aún más atareado/a que antes.

SÍ, las personas con suerte tienen sus altas y sus bajas como cualquier otra persona. La diferencia es que, con la gente afortunada, los periodos a la baja nunca duran demasiado y suelen terminar con sorpresa y de maneras imprevistas.

Considera la gran historia de Charles Darrow. Su historia es un clásico de las leyendas y ejemplos de buena suerte. Su juego es reconocido a lo largo de todo el mundo, pero su nombre solamente resulta familiar a unas pocas personas. Muchos hablan de él como la persona que elevó el Go a otro nivel.
Darrow tenía 42 años y era ingeniero en Pennsylvania hacia 1933.

Era un hombre con suerte, sin duda. Pero estuvo envuelto en un episodio de mala fortuna global, la Gran Depresión. Merced de ella, no había tenido un trabajo estable en los últimos tres años. Aunque, sin embargo, (como es típico de la gente con suerte) había tenido una gran cantidad de emprendimientos por realizar. Siguió buscando trabajo en su profesión como ingeniero de calefacción pero eso no lo mantenía suficientemente ocupado.

Por ello estableció un negocio de reparación, al que le fue bastante bien en tiempos donde apenas pocas personas podían tener algún ingreso. Además se convirtió en un experto reparador de caminos y paredes de concreto. Este negocio hacía sentido en el sentido de costo-beneficio consciente. Pensando de esta manera, Darrow estaba planteándose un negocio de veterinaria. Comenzó visitando a un veterinario local y tomando el empleo de pasear perros a cambio de educación.
Todo esto era una reacción típica de alguien con suerte frente a la adversidad. Las personas sin suerte buscarían una sola forma de salir adelante: The unlucky “¡Debo encontrar otro empleo!”

Pero la reacción de Darrow era algo con mayores probabilidades de traerle éxito. Algo así como: “Sería lindo encontrar otro empleo. Lo intentaré. Pero en caso de que no funcione, mejor buscaré suerte en algunas otras direcciones al mismo tiempo.”

La persona sin suerte sabe que esa no es la forma de suerte que busca. Si obtiene suerte, la buena suerte solo tendrá una forma: Un nuevo empleo.

Charles Darrow, al contrario, no sabía de qué forma llegaría la suerte que esperaba. Todo lo que sabía es que mientras más aventuras tuviera, mejores serian las probabilidades de que algún tipo de golpe de suerte le sacará adelante.

Así resultó que, el gran golpe de suerte que cambió su vida por completo, fue de una naturaleza que incluso le sorprendió a él. Darrow y su esposa se entretenían en las comidas al hablar sobre formas en las que podrían convertirse en grandes figuras de los bienes raíces.

Entonces se le ocurrió al Sr. Darrow que este tipo de “juego” podría ser entretenido para otras personas. Pensó que quizás, las personas con un tema de la Depresión quisieran o podrían encontrar divertido jugar un juego donde se imaginaran a sí mismos/as como grandes millonarios/as.

Darrow era bueno con las herramientas. Ocasionalmente hacia juegos de rompecabezas y otro tipo por diversión.

Ahora había encontrado un diseño relacionado con los bienes raíces. Le dio a las calles nombres reales. Luego dio color al diseño con muestras de pintura gratuitas de una tienda local. Después, creó piezas en pequeñas formas para los jugadores, que asimilaba s pequeñas casas.

Creó títulos de propiedad ficticios para esas casas en el tablero. Primeramente, tuvo una vaga idea de las reglas bajo las cuales el juego debía llevarse a cabo. Pero sus pensamientos evolucionaron según el juego iba creciendo más y más. Usando un par de dados, un poco de dinero y botones de colores… Los Darrow comenzaron a pasar sus tardes y fines fe semana jugando el juego con sus conocidos. Lo fueron modificando a lo largo del tiempo: Añadiendo nuevas reglas, introducido otras dinámicas, etc.

Cuando finalmente había evolucionado, el juego tenía cierto tipo de magia. La gente que recién lo conocía quedaba fácilmente enganchada y quería seguirlo jugando toda la noche… Darrow le puso al juego el nombre de Monopoly y el resto es historia…

Desde el comienzo, Darrow lo vio más allá de una empresa secundaria. Amistades y vecinos/as le pidieron que hiciera sets para ellos. Lo hizo, cobrándoles aproximadamente un dólar por set. Fue capaz de darse cuenta que podía hacer hasta dos juegos (sets) por día, que era básicamente el nivel de demanda que tenía. El juego se estaba promocionando solo de boca en boca. La dinámica funcionaba más o menos así: Alguien compraría un set, después invitaría a su vecino o amistad a jugarlo y éste quedaría encantado/a, pidiendo otro juego para sí.

Es decir, contaba con uno de los seis STEPPS para hacerse viral. El punto a tratar es el Valor Social, según nuestro análisis de Contagioso de Jonah Berger. Si quieres conocer de qué va y/o cuáles son los otros cinco puedes encontrar el Análisis de Lectura + Resumen siguiendo en este enlace.

Como fuera, Darrow estaba contento con la forma lenta en que iba creciendo su negocio. Nunca se le ocurrió que Monopoly podría ser más que un simple juego típico de un pueblo. Pero entonces, la suerte llegó a su puerta con explosivos resultados. Su primer golpe fue cuando Monopoly llegó a la mesa de un hombre con un pequeño taller de imprenta. Sucedió por mera chance: El impresor estaba visitando a una amista y esta había pedido prestado un set de Monopoly de su noche de juegos del día anterior con su vecino. El set estaba reposando en la mesa y eso fue todo lo que se necesitó.

Jugó el juego y se volvió virtualmente adicto a él. Se acercó a Darrow y le ofreció imprimir los tableros de Monopoly, dinero falso y otras cosas/aditamentos. Darrow estuvo encantado. Entonces, el impresor lanzó una pequeña campaña de anuncios y promoción. Se subió la demanda a seis sets por día. Después otro golpe de suerte les ayudó cuando un oficial de Filadelfia encontró los sets mientras arreglaba su carro. Compró uno, lo jugó y después pidió varios juegos. A pesar de que tenía pocos meses esta empresa, Darrow se dio cuenta de que estaba creciendo más allá de su control .

Solamente había una forma de ponerse a la altura de la demanda: Darrow fue a ver a los Hermanos Parker. Quienes estaban establecidos desde 1883 en Salem, Massachusetts y eran los productores de juegos de mesa más importantes de todo Estados Unidos. La idea de Darrow era darles una licencia de Monopoly para generar una suerte de lealtad recíproca. Los hermanos Parker estudiaron el juego. La compañía había operado con éxito por muchos años al mantenerse fiel a ciertas reglas básicas sobre qué sí y qué no hacer en juegos de mesas. Algunas de estas reglas eran:

  1. El Juego de Mesa debe ser simple;
  2. No debería durar más de 45 minutos para concluirse;
  3. Sus instrucciones deben ser sencillas de recordar;
  4. El tema del juego no debe envolver economía o cálculos complejos.

Como puedes ver, Monopoly violaba todas estas reglas. Después del análisis de los Hermanos Parker, concluyeron que el juego contenía 52 errores fundamentales. Así que rechazaron la oferta de Darrow.

Pero poco tiempo después, quiso la suerte que uno de los hermanos Parker escuchara el auge que este juego presentaba en la localidad. Así que, contrario a sus creencias y previo sistema, decidieron tomar un riesgo y asociarse. El resto es historia.

El suertudo señor Darrow era muchas veces millonario cuando falleció a sus 80 años, en 1970.
Un hombre con suerte, de hecho. Pero porque se puso a sí mismo en una situación donde la suerte le pudiera ayudar.

La Suerte nos encuentra trabajando…

Uno nunca sabe cual será la próxima aventura “sin futuro aparente” que pueda convertirse en aquella que nos haga arder. Todo lo que puedes saber (y hacer) es que mientras más actividades realices, tanto mayor será la probabilidad de que una de ellas te lleve al próximo nivel.

Charles Darrow no habría adivinado en 1933, que su gran triunfo provendría de un juego de mesa llamado Monopoly.

Hubiera pensado en algún otro plan que podría tener mejor probabilidad de éxito…
Pero así es como la suerte opera. Por su propia naturaleza, es inmune a la prediccion y previsibilidad.
No puedes adivinar la forma que tomará ni cuándo llegará. Pero, ¡lo hará! Y hasta entonces todo lo que puedes hacer es lo que Darrow hizo: Construir tantas líneas como puedes para lograr atraparla. ¿Y cómo se hace eso? Pues se sigue trabajando.

Howard Hughes empezó como un don nadie y murió siendo uno de los hombres más ricos. Y lo hizo la malabarear distintas alternativas al mismo tiempo. Él no sólo se quedó con la compañía heredada de su padre: Herramientas Howard. Si no que también se dedicó a las películas, hoteles y casinos, electrónica, bienes raíces, una aerolínea…

Aunque hizo una gran cantidad de películas malas, algunas de ellas -casi por suerte- fueron buenos éxitos. Además, casi por accidente, hizo un buen dinero al invertir. Al término de su vida ya era un billonario. Pero, ¿qué hubiera pasado si hubiera optado por concentrarse sólo en la compañía de su padre? Seguramente no estarías leyendo sobre él ahora mismo.

La base de la Opcionalidad

Esta Doceava Técnica está íntimamente relacionada con la Segunda (Seguir Flujo Rápido de la Suerte) y la sexta (Camino en Zig Zag). Todas ellas en su conjunto tienen algo en común: ¡Te mantendrán ocupado/a!

Quizá incluso más ocupado/a de lo que crees que quieras estar. Pero recuerda que es solo cuestión de tiempo antes de que “le des al gordo” y entonces, ¡bienvenida la buena vida!

Así es, nos encontramos ante un concepto harto conocido: Se trata de la Asimetría Positiva. Por cuanto que la vida de muchas personas “con suerte” siempre suele tener este componente frenético de idas y vueltas. Especialmente cuando parece que tienes especial mala suerte.

Entiende que, como candidato/a especial a tener buena suerte algún día debes malabarear distintos proyectos y tareas que compitan por tu atención (siempre en términos de calidad).

Tu vida será un remolino de personas mientras que te posicionas en el flujo veloz de la suerte. Antes de apelar a una gran meta en el largo plazo o futuro distante, constantemente serás distraído/a por nuevas oportunidades e irás por ellas. Corregir el rumbo y dar la vuelta forma parte de tu nuevo camino. Y cada rumbo requerirá de nuevas habilidades, capacidades y competencias que los anteriores no. Si quieres que la Suerte venga a por ti, deberás trabajar bastante por su favor.

Tu voluntad por mantenerte ocupado/a será el factor clave par que puedas tener más buena suerte. Son simples matemáticas. Y como dice Arenita…

Ahora, muchas personas se preocupan por el tipo de vida y la calidad que implica este ajetreo constante. Pero entiende que tu presión no será tóxica ni mucho menos un esfuerzo orientado a que otras personas concentren los beneficios de tu trabajo (como un empleo). Si no que tú serás la primera persona y la más beneficiada.

Las personas con mayor fortuna son aquellas que logran balancear de alguna forma todos sus proyectos y actividades. Lo hacen siempre de alguna manera. Si buscas tener buena suerte -eventualmente, aunque sea- será mucho mejor estar bastante ocupado/a que no estarlo lo suficiente.

Técnica XIII. Socios por Destino

William Procter y James Gamble eran jóvenes inmigrantes en Cincinatti. Ambos había inmigrado hacia 1830. Procter era inglés y Gamble irlandés. Hasta que se conocieron, ninguno iba hacia ningún lado.

Los dos tenían trabajos que pasaban sin pena ni gloria. Pero cuando se conocieron, su vida se transformó radicalmente. Se conocieron mientras cortejaban a un par de hermanas. Fue una cita a ciegas con el destino, como muchas veces sucede tratándose de la suerte.

Ambos se agradaron de inmediato. Quizá se reconocieron mutuamente. Sabían que sus habilidades se complementaban al unísono. Ninguno de ellos había logrado mucho en solitario, pero juntos, sabían que podrían llegar muy lejos. Eran Socios del Destino.

En 1837, pusieron los ahorros de su vida y pidieron algo de dinero para terminar con $7,192.24 USD. Con esta inversión fundaron una fábrica de jabón y velas llamado Procter & Gamble. Hacia 1980, la compañía realizaba ventas por más $10 millones de dólares cada año.

Eso es lo que puede suceder cuando dos personas se unen para expandir, en conjunto, sus destinos individuales. Aparte son solo dos personas (que no es malo). Pero, juntos/as, son una mezcla indetenible.

Uno y Uno somos (mucho) más que dos

El soporte mutuo, un miembro ayudando realmente a otro nos da mucha más fuerza de la que creemos.
Además, cuando las fuerzas flaquean, ambas personas pueden tomarse turnos e intercambiar papeles.
Así funciona la vida, después de todo. Un socio del destino es mucho más que una amistad. Un amigo es alguien que te cae bien y con quien las pasas bien. Incluso puede ser que le tengas cierto grado de amor.

Pero si esa persona no modifica objetivamente el curso de su y tu vida y aumenta tu suerte… Entonces solo “amistad” es la palabra correcta. La mayoría de los/as amigos/as son solo eso: Amistades.

Algunos serán de largo plazo, otros de menos tiempo pero mayor intensidad, etc. Pero en términos de suerte, no parecen afectar la tuya más que nadie más a tu alrededor. Quizá te den un impacto aislado de buena fortuna. Pero solo una persona que altera tu suerte positivamente en el largo plazo merece ser llamada “Socio/a del Destino”.

Una esposa o esposo no es necesariamente tampoco un/a socio/a del destino. Es sentimental y bonito hablar en términos de destino sobre nuestras relaciones, pero siendo objetivos/as dichas declaraciones pueden ser ciertas en sentido limitado únicamente.

Es cierto que este vínculo nos afecta económicamente al ligar nuestros destinos. Además, pueden cambiar sus vidas si deciden tener descendencia. Pero, en la mayoría de los matrimonios, hasta ahí llega el asunto… La esposa que iba a ser una gran empresaria y el esposo que sería un gran novelista llegarían ahí lo mismo en solitario que compartiendo sus vidas.

Esto no es necesariamente malo ni implica que debas separarte. El amor es una fuerza poderosa y, como tal, no debe ser subestimada. Pero aquí se trata de llevar los recursos de ambos y sus destinos a un nuevo nivel. Un ejemplo de este tipo de pareja que son a la vez socios del destino son Alfredo Lunt y Lynn Fontaine.

Pero también lo fueron Humpfrey Bogaft y Lauren Bacall. Cada uno de ellos estaba encaminado a su destino antes de conocerse. Aunque algo parecía frenarles y, de no haberse conocido, probablemente no hubieran logrado lo que lograron.

Al formar una sociedad, incrementaron considerablemente la suma de sus partes. De manera exponencial y no aritmética.

Conocer a Nuestro Destino

Seguramente que hasta aquí tu mayor pregunta sea “¿¡Y cómo demonios encuentro a una persona así!?”
La repuesta sencilla es que sucede por pura suerte. Pero existen maneras de potenciar la suerte detrás de ese encuentro marcado. Aquí sería cuestión de seguir la Segunda Técnica y acercarte a lugares donde la suerte fluya mejor y más rápido.

En algunos casos, estos pares del destino se terminan conociendo porque -de una forma u otra- se estaban buscando. La suerte SIEMPRE juega un rol, pero el papel activo de buscar puede hacer que esta suerte incremente su probabilidad de aparecer. Puede pasar tanto para quien busca como quien quiere ser encontrado/a.

Un caso clásico es el de Margaret Mitchell y Harold Latham. Si estas dos personas no se hubieran conocido nunca, seguramente jamás habríamos escuchado Gone with the Wind. En México se le conoce como “Lo que el Viento se llevó”.

CONCLUSIÓN sobre ¿Cómo tener Suerte?: Una caprichosa Dama de nombre “Fortuna”

Ahora, las técnicas estudiadas y expuestas anteriormente no son necesariamente infalibles. Si bien es claro que aumentarán sustancialmente tu probabilidad de tener y aprovechar al máximo un golpe de suerte, sigue tratándose de ello: Probabilidades. La Suerte es caprichosa, como ya lo hemos demostrado vez con vez a cada párrafo de este artículo pero, eso no significa que nunca llegue a tu puerta. Y, si llega a hacerlo, es importante que estés preparado/a para recibirla.

Al final, te puede suceder como a nuestro protagonista en una novela harto conocida de Kierkegaard, que exclama lo siguiente, maldiciendo su suerte:

¡Maldito azar! Jamás maldije de ti cuando aparecías y te maldigo ahora que te ocultas” (…) “¡Maldito azar! ¡Tú, mi único amigo íntimo, único ser al que creía digno de confianza, de mi alianza…” (…) “Pero haz que la vea, muéstrame una posibilidad que ya me parece imposible, indícamela aunque sea entre las sombras del Averno…

Diario de un Seductor, de Soren Kierkegaard.

Así, la Suerte no tiene un amo, ni tampoco motivos o deudas de honor para con nadie. Así como viene se puede ir, pero dejándonos en una posición bastante más comprometida… Sobretodo si cometimos el grave error de creer que la Fortuna era nuestra amiga, seguiría ahí por siempre o algo por el estilo. Pero no es así. Y es que, para aprovechar la Suerte -lo mismo que el dinero- debe tenerse una estructura sólida que permita sacarle el mayor provecho posible.

Esto es algo que Max Gunther nos proporciona paso a paso. Algo que en verdad amo de Max Gunther es su pragmatismo, así como la forma inteligente en que nos expone a cuestiones evidentes que, sin embargo, no lo parecen muchas veces.

El uso adecuado de estas técnicas definitivamente ampliará tus probabilidades de lograr buena fortuna y, más importante aún, de lograr que esta se mantenga en tu vida con resultados concretos.

MI OPINIÓN ACERCA DE «¿CÓMO TENER SUERTE?»

Aunque por su título pareciera que estamos en presencia de un libro lleno de supersticiones o algo por el estilo, lo cierto es que How to get lucky? (¿Cómo tener Suerte?) de Max Gunther es, esencialmente, un libro sobre administración. Dejándonos con una gran lección a final de cuentas, la Suerte es, también, un recurso más. Claro, un recurso extremadamente invaluable y bastante escaso. Por lo tanto, que debe ser gestionado desde el momento uno (incluso antes).

Pienso que ¿Cómo tener Suerte? es uno de esos libros que deberías leerte como mínimo una vez en la vida. Pues todos/as buscamos cierto grado de buena fortuna que nos haga más sencillo el existir en este despiadado mundo que habitamos.

A mí me parece un libro lleno de capital cultural (sus historias y anécdotas te harán más interesante), así como de contenido práctico y entendible que puedes aplicar ya. Además, se aprecia que te permite entender algunas cuestiones básicas sobre cómo vivir mejor y no se queda solo en como administrar la buena suerte

Lo Bueno de ¿Cómo tener Suerte?

Algo que me gusta mucho sobre este libro este que tiene contenido aplicable desde su primer página. No se trata solo de teoría y, de hecho, el autor logra meternos al mundo de la Suerte sin usar pesados modelos matemáticos ni fórmulas complejas.

Es uno de esos libros que se pueden leer “de una sentada” y cuya lectura es amena y se disfruta de manera lineal. Cada Técnica tiene una razón de ser y, aunque algunas parecieran repetirse, más bien se complementan y potencian unas a otras. Lo cual también es señalado por el autor en su momento, generando una mejor posibilidad de que tú puedas avanzar en tu Camino de la Suerte más fácilmente.

Otro aspecto positivo del libro ¿Cómo tener Suerte? es que es integral en su tratamiento. Esto significa que no solo nos habla sobre la buena suerte, si no que también explica cómo podemos lidiar con la mala suerte y comenzar a comprenderla como el fenómeno natural que es.

Me ha gustado también que el libro contiene un buen grado de contenido relacionado expresamente con el manejo de la inteligencia emocional. Y que el propio autor lo manifiesta como un requisito necesario para tener una vida de éxito, sin importar tus aspiraciones.

Lo Malo de ¿Cómo tener Suerte?

Es altamente probable que no concuerdes con algunas de las ideas y aproximaciones del autor, quien tiene la mala costumbre de expresarse en términos absolutos (como si no existiera otra verdad en el mundo). También, en algunas ocasiones comete el pecado de optar por un enfoque reduccionista y una suerte de “sesgo de supervivencia” -si no sabes qué es, te recomiendo leer este artículo– respecto de las historias que expone.

Aunque no es algo que no haya advertido. Ahora, el libro no trata sobre cómo estas historias se adecuan a su punto de vista, sino cómo los artífices de tales ejemplos fueron construyendo su suerte (sí, es posible).

OPINIONES DE ¿CÓMO TENER SUERTE? EN AMAZON

Hasta aquí, ya te he dado mi opinión acerca del libro pero, ¿y qué dicen los demás? Pues bien, en Amazon podemos observar las opiniones en la sección de todas las opiniones, donde podemos encontrar que el libro junta un total de 4.2 estrellas frente a 69 calificaciones globales. Esto puede deberse en parte a que el estudio del azar no es algo que nos resulte tractivo per sé, e incluso puede parecernos fantasioso (algunas opiniones en sentido contrario, lo llegan a mencionar).

En este sentido cabe mencionar que yo le he dado una calificación de cinco estrellas de cinco posibles, te explicaría el por qué pero mejor te comparto mi opinión. Por cierto, dato curioso, este libro fue mi primer libro leído del 2021 (vamos en 39 al momento de publicar este artículo).

OTRAS RECOMENDACIONES DE LECTURA

Si te ha gustado este artículo (adquiere el libro), te dejo a continuación algunas recomendaciones de lectura que seguro pueden resultarte bastante útiles para complementar el conocimiento adquirido.

Espero las recomendaciones te resulten de utilidad y te animes a seguir leyendo ¡y aprendiendo!

Más Artículos Relacionados con ¿Cómo tener Suerte?

Este de aquí es un artículo que forma parte de mis publicaciones consistentes en Análisis de Lectura. En ella tomamos algunos libros relacionados con cuestiones de Finanzas, Inversiones y/o Desarrollo Personal y lo resumimos y analizamos con periodicidad para cada 15 días (o tres semanas). Espero que haya sido de tu agrado y te invito a estar pendiente, que dentro de dos martes te estaré contando sobre el libro Hábitos Atómicos de James Clear. Un gran libro que te ayudará a explicarte cómo lograr hábitos que logren cumplir tus metas y objetivos personales.

Otros libros que hemos resumido y analizado previamente en este Blog, los puedes encontrar siguiendo los enlaces a continuación:

  • Contagioso de Jonah Berger; puedes leer el Resumen + Análisis de Lectura en este enlace.
  • Tiende tu Cama de William H. McRaven; puedes leer el Resumen + Análisis de Lectura en este enlace.
  • Un Paso por delante de Wall Street de Peter Lynch; puedes leer el Resumen + Análisis de Lectura en este enlace.
  • El Hombre más rico de Babilonia de George S. Clason; puedes leer el Resumen + Análisis de Lectura en este enlace.
  • El Cuadrante del Flujo de Dinero de Robert Kiyosaki, puedes leer el Resumen + Análisis de Lectura en este enlace.

Recuerda que cualquier duda o comentario que tengas acerca de este artículo, me lo puedes hacer saber a través de los comentarios.

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